~Capítulo 4~

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Que horror despertar en un cuerpo que no te pertenece ¿Saben que da más miedo que eso? Saber que no vas a poder cambiar nunca más, eso es lo que sentía, una profunda depresión que me abstraía de la realidad, del mundo que me rodea. La penúltima clase del día recién acababa, no me había enterado a penas, estaba muy concentrada en deprimirme, por cosas de la vida decidí fijarme en mi entorno para distraerme, en cada uno de los estudiantes, lo que hacían, como se comportaban, como hablaban, solo entonces me di cuenta que era un mundo completamente distinto a mi normalidad, sus temas de plática, sus chistes, todo era diferente. Concentrada en fijarme en mi alrededor escuché un bostezo proveniente de mi lado, el causante era un chico pelirrojo, dormido plácidamente en su escritorio, quizás no había prestado especial atención a que siempre estuvo ahí.

"¿Estuvo durmiendo todo el rato?" Pensaba en mi interior, realmente no había notado su presencia ni siquiera cuando me presenté está mañana, me propuse no meterme en sus asuntos y dejar que continuara, igual no tenía tiempo de hablar con nadie est...

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"¿Estuvo durmiendo todo el rato?" Pensaba en mi interior, realmente no había notado su presencia ni siquiera cuando me presenté está mañana, me propuse no meterme en sus asuntos y dejar que continuara, igual no tenía tiempo de hablar con nadie estoy muy deprimida, pero como si Satanás me hubiera escuchado el chico bostezó nuevamente y comenzó despertar, talló sus ojos dejando ver el color avellana de estos y se estiró.

— Wow, fue una buena siesta

"Deja de mirarlo Eden, vas a llamar su atención, no quieres hablar con nadie, estás deprimida, tienes un montón de problemas". Rodé la mirada a otra parte pero de nada sirvió, en pocos segundos el pelirrojo notó mi presencia.

— Hola -me dijo sonriendo-

-Rodé los ojos nuevamente hacia él-

— Disculpa ¿Siempre has estado aquí? Es solo que conozco todas las caras y nunca había visto la tuya

"Maldita sea ahora tengo que contestar"

— Soy nuevo, es mi primer día

Sus ojos brillaron con emoción, realmente ni siquiera había notado cuando me presentaron en clase.

— Alguien nuevo ¡Al fin! No me mal entiendas me agradan mis compañeros pero es mejor tener un rostro nuevo, y dime ¿Te fue muy mal?

— ¿Qué? (¿Era tan evidente?)

— Eso, debió ser un día horrible

— ¿Por qué?

— Bueno, es que terminaste por sentarte al final del salón, no sé si te diste cuenta que somos los únicos sentados aquí

No podía creer lo distraída que estaba, no había nadie más a nuestro lado.

— No es por parecer un genio -agrega- pero aquí solo se sientan los que no encontraron a nadie más para hablar  -sonríe-

— No lo había notado -dije en voz baja-

— Ay no te preocupes -dijo relajado- con algo de suerte podrás integrarte al grupo, eso generalmente no pasa, pero tú lo puedes intentar

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