cap 4

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~ aun que la noche este nublada y la luna no se vea

si el mar siente que esta ahí, estará tranquilo por que ellos se complementan~

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Yuki empezó a abrir los ojos, sintiendo un peso encima de su cuerpo.

Buscó con la mirada para identificar de dónde provenía esa presión, aunque en el fondo ya sabía quién era. Con cuidado, se movió y aquellos ojos dorados se posaron en el rostro de aquel azabache.

Giyu, como de costumbre, se encontraba encima de ella, descansando apaciblemente.

Había convertido en una rutina dormir sobre Yuki siempre que podía , pues los latidos de su corazón lo calmaban, como si fueran una suave canción de cuna que lo alejaba de sus pesadillas. El calor que emanaba el cuerpo de Yuki le recordaba a su querida hermana, y el embriagante aroma de su cabello lo envolvía, brindándole una paz que rara vez experimentaba en su vida como cazador.

Yuki intentó mover a Giyu con delicadeza, pero este se aferró aún más a su cuerpo, hundiendo su rostro en el pecho de la chica, negándose a separarse de ella. Sin más remedio, Yuki le susurró suavemente para despertarlo.

-Ice, es hora de despertar.

Giyu, aún sumido en la somnolencia, resistió levantarse. La calidez de Yuki, junto al ritmo constante de su corazón, lo mantenían en un estado de serenidad que no deseaba abandonar. Pero las palabras de Yuki, dulces y tranquilizadoras, lo hicieron abrir los ojos, aunque sin ganas de separarse del todo.

-Solo cinco minutos más -murmuró Giyu con voz adormilada, sin moverse mucho.

Yuki sonrió con ternura, acariciando el cabello desordenado de Giyu. Sabía lo difícil que era para él encontrar momentos de paz, y en esos pequeños instantes, él se permitía ser vulnerable, algo que pocos llegaban a presenciar.

-Tienes que levantarte, Ice-A veces te comportas más como un niño que como el Pilar que eres , pensó Yuki con cariño, observando a su compañero

Giyu suspiró, finalmente cediendo a las palabras de Yuki, y se levantó con una mezcla de resignación y comodidad, el peso de sus responsabilidades volviendo a caer sobre sus hombros. Mientras se sentaba en el futón, mirando a Yuki, dejó escapar un pensamiento que lo había estado rondando.

-A veces pienso que sería bueno renunciar a ser cazador... para estar más tiempo contigo -su voz era suave, cargada de un anhelo silencioso que rara vez expresaba.

Yuki, aunque conmovida por sus palabras, sabía que el deber siempre sería lo primero para Giyu. Se acercó y lo besó en la frente, con una mezcla de amor y comprensión.

-Ice, ve a bañarte. Iré a preparar el desayuno. Además, tu cuervo no tardará en llegar con otra misión... -dijo, con un tono resignado y una ligera sonrisa. Aunque en su mente, ya estaba planeando cómo "desquitarse" con ese cuervo que siempre interrumpía sus momentos de paz además de que tenía una cuenta pendiente por lo de ayer.

Giyu, a pesar de su estado de somnolencia, no pudo evitar sonreír ante el tono maternal de Yuki.

Le dio un beso en los labios, prolongando el contacto unos segundos más de lo habitual, como si quisiera absorber toda la calidez que ella podía ofrecerle. Luego, se levantó y se dirigió al baño.

Mientras tanto, Yuki se encaminó hacia la cocina, lista para preparar un desayuno ligero. Sabía que no tenían mucho tiempo antes de que el cuervo llegara con la próxima misión, pero eso no significaba que Giyu no mereciera una comida casera.

🌼Flor De Invierno🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora