Capítulo 8: Libertad

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Harry, se acerca a la entrada de la cueva de Hades. Por primera vez su cita con Hannah no será en secreto. Al llegar a la entrada, se encuentra con dos figuras conocidas: Pánico y Pena, los leales, pero nerviosos secuaces de Hades.

-"¡Alto ahí, pirata! No puedes pasar," -dice Pena, extendiendo sus brazos en un gesto de advertencia. Su rostro muestra una mezcla de nerviosismo y determinación, aunque es evidente que no está acostumbrado a enfrentar a alguien como Harry.

-"Sí, sí, no puedes entrar. El Señor Hades dijo que nadie puede pasar sin su permiso," -añade Pánico, su voz temblorosa mientras da un paso atrás, visiblemente asustado por la presencia de Harry.

-"Oh, ¿de verdad? ¿Y qué tal si les digo que estoy aquí para ver a su hija? No creo que ella esté muy contenta si la hacen esperar," -responde Harry con un tono despreocupado, una sonrisa juguetona en sus labios. Se inclina hacia ellos. "¿O acaso quieren ser ustedes los que la hagan enojar?"

-"Uh... no, no, no es eso... pero... las órdenes son órdenes..." -balbucea Pena, claramente intimidado.

-"Tal vez... tal vez podríamos... uh... dejarte esperar aquí, en la sala. Sí, eso sería mejor," -dice Pánico, tratando de encontrar una solución que no lo ponga en problemas con Hades ni con Harry.

-"Me parece una buena idea, muchachos. Pero asegúrense de no hacerme esperar demasiado, o puede que tenga que ir a buscarla en su habitación yo mismo," -Harry responde con un guiño antes de pasar entre los dos secuaces y dirigirse hacia la sala, donde espera pacientemente, aunque con una impaciencia apenas contenida.

Hannah estaba colocándose algunas joyas para ir con Harry a su primera cita sin tener que esconderse, sin embargo, le preocupaba el hecho de que en dos semanas se tendría que alejar de él para ir a Auradon. No le gustaba sobre pensar y menos una situación como esa, decidió dejar ese tema atrás se dirigió a la sala en donde Harry la esperaba.

Hannah aparece, vestida de manera casual, pero con un toque de elegancia que solo ella podría lograr. Su cabello azul brilla bajo la tenue luz de la cueva, y al ver a Harry, una sonrisa se dibuja en sus labios.

-"Vaya, no esperaba que llegaras tan temprano. ¿Qué hiciste para que Pena y Pánico te dejaran pasar? ¿Los asustaste hasta que se escondieron detrás de una roca?" -pregunta, su tono lleno de diversión mientras se acerca a él.

-"Solo tuve que recordarles quién manda aquí," -Harry responde, acercándose a Hannah y tomando su mano con suavidad. "Pero por ti, querida, haría cualquier cosa. ¿Lista para nuestra primera cita oficial?"

-"Lista como siempre," -responde ella, sus ojos brillando con anticipación. "Espero que hayas planeado algo más que una simple caminata por las calles."

-"Oh, te va a encantar. Aunque, si me das la oportunidad, podemos hacer que esa caminata sea inolvidable," -dice Harry, llevándola hacia la salida de la cueva.

***

Después de caminar un rato, llegan a una cafetería en donde solo trabajan duendes. Se sientan, y Harry, con un gesto galante, se quita la chaqueta y la coloca sobre los hombros de Hannah.

-"Siempre tan caballeroso, ¿eh?" -bromea Hannah, acomodándose la chaqueta y mirando a Harry con una mezcla de sarcasmo y afecto. "Pero créeme ya no necesito otra de tus chaquetas"

-"Solo lo mejor para ti, linda. Además, no quiero que sientas frío. ¿Igualmente sabes que siempre puedo calentarte de otras maneras?" -Harry responde con una sonrisa seductora, inclinándose hacia ella.

-"Oh, estoy segura de eso," -responde Hannah, fingiendo estar pensativa antes de acercarse más a él. "Pero, ¿por qué no disfrutamos un poco de este momento antes de que se rompa?"

Entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora