haikyuu; stories.

𝘄𝗮𝗸𝗮𝘁𝗼𝘀𝗵𝗶 𝘂𝘀𝗵𝗶𝗷𝗶𝗺𝗮.

maybe in another life.

Habían estado enamorados el uno del otro desde la secundaria, o quizá desde toda la vida; siempre estaban juntos en todo lo que podían. Ella se había mudado al vecindario cuando tenía 5 años, un par de meses antes de comenzar las clases. Era un vecindario pequeño, así que, todos sabían cuando alguien nuevo llegaba o algo diferente pasaba, en este caso era ella. Su familia se había mudado de las orillas de Japón a Tokio por el trabajo de su padre, un mejor puesto y una mejor vida para todos ellos, y sobre todo para ella.

Yashiro tenía 5 años cuando lo conoció a él aquel día de verano, mientras sus padres bajaban todos los muebles para su nueva casa, y algunos vecinos se acercaban a saludar o a ver si podían ayudar en algo, escuchaba de fondo a su padre hablar por teléfono con quizás algún familiar que vive en Tokio diciéndole donde vivíamos ahora, su madre contenta baja las cajas de aquel camión de mudanza, y ella estaba ahí sentada en la banqueta intento no molestar, no podía cargar cosas pesadas y sus juguetes venían en otro camión que quizás llegaría en uno dos días o más, así que ahora estaba ahí sentada resignada.

Miraba el suelo que yacía debajo de ella, había un par de hormigas pasando y ella solo miraba con atención, hasta que una pelota pequeña aparecía en su visión, era blanca con ciertas líneas irregulares, se veía pesada, y más grande que ella. Levantó su vista y vio cómo un chico de cabello castaño con un color verde estaba frente a ella. Se veía más alto que ella, bueno, cualquiera era más alta, pero también se veía quizá un año mayor, no había mucha diferencia.

— Hola, soy Ushijima. — habló el niño mientras miraba aquella niña frente a él, que ahora sujetaba el balón con el que este jugaba.

— Soy Yashiro, me acabo de mudar, mi papá es algo de electricidad y mi mamá prepara un rico pastel de vainilla con limón, tengo 5 años, me gusta mucho el color rosado y también sailor moon, ¿a ti que te gusta? — la pequeña Yashiro soltó toda aquella información sin siquiera ser preguntada, así era ella, siempre terminaba hablando mucho para sacar plática y estar hablando.

— El voleibol. —Aquella fue la única respuesta que dio el pequeño Ushijima mientras veía a la chica con atención. — ¿Me pasas mi balón, por favor? — habló de forma educada, mientras apuntaba el balón que yacía en los pies diminutos de la niña.

— Solo si puedo jugar contigo. —Aquello sonó más como una orden, era una niña inteligente, siempre lograba salirse con la suya, por algo su papá la adoraba y su madre, ni que se diga, estaba orgullosa de ella, además siempre conseguía lo que quería.

— Bueno. —Esta vez no fue la excepción, Yashiro había conseguido divertirse mientras sus padres desempacaban, y así fue como pasó el resto del día jugando con aquel niño, que ahora se volvería un vecino y amigo.

Después de aquel encuentro, Yashiro y Ushijima eran amigos, muy amigos, todos en el vecindario sabía que siempre estaban juntos y siempre los veían juntos, a veces salían comentarios de las madres del vecindario que harían una pareja hermosa cuando sean mayores, él solo guardaba silencio, en cambio, ella hacía muecas de asco mientras decía que jamás saldría con alguien como él. Así pasaron los años hasta la secundaria, cuando Ushijima comenzaba a entrenar diariamente voleibol, dejando a Yashiro sola mucha parte del día. Siempre le decía que lo extrañaba o le mandaba algún mensaje para ver alguna película después de clases, él solo le cortaba la ilusión. Yashiro no entendía lo que pasaba ahora que se había vuelto tan seco. Él no era así, bueno, no con ella. Fue hasta que descubrió que le gustaba una chica de la secundaria, de ahí Yashiro comenzaba a sentirse celosa de alguna forma porque cancelaban sus planes para estar con ella o ir con ella algún lado, su madre decía que eso era "amor", Yashiro, en cambio, lo sentía como una traición a su amistad y lealtad.