Capitulo 3: La Traición Percibida

7 1 0
                                    


Esa misma noche, como si el destino se hubiese confabulado para retorcer sus vidas, Julio y Karla se encontraron a solas. Las palabras comenzaron a fluir entre ellos con una urgencia contenida, como un torrente que había sido reprimido durante años.

—Tú... tú me gustas — susurró Karla, su voz temblando con una mezcla de miedo y esperanza. La confesión salió de sus labios en un suspiro, cargada de un peso emocional que la dejaba vulnerable, expuesta.

Julio la miró fijamente, sintiendo que su corazón latía con una fuerza desmedida. —Tú también me gustas — respondió, sin dudar, como si esas palabras hubieran estado encerradas en lo más profundo de su ser, esperando ser liberadas.

El momento fue eléctrico, una decisión inevitable e irreversible se materializó entre ellos. Julio tomó la mano de Karla con firmeza, mirándola a los ojos como si quisiera grabar en su memoria el brillo de esos ojos que lo habían cautivado. —Voy a dejarla, te lo juro. Madison no significará nada más para mí. No habrá más mentiras, más secretos. Solo nosotros, solo la verdad — prometió con una intensidad que rozaba la desesperación.

Karla esbozó una sonrisa, sintiendo cómo el peso de sus miedos se desvanecía. "Ahora todo estará bien," se dijo a sí misma, intentando convencerse. Pero en lo más profundo de su ser, una sombra de duda empezó a agitarse, porque las promesas, aunque sean hechas con el corazón, a veces se rompen de la manera más dolorosa.

Susurros del Delirio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora