Seis

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Cuando Jisung se despertó, el lado de la cama estaba completamente vacío y frío. Algo en su interior se removió al encontrarse solo. La ausencia de Chenle era palpable, y una sensación de vacío comenzó a apoderarse de él, inundando sus pensamientos con un torbellino de emociones contradictorias.

Suspiró profundamente, intentando ahogar esa sensación de soledad mientras se estiraba en la cama. Se convenció a sí mismo de que no pasaba absolutamente nada, de que todo estaba bien. Pero en el fondo, sabía que se estaba mintiendo. Esta vez sería la última que vería a Chenle, se prometió. Dejaría de sentirse culpable y, con suerte, no volvería a cargar con el peso de sus acciones, acciones que desde el principio parecían estar destinadas al fracaso.

¿Cómo demonios había podido acostarse con un hombre tan exigente? Cada encuentro con Chenle había sido una batalla constante, una lucha por el control que lo dejaba exhausto tanto física como mentalmente. Chenle, con su aura dominante, siempre quería tener el control, arrojando feromonas como un desquiciado, ansioso por dominar la situación. Jisung había sentido la presión de esa energía intensa cada vez que estaban juntos, y aunque le costaba admitirlo, esa intensidad había tocado todas las fibras sensibles de su ser.

A pesar de todo, debía reconocer que perder su virginidad con Chenle había sido una experiencia única. Chenle era... demasiado, en todos los sentidos. Demasiado intenso, demasiado demandante, demasiado presente. Pero esa misma intensidad era lo que había hecho que cada encuentro se sintiera como una tormenta imparable, un torbellino de emociones que lo arrastraba sin piedad. Jisung no había tenido oportunidad de resistirse, ni de querer hacerlo.

Recordó los momentos en que Chenle lo había llevado al límite, empujándolo más allá de sus propias barreras. Había algo en la manera en que Chenle lo miraba, en la forma en que tomaba el control, que despertaba en Jisung sensaciones que nunca había experimentado antes. Chenle sabía exactamente cómo presionar todos los botones correctos, cómo encender cada chispa en su interior, hasta que todo su cuerpo ardía con un deseo incontrolable.

Sin embargo, a pesar de esos momentos de pasión, había algo más que lo inquietaba. Algo oscuro y persistente que se aferraba a su conciencia. Jisung sabía que no era normal sentirse tan atrapado en algo que, desde el principio, había sido una tormenta caótica de emociones y deseos. Se había dejado arrastrar por el remolino que era Chenle, y ahora se encontraba enredado en una red de culpa y confusión de la que no sabía cómo salir.

Incluso si le contara a Jeno sobre sus dos encuentros con una celebridad, ¿le creería? Porque, vamos, estamos hablando de Zhong Chenle. ¡Zhong Chenle! No solo era un alfa, sino también una celebridad. Todo aquello se sentía completamente irreal. ¿Cómo podía asimilar que un famoso lo hubiera elegido a él para tener sexo casual más de una vez? Jisung estaba bastante seguro de que Chenle podía estar con modelos, actores o cualquier persona de alto perfil si así lo deseaba. Entonces, ¿por qué él?

No es que Jisung tuviera una baja autoestima. Sabía que tenía un buen aspecto físico y que su cuerpo estaba en buena forma, pero incluso con eso en mente, no podía evitar sentirse fuera de lugar. En el mundo de Chenle, Jisung no era más que un chico común y corriente, alguien que nunca podría imaginarse codeándose con personas tan influyentes. Aun así, ahí estaba, atrapado en una especie de fantasía que se había convertido en su realidad.

Cada vez que recordaba esos momentos, su mente no podía dejar de dar vueltas en torno a lo inusual de la situación. Se preguntaba qué había visto Chenle en él, qué lo había llevado a elegirlo para algo tan íntimo. Jisung no podía evitar compararse con las personas que Chenle podría tener a su disposición. Pensaba en aquellos que aparecían en las revistas y en la televisión, en su perfección inalcanzable, y se preguntaba cómo encajaba él en esa ecuación.

Un poco confundido || JichenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora