Capítulo VI

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Muchísimas cosas en común en la pareja pero la máxima era el amor que le tenían a los animales, no importaba el tamaño, la especie ni mucho menos de dónde venía lo único importante para ellas era el hecho de poder ayudarlas de alguna forma por lo que de vez en cuando con el dinero que iban ganando lo almacenaban tanto para ayudar a algún tipo de organización como también para cuando tengan la oportunidad de adoptar cualquier animalito.

Sana estaba bastante dudosa si es que quería hacerlo ahora o después porque apenas estaban comenzando a convivir juntas como una pareja y sería una gran responsabilidad el tener a una mascota porque sería prácticamente tener a un hijo, no es como que en el pasado no lo hayan hecho.

En los primeros años de la relación aunque se encontraban en distancia ambas tenían mascotas que ellas compartían, por parte de la japonesa tenía a cinco gatos y dos conejos, por parte de la taiwanesa tenía a dos perras y un hámster.

Así que se podría decir que tenían bastante experiencia con compartir hijos solo que claro nunca se habían visto en persona y ni siquiera los pudieron conocer, es por eso que sentía bastante miedo.

Claro solamente era ella porque la menor estaba muy feliz y es que entre sus manos llevaba una gran sorpresa de camino al departamento, que se encontró camino a este y que parecía tener bastantes ganas de ser protegido así que no lo pensó ni dos veces, lo tomó entre sus manos y con una gran sonrisa llegó a su departamento el cual abrió y lo primero que se encontró fue a su novia dormida en el sofá.

Ambas tenían horarios diferentes y había momentos en los que no podían estar todo el tiempo juntas, lo que significó diversos problemas que al final lograron solucionarse pero el que no se pudo lograr es que de vez en cuando al llegar del trabajo encontraban a la otra dormida o demasiado cansada.

Aún así en los momentos en donde estaban juntas se demostraban el amor necesario como para hacerse ver que seguían amándose sin importar que parecía que volvían a tener una relación relativamente a distancia.

"Bebé". Susurró muy cerca del rostro de la contraria que lo único que hizo fue retorcerse y quejarse, adoptando otra posición para seguir durmiendo y eso no le gustó para nada. Tomó al pequeño que tenía entre sus brazos pero que había puesto en el suelo y lo puso en su pecho.

Este comenzó a hacer su trabajo y dar vueltas en el mismo para luego ponerse como una pelotita cosa que enseguida despertó a Sana, se había asustado bastante pero eso se disipó por completo al darse cuenta del pequeño gatito que tenía en su pecho y que era de color gris.

Enseguida recordó a los dos gatos que había tenido en su vida de ese color y no pudo evitar emocionarse de más, lo tomó entre sus manos y le dio un gran abrazo además de inspeccionarlo por todas partes dándose en cuenta de la gran similitud que tenía con los anteriores.

"Es hermoso". Todavía no podía controlar las lágrimas y en ese mismo instante se sintió muy agradecida por la gran pareja que ha tenido durante los últimos años.

"Enseguida que lo vi supe que debía traerlo Por más que eso significaba una gran responsabilidad". Minatozaki solo negó con la cabeza y posteriormente le dió un gran abrazo.

Le daba igual cualquier tipo de comentario que haya hecho en el pasado acerca de la responsabilidad de tener una mascota y es que ahora se encontraba más feliz que nunca, se podría decir que era un excelente avance en la relación y más allá de eso que por fin luego de tanto tiempo iba a volver a tener una mascota o incluso más allá, un gran hijo el cual iba a cuidar con todo lo que ella pudiera y le abriría su corazón lo máximo posible para que viva una vida plena.

"No tengo palabras para describir lo que siento y mucho menos para poder agradecerte". Se podría llegar a decir que estaba en deuda y no muchas veces lo había estado en su vida, nunca nadie había tenido esa clase de detalle hacia ella y al ser la primera vez no sabía cómo debía reaccionar pero lo único que tenía presente es que nunca se había sentido tan feliz.

Se asemejaba a la felicidad que sentía cuando comprar los boletos para poder ir a visitar a su pareja por primera vez y nunca supo cómo poder transmitirlo así que estabas igual que antes. "Te amo y me alegra que estés así de feliz". Siempre con esas palabras que hacen que su corazón se acelerará al instante y que creyera realmente en el amor que han estado compartiendo por tanto tiempo.

Eran dos almas que se habían juntado para lograr tener una gran relación y eso la llevó a los momentos que están viviendo, unos mejores que otros pero todos con el mismo nivel de especial y feliz.

El gatito las miró y maulló, tal vez estaba asustado porque se encontraba en un lugar que no conocía, ambas se dieron cuenta de ellos por eso comenzaron a darle cariño hasta que una de ellas caminó hacia un lugar en donde tenían dos tazones pequeños que no eran de mascotas pero sí servían para poder darle algo de comer y agua.

"¿Crees que debamos llevarlo mañana al veterinario?". Preguntó un tanto pensativa, no es como que no supiera que había que llevarlo al veterinario pero no estaba segura si debía hacerlo un día después consideraba que dos días para que el animalito no se sintiera estresado y pudiera estar más acostumbrada a ellas.

"Pasado mañana estaría mejor y así sabremos qué es". Sana al ser una persona que ya tenía gran experiencia con los gatos lo único que hizo fue ver algunas características y darse cuenta de que se trataba de un gatito.

"Es chico". Habló con total seguridad y sabíamos bien que tendría la razón, así que por ese lado no tenían que tener ningún tipo de preocupación pero por la experiencia que tiene sabe muy bien de que hay que castrarlo lo más rápido posible. "Eso sí enseguida que se pueda hay que quitarle la posibilidad de tener hijos porque ya sabes cómo se pone". Las dos se miraron y rieron al recordar las grandes aventuras de sus anteriores mascotas.

La japonesa depositó al animal frente a la comida y al agua, parecía estar algo indeciso pero al final se abalanzó como si no hubiera comido durante mucho tiempo. Eso la hizo sentir algo de tristeza que fue interrumpida por un gran beso de su novia en la mejilla como una muestra de decirle que a pesar de que era triste ver el animal tan estresado por la comida eso nunca iba a volver a pasar.

"Te amo". Murmuraron al mismo tiempo y dejaron que el tiempo pasara mientras veían a su nueva mascota a comer.

Un nuevo capítulo se abría en la relación y era uno que querían vivir tanto que siempre estarían en el.

love line ; 𝘀𝗮𝘁𝘇𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora