Capítulo 10: Humanidad

3 2 0
                                    

Han pasado meses desde que Kurt y Lunaris estuvieron juntos. La vida de Kurt ha sido dura desde entonces, se ha tenido que alimentar por ratas, cucarachas y a veces de sus propias heces. Capell ha sufrido tanto mentalmente, pero su físico se ha mantenido espléndido, como el de un Dios.

Las mazmorras son un sitio que Kurt describiría con una simple palabra, y esa es "humanidad". La humanidad, posiblemente la raza a la cual Kurt le tenía más odio. Él no entendía cómo era posible que los humanos se tratasen así entre ellos mismos. Capell sabía que aquella mazmorra era el reflejo de la humanidad, toda esa maldad y frialdad era la humanidad. Kurt odiaba a la humanidad porque fue la misma humanidad que le arrebató a sus padres y lo apartó de su hermano, fue la misma humanidad que lo arrojó a ese infierno en la tierra, fue la misma humanidad que le dio la espalda. Capell juraría venganza a todos los humanos que le hicieron eso, y esa era la maldita familia real. El odio de Kurt era tan grande que no le importaba nada, aquel muchacho de 14 años ya no era un joven, era una máquina de destrucción sedienta de sangre y venganza. Su mirada fría y perdida, junto a su cuerpo fornido y piel blanca, hacían de Kurt alguien que ha visto los horrores más atroces de toda la tierra. La humanidad, que no he dicho ya de la humanidad, aquella mazmorra era la misma humanidad. La humanidad es odio, dolor y sufrimiento. Cualquiera te diría que no es cierto, que la humanidad es amor, para Kurt el amor existía en seres que no fueran humanos. La humanidad para Kurt no merecía salvación, la humanidad merecía todo el odio del universo.

Desde muy jóvenes, los humanos han maltratado a otros humanos. Lo que cualquier adulto con dos neuronas diría como "es un simple juego de niños". Esos niños pasan a ser esos mismos adultos y vuelven a repetir las mismas palabras: es un simple juego de niños. El odio pasa en generación tras generación, como el festival Dungeons and Hunger, algo que es interminable.

El odio, eso es. El odio es la naturaleza del humano, el humano está arraigado al odio desde que nace. Tal vez el amor artificial que generan algunos humanos no ha mandado a toda la sociedad al garete. Amor artificial, el humano no es capaz de generar el mismo amor puro que los seres inocentes y Dios, el amor artificial es una defensa que el humano ha utilizado para domar a su odio. Amor artificial, a Kurt le fascinaba el amor artificial. Sin embargo, él sabía perfectamente que el amor artificial nunca sería igual de poderoso que el amor real, los humanos son incapaces de tener amor real en sus corazones, eso solo lo pueden tener todas las razas, exceptuando a los humanos, y Dios.

Kurt no ha visto nada interesante desde que se separó de Lunaris, solo ha visto cadáveres, algo bastante normal en las mazmorras. Su vida no podía empeorar, de no ser por la existencia de Michael e Iris en su vida. Capell buscaba sin descanso a ellos dos, sobre todo a Michael. Sin embargo, lo único que encontraba era el olor de orina, heces, semen y sudor. El rastro de los dos chicos no aparecía por ningún lado, Kurt lloraba en las noches pensando en ellos y en las visiones que tuvo en el trance. Las visiones, esas malditas visiones. Él se preguntaba si esas visiones fueron reales, pudo ver el inicio del universo junto al nacimiento de los Dioses lúcidos. Observó la vida de todos los Capell que han caminado por la tierra Onírica, él no podía creer que la vida de todo el universo que él conocía estaba en las manos de su linaje. Por las noches soñaba con todo el dolor que vio en el trance, aunque en el mundo real no duró mucho tiempo, para él fueron millones de siglos. Estaba claro que Kurt ya no tenía la mentalidad ni el cuerpo de un chico de 14 años, aunque aún poseía el miedo de un alma tan joven. Pobre Kurt, perdió su inocencia al desenvainar esa espada. Pero Capell sabía que esa espada no era una espada, era una daga, "la daga del despertar", la misma daga que Elden heredó a su creación más importante.

Dungeons and HungerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora