Capítulo 3

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LAS SEMANAS comenzaron a pasar lentamente, y aunque cada encuentro con Jungwon estaba lleno de tensión, había algo en nuestras interacciones que no podía negar. A pesar de nuestro constante desacuerdo, sentía que había un hilo invisible que nos unía, como si cada discusión, cada comentario sarcástico, fuera una forma de descubrir algo más del otro.

Un viernes por la tarde, la escuela estaba más tranquila de lo habitual. Los pasillos estaban casi vacíos, lo cual era un alivio. Niki, Jake y yo habíamos planeado pasar la tarde juntos, pero justo antes de salir, me encontré con Jungwon en la entrada.

-¿Vas a la biblioteca otra vez? -preguntó Jake con una sonrisa, claramente disfrutando de la situación.

-No tengo opción -respondí con un suspiro-. Este proyecto no se va a terminar solo.

Niki asintió, pero su mirada se desvió hacia Jungwon, que estaba cerca, recogiendo algunos libros de su casillero.

-Oye, Sol, no te ofendas, pero... ¿has notado que ese chico parece estar siempre solo? -preguntó en voz baja, aunque no lo suficiente para que no lo oyera-. Es raro.

Me mordí el labio, sin querer admitir que, en el fondo, me había dado cuenta de lo mismo. Jungwon siempre parecía estar al margen, como si hubiera una barrera invisible entre él y el resto del mundo. No podía evitar preguntarme por qué, pero no iba a ser yo quien lo descubriera. No era mi problema.

-Tal vez le guste estar solo -dije con un encogimiento de hombros, tratando de restarle importancia-. A algunas personas simplemente no les interesa socializar.

Jake rió entre dientes.

-Bueno, eso o simplemente no quiere estar cerca de nadie -agregó con una sonrisa-. Lo que es un poco triste, ¿no crees?

Ignoré su comentario y me dirigí hacia la biblioteca, sintiendo los ojos de Jungwon en mi espalda mientras me alejaba. No estaba segura de si lo que Jake había dicho era cierto, pero no tenía tiempo para pensar en eso. Tenía que centrarme en el trabajo.

Al llegar a la biblioteca, me sorprendió encontrar a Jungwon ya en la mesa, sus libros perfectamente alineados y sus notas organizadas. Era como si viviera para ser impecable en todo, lo que de alguna manera me irritaba aún más.

-Llegas tarde -dijo sin levantar la vista, su tono neutral, pero con una ligera burla.

-Tengo una vida fuera de esto, ¿sabes? -repliqué, sentándome y sacando mis cosas.

No respondió, pero el ambiente entre nosotros era denso, lleno de una tensión que no lograba disiparse. Nos sumergimos en el trabajo, ambos en silencio, con sólo el sonido de las páginas y los teclados rompiendo el silencio.

Después de un rato, algo en mí explotó. No podía soportar más esa atmósfera sofocante.

-¿Por qué eres así? -pregunté de repente, mi voz más alta de lo que pretendía.

Jungwon levantó la vista, claramente sorprendido por mi estallido.

-¿Así cómo? -respondió, sus ojos oscuros fijos en los míos.

-Tan... distante. Siempre actuando como si nadie más importara -dije, sintiendo que mis palabras eran más duras de lo que pretendía, pero sin detenerme-. ¿Qué pasa contigo?

Jungwon se quedó en silencio por un momento, como si estuviera considerando si debía responder o no. Finalmente, suspiró y dejó caer el bolígrafo que tenía en la mano.

-No es que no me importe -dijo lentamente-. Solo que... no es tan fácil para mí como parece serlo para los demás.

Su respuesta me tomó por sorpresa. Había esperado una réplica sarcástica o una excusa fría, pero no esto. Algo en su voz, en la manera en que lo dijo, me hizo sentir un ligero remordimiento por haber preguntado.

-Mira, no estoy aquí para hacer amigos -continuó, volviendo a su tono habitual-. Solo quiero terminar este proyecto y seguir adelante.

-En eso coincidimos -respondí, aunque ahora con menos fuerza.

Nos sumimos de nuevo en el trabajo, pero algo había cambiado. Aunque la tensión seguía presente, había una comprensión tácita entre nosotros, como si ambos hubiéramos bajado las defensas, aunque solo fuera un poco.

Esa tarde, cuando finalmente terminamos, sentí que algo en nuestra relación había comenzado a cambiar, aunque no estaba segura de qué. Al salir de la biblioteca, caminamos juntos en silencio hasta la puerta, donde nos despedimos con un simple asentimiento.

Al llegar a casa, mi mente estaba en un torbellino. Por un lado, Jungwon seguía siendo un misterio, pero por otro, sentía que, poco a poco, estaba empezando a entenderlo. No estaba segura de lo que eso significaba, pero no podía negar que, a pesar de todo, había algo en él que me intrigaba, algo que me hacía querer saber más.

Mientras me acostaba esa noche, no pude evitar pensar en la conversación en la biblioteca. Tal vez, pensé mientras me quedaba dormida, hay más en Jungwon de lo que deja ver. Y tal vez, solo tal vez, descubrirlo no sería tan malo como había pensado al principio.

Your Eyes Only - Yang JungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora