Capítulo 4: Conversaciones

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Quizás para algunos dos meses no es nada, pero para Time había sido mucho tiempo sin su ser amado y el saber de su regreso lo ponía feliz, pero toda esa felicidad se esfumó cuando supo que llegó acompañado. Fue a beber al bar de Yai y a pesar de que solo quería pasar el rato y beber un poco, terminó bebiendo demás y quedó muerto en un salón VIP del local.

No supo que paso, pero si se dio cuenta que donde despertó no era el lugar donde se durmió.

— ¿Dónde estoy? —Time miró la habitación y no pudo reconocerla.

— En un hotel —un chico salió del baño y se sentó en la cama para ponerse los zapatos.

— ¿Quién eres tú? —preguntó Time y se miró de inmediato debajo de las sabanas y se alivió al encontrar ropa interior.

— No recuerdas nada, que dolor me causas Time —el chico se levantó y miró a Time—, espero que nos volvamos a ver.

— ¿Qué? —Time se paró rápido para tapar la pasada del chico y evitar que se fuera—, no te vas hasta que me expliques que sucedió anoche.

— Time eres terrible, dormiste en el bar y luego alguien me pidió que te ayudara, te traje a el hotel más cercano en donde vomitaste y tuve que desnudarte, limpiarte y acostarte. De lo cansado me quede dormido en la misma cama y pues eso fue todo.

— ¿Quién te pidió que me sacaras del bar? ¿Yai?

— No, pero él sabe quién soy yo —el muchacho se acercó al rostro de Time—, eres demasiado guapo y tienes un físico para devorarlo, si no me hubiesen prohibido anoche comerte, la historia seria otra en estos momentos.

— ¿Quién...?

— No te diré, pero si andas por el bar búscame —el chico dejo un beso en la mejilla de Time y salió de la habitación, dejando muy confundido a Time.

— Yai... el debe saber quién es el chico.

En el bar Yai estaba sentado revisando unos documentos, mientras su invitado estaba en el sofá tomando un café y hablando con él.

— No te reconozco la verdad —dijo Yai.

— Pues... la gente cambia querido —comentó el hombre.

— Dime la verdad, ¿Qué pretendes con esto?

— Nada, solo... hacer tiempo quizás.

— Pues no creo que a él le parezca muy entretenido tu juego —el teléfono de Yai sonó—, dame un momento.

— Ponle altavoz —Yai negó con la cabeza, pero de todas formas lo hizo.

— Time...

— Dime ahora, ¿Qué mierda paso anoche y por qué amanecí en un hotel con un chico al que no conozco?

— Calma, me pareció mal que durmieras en el bar y le dije a uno de mis trabajadores que te llevará a un hotel cercano, eso es todo.

— Según el chico, no fuiste tú quien lo pidió —Time sonaba molesto al otro lado de la línea.

— ¿Dónde estás?

— En las puertas del bar —Yai abrió los ojos y su invitado se levantó rápidamente—, de hecho voy subiendo te veo en dos minutos.

— Santa mierda, Time me matara —el hombre sonrió y luego se metió en el baño de la oficina.

— Yai... —Time dio un portazo al abrir y se sentó en la silla frente al escritorio—, ¿Quién fue?

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