Capítulo 10: Corazones Rotos

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Harry caminaba por las calles de la Isla de los Perdidos, su expresión muestra una mezcla de preocupación e irritación. Han pasado siete días desde la última vez que vio a Hannah, y el silencio que ella le ha impuesto está comenzando a desgastarlo. Desesperado, se dirige al lugar donde sabe que podría obtener algunas respuestas: la guarida de Mal, Evie, Jay y Carlos.

Harry entra en la guarida, donde están reunidos, hablando en voz baja. Cuando lo ven, la conversación se detiene y todos lo miran con cierta curiosidad y tensión.

-"¿Qué haces aquí, Harry?" -pregunta Mal, su tono cortante.

-"Busco a Hannah. No la he visto en una semana. ¿Saben dónde está?" -responde Harry, sin rodeos.

-"No la hemos visto desde el día que estuvimos en la cafetería," -dice Evie, lanzando una mirada rápida a Mal, quien permanece en silencio. "¿Por qué no vas a la cueva de Hades?"

-"No he querido parecer desesperado," -admite Harry, su voz teñida de frustración. "Pero no puedo seguir así."

-"Tal vez deberías ir," -dice Carlos con un encogimiento de hombros. "Si realmente te importa, tienes que saber lo que está pasando."

-"Sí, pero ten cuidado," -advierte Mal, su mirada penetrante. "No olvides que estás en el territorio de Hades."

-"No necesito que me lo recuerdes, Mal," -replica Harry, su voz llena de sarcasmo. "Gracias por la charla."

Sin esperar una respuesta, Harry sale de la guarida, decidido a encontrar a Hannah y averiguar qué está pasando.

Al llegar a la entrada de la cueva de Hades, Pena y Pánico, están de guardia como de costumbre. Los dos demonios se cruzan en su camino, bloqueando la entrada.

-"¿A dónde crees que vas, pirata?" -pregunta Pena con una sonrisa burlona.

-"Sí, sí, ¿a dónde vas? Hannah no está recibiendo visitas," -añade Pánico, imitando a su compañero.

Harry les lanza una mirada amenazante, con su paciencia agotada. -"No tengo tiempo para sus tonterías. Voy a verla, así que apártense ahora, o lo lamentarán."

-"¿Oh, ¿sí? ¿Y qué vas a hacer al respecto?" -se burla Pena.

-"Última advertencia o tendré que llamar a mi padre y a sus piratas" - dice Harry enojado.

Los dos demonios se miran, inseguros. Finalmente, deciden que no vale la pena el riesgo y se apartan.

-"Está bien, está bien. Puedes pasar."

-"Pero no te acerques demasiado. Hades no estará contento si te encuentra aquí."

***

Cuando Harry llega a la habitación de Hannah, la encuentra sentada en el borde de su cama, mirando el anillo que él le dio. La sorpresa en sus ojos es evidente cuando lo ve entrar.

-"Harry, ¿qué haces aquí?" -pregunta, su voz es suave, pero hay un rastro de nerviosismo.

-"No he sabido de ti en días, Hannah. No podía seguir esperando," -dice mientras cierra la puerta detrás de él y camina hacia ella. "¿Qué está pasando?"

Hannah baja la mirada al anillo en su mano, luchando con las palabras.

-"Lo siento, Harry. Necesitaba tiempo para pensar."

-"¿Pensar en qué?" -pregunta, acercándose más y sentándose junto a ella. "¿En nosotros?"

Hannah asiente, sin levantar la mirada.

-"¿Es por lo que pasó en la cafetería? ¿O es algo más?" -insiste, su tono más suave.

Hannah finalmente lo mira, sus ojos llenos de una mezcla de tristeza y determinación.

Entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora