Del corazón de las sombras, como una fantasmagoría surgida de un sueño, se materializó Afrodita, la diosa del amor. Sus ojos, cambiantes como la superficie del mar, reflejaban una mezcla de picardía y deseo, y su risa, tan aguda como la punta de una espada, cortó el silencio de la noche.
Con cada paso que daba hacia Odiseo, sus facciones se transformaban, como si la misma naturaleza se rebelara ante su presencia. Su cabello, un manto de ébano azulado, se ondulaba como olas rebeldes, y sus ojos, llenos de una energía ardiente, se teñían de tonos violetas, verdes y ámbar, dejando a Odiseo cautivado. Era una diosa que encarnaba la esencia misma de la belleza y la seducción.
—El héroe que una vez se encontró, otra vez se ha perdido. ¿A qué has regresado aquí? —preguntó, su voz una melodía hipnótica que enredó a Odiseo en su red. —¿En busca de aventuras, o algo más que acecha tu corazón?–
Sus palabras, llenas de doble sentido, lo hicieron estremecerse. Afrodita, con una sonrisa misteriosa, se aproximó a él, y sus dedos, delicados como pétalos de rosa, acariciaron su cuello. El aroma de jazmines y miel que emanaba de ella lo envolvió como un hechizo, transportándolo a un jardín prohibido, un jardín donde los deseos se convertían en realidad.
—Pobre Penélope, —susurró Afrodita, su risa se tornó cruel, como el rugido de un león. —Está enamorada del Odiseo que se fue, no del que volvió. Un marido que ya no siente nada de amor por ella.
Odiseo sintió un nudo en la garganta. La verdad, que se escondía en las profundidades de su corazón, como una piedra en el fondo del mar, había emergido a la superficie.
—Eso no es cierto, —replicó, su voz era un susurro débil. —Soy un esposo fiel. Regresé por mi reino, por mi esposa. Enfrenté peligros ,tormentas, monstruos solo para volver a su lado–
Afrodita se rio a carcajadas, y su mano se posó en el hombro de Odiseo. Su toque era como una descarga eléctrica, llenándolo de una energía que no podía controlar.
—Te mientes a ti mismo, héroe. —Su mirada se clavó en él, como si viera a través de su alma. —Huelo el amor y el deseo que impregna tu cuerpo. Tanta es tu devoción por tu querida diosa, que solo al regresar a tu reino te has dado cuenta de lo enamorado que estás de ella.
Odiseo cerró los ojos, con la sensación de que la diosa estaba desnudando su alma. La verdad era como un puñal que se clavaba en su corazón. Era un amor tan profundo, tan intenso, que le había sido ajeno hasta que había vuelto a su hogar.
—No te atrevas a hablar así de Atenea, —respondió, con un tono de voz que intentaba sonar firme, pero que denotaba la fragilidad de su corazón. —Ella es mi protectora, mi guía–
—Tu protectora te ha quitado muchos problemas de arriba, —dijo Afrodita, su sonrisa era una mezcla de malicia y picardía. —Pero ahora te ha metido en uno mucho peor: el amor.
Odiseo se sentía atrapado en una red de emociones contradictorias. Atenea, la diosa de la sabiduría, le había protegido y guiado en su viaje, le había enseñado la fortaleza y el valor. Pero ahora, su corazón latía con una fuerza que nunca antes había sentido, un latido que le hablaba de una devoción mucho más profunda que la que sentía por su esposa.
—No puedo dejar que el amor me ciegue, —murmuró, sintiendo el peso de su propio pensamiento.
Afrodita se inclinó hacia él, sus labios rozaron su oído.
—El amor nunca ciega, héroe. Solo revela lo que siempre ha estado allí.
Las palabras de Afrodita se quedaron resonando en la mente de Odiseo, mientras la diosa se alejaba, fundiéndose en las sombras. Su despedida fue tan repentina como su llegada, dejando a Odiseo solo con sus pensamientos, con la sensación de que su vida había dado un giro inesperado, y que las fuerzas del destino lo empujaban hacia un nuevo y desconocido camino.
La noche se había transformado en un enigma, un laberinto de emociones donde la razón se enfrentaba a la pasión, y donde la fidelidad a su esposa se enfrentaba a una devoción que nunca había imaginado. Odiseo, el héroe de mil batallas, se encontraba en una batalla interna, una batalla que solo él podía ganar.
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El precio del Olimpo
ФэнтезиEl Olimpo es un total caos ,Zeus dios del rayo y soberano de todos los dioses ha desaparecido legando a su primogénita y heredera Atenea el trono del Olimpo .Su legado era pesado : la responsabilidad de gobernar un Olimpo dividido, un Olimpo donde l...