REUNIÓN DE AMIGOS Hermione, 2º año

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Noté cómo un líquido caliente me caía por la garganta y mi brazo cayó pesadamente sobre una superficie blanda. ¿Dónde estaba?

-Señorita Granger, bienvenida- me dijo una voz amable.

Era Madame Pomfrey. ¡Claro, estaba en la enfermería! Comencé a mover mis articulaciones, que me cosquilleaban como si se me hubieran dormido. No acababa de entender qué hacía allí. Lo último que recordaba era haber visto el reflejo de unos grandes ojos amarillos en la biblioteca...

-Ha estado usted petrificada durante semanas, Granger- me informó la enfermera al ver mi cara de desconcierto.

Claro, ahora todo cobraba sentido... Miré a mi alrededor: había un ramo de flores en un jarrón y algunas cartas.

-¿A qué día estamos?- pregunté.

-Pues hoy es la última cena del curso- contestó.

Me levanté bruscamente. ¡No! ¡Me había perdido las últimas clases del curso! ¿Qué iba a hacer ahora?

¿Y dónde estaban Harry y Ron? Tenía tantas ganas de verlo.

-Señora Pomfrey, ¿puedo marcharme?

-Sí, por supuesto...

No le di tiempo a terminar de hablar. Me levanté de la cama y salí corriendo, pero al llegar a la puerta me acordé de una cosa.

-Por cierto, Madame Pomfrey, gracias por todo- exclamé.

Ella me sonrió y yo salí corriendo por los pasillos. Los pasillos estaban casi vacíos. Supongo que todo el mundo estaría el en Gran Comedor. En menos de lo esperado llegué a la puerta del comedor, respirando entrecortadamente por el cansancio. La gente estaba sentada esperando la cena, hablando y riendo. Recorrí la mesa de Gryffindor con la mirada buscando a mis amigos.

-Hermione, bienvenida de nuevo- me saludó el fantasma de mi casa.

-Gracias, San Nicolas- respondí sonriente.

Volví a mirar hacia la mesa y lo ví: una mancha pelirroja sobresalía desde la mitad de la mesa, y tras él una negra con gafas.

Se me ensanchó la sonrisa. Los chicos se levantaron y no pude evitar salir corriendo hacia ellos. Corrí y crrí entre la gente, que me miraba, y me abalancé sobre Harry, rodeándole fuertemente el cuello con los brazos. Él me devolvió el abrazo y los dos nos balanceamos. ¡Cómo lo había echado de menos! Nos separamos y me dispuse a abalanzarme sobre Ron. Él parecía dispuesto a hacer lo mismo, pero entonces me paré de golpe. ¿Qué había estado a punto de hacer? Retiré los brazos (puestos en posición de abrazo) y Ron hizo lo mismo, también cortado por nuestro repentino impulso. Pero nosotros no podíamos abrazarnos. No, era.... Era extraño, no seríamos nosotros. Tras unos segundos incómodos en los que me miré los pies, Ron me tendió la mano y yo, sorprendida y algo ruborizada, se la estreché.

-Bueno, Hermione.... Bienvenida de nuevo- me dijo Ron nervioso.

Separamos nuestras manos en seguida mientras Harry nos miraba a punto de echarse a reír.

-Ya quería volver- afirmé mirándolos a los dos.

¡Claro que tenía ganas de volver! Quería verlos, a ambos.

-Enhorabuena, conseguisteis resolverlo- les felicité.

-Tú nos has ayudado mucho- dijo Harry-. No lo habríamos resuelto sin ti.

Sonreí tímidamente y miré a Ron, para ver la expresión que tenía. Él me miró sonriendo ampliamente y afirmando con la cabeza, y eso me alegró.

-Gracias- respondí sonrojada.

Ron y Hermione: Su historia desde el principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora