Lucha: Instinto y Razón

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Katsuki comenzaba a hartarse de estar tanto tiempo escondido detrás del roble. Hacía un frío de mierda y el sol apuntaba a que ya era medio día. Kirishima lo había arrastrado al corazón del bosque con la excusa de ayudarle a cazar y después arrastrar un jabalí.

¿Por qué demonios el pelo de mierda estaba tan obsesionado con la carne de ese animal?

Durante el alba habían cazado un par de ciervos de gran tamaño, varios conejos y una bandada completa de pavos salvajes que se cruzaron en el camino.

—¿Qué se supone que estamos haciendo aquí? —gruñó irritado a su mejor amigo.

El tiempo era sagrado en los días soleados de invierno, y Katsuki ciertamente no podía permitirse perderlo en tonterías con su amigo.

Ya había perdido demasiado.

El otro alfa no desvió su mirada de la trampa que había fabricado a la espera de capturar a su presa, pero sonrió con los colmillos afilados.

—Acechamos a la bestia más sabrosa del bosque —dijo y lamió sus labios con hambre.

Katsuki rodó los ojos ante la obviedad. La pregunta era, ¿por qué razón?
Se suponía que con la cacería de la mañana ya habían cumplido la cuota diaria de comida para la tribu. Exceptuando los conejos, claro, esos los había atrapado especialmente para Izuku.

—Un jabalí de mierda podría oler tu pestilencia a Kilómetros, ¿de verdad crees que sería tan idiota de caer en tu trampa?

Kirishima se encogió de hombros.

—No lo sé, hermano, ya cacé uno hace un par de días —aclaró—, pero ese era pequeño y ahora necesito uno más grande.

Katsuki lo miró inquisitivo.

—¿Por qué? —volvió a preguntar.

Kirishima lo miró a los ojos por un par de segundos, y luego volvió a concentrarse en la trampa.

—Denki quiere comer jabalí. —Se encogió de hombros. Katsuki resopló, ceñudo e incrédulo.

—¡¿Me estás diciendo que este capricho es solo para complacer a tu jodido omega?!

—No lo digas así —Kirishima suspiró—. Es lo menos que puedo hacer por él, luego de... Ya sabes... Nuestras noches.

Katsuki escuchó aquello con atención. La voz de Kirishima sonaba casi atormentada. Trató de mirarlo al rostro, pero el alfa seguía con sus ojos fijos hacia el frente.

—¿Qué quieres decir? —gruñó. Tenía una ligera sospecha de a qué se refería, pero necesitaba comprobarlo.

Kirishima suspiró y le devolvió la mirada.

—Odio que se lastime cada vez que está conmigo.— El alfa no pudo evitar bajar el rostro, pero Kastuki pudo ver el claro pasar en sus ojos—. Entiendo que así es nuestra naturaleza y es así como debe ser nuestra dinámica, pero... Eso no quita que me sienta como una escoria aveces.

Katsuki no podía creer lo que escuchaba. Conocía a Kirishima desde que eran unos jodidos cachorros, pero jamás reparó en la profundidad de sus pensamientos y pesares.

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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