⠀⠀⠀𝗢𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀. - Pequeños y cortos relatos de los jugadores del manga/anime de Haikyuu.
Todos inspirados despues del time skip del manga, u otros sin una conexión a la vida de ellos en la historia.
Espero y los disfrutes mucho.
• 𝗟𝗮 𝗵𝗶𝘀...
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Si algo podía carcomer la cabeza y los pensamientos de una chica con novio era la cantidad de parejas o chicas con las que salió antes de ella, y no tenía en lo absoluto nada de malo, era supernormal, es más, se podía decir que podría sonar "raro" conocer a un chico sin que al menos no tuviera como mínimo una relación formal con alguien, después de una, las demás podían estar bien, en esta relación eso no era la excepción. Maiko Tomaya, una oficinista de 26 años que trabajaba felizmente como analista de finanzas en una compañía no extremadamente enorme, pero si era reconocida personalmente, había entrado como becaria en la universidad y la verdad es que se había ganado su puesto ahí, ella estaba más que feliz. Se había graduado de la universidad de Finanzas hace un par de años atrás, estaba feliz, enamorada y encantada de su vida y trabajo, pero siempre había algo que carcomía la cabeza y pensamientos felices de Maiko, su novio.
Ella amaba a su novio, era 2 años mayor que ella, y era un manager líder de la misma empresa en la que estaban, cuando ella entró de becaria a los 20 años, este estaba también de becario y en su último año de universidad, ambos se conocieron y después de ahí fueron creciendo como compañeros juntos; su amor no nació de la noche a la mañana, pasaron de ser compañeros a comenzar a sentir algo, cuando Maiko conoció a su novio Daichi, este salía con una chica, una relación ya de quizás 3 años con esa chica, poco después de que Daichi fuera contratado en la empresa, termino con su novia, porque debía viajar mucho por cursos y demás.
Maiko seguía siendo una becaria que con el paso de los meses se volvió más cercana a Daichi, y de ahí nació su noviazgo. Tenían quizás un año de que ya lo habían hecho oficial y en la oficina lo sabían; no había un conflicto de interés porque ambos trabajaban en diferentes áreas. Ella era una chica de finanzas, y él estaba en el área de ventas, por lo tanto, sus interacciones en pasillos eran nulas, solo llegaban, comían y se iban juntos, de ahí en más se podía decir que solo había mensajes en sus chats de por medio.
Todo parecía ir bien para Maiko, tenía una relación estable, un trabajo estable, veía a sus mejores amigas cada 15 días o antes cuando les daba tiempo, había retomado el hábito de la lectura y comenzaba hacer ejercicio de vez en cuando, se podría decir que todo estaba teniendo un buen giro para ella, excepto que últimamente su cabeza maquinaba más los pensamientos que de costumbre, sabía que eso eran sinónimos de su ansiedad comenzaba estar al millón y no era buena señal. Daichi conocía de este padecimiento de Maiko, la había tocado una vez ayudarla en medio de un ataque de ansiedad cuando la vio salir de la oficina de juntas.
[...]
Había llegado la hora del almuerzo, todos estaban sentados en las mesas y con sus respectivos compañeros de área o amigos, comían en silencio algunos, pero se oían murmullos de fondo por el ruido de otros. Maiko se encontraba jugando con su comida, la movía de un lado al otro con sus palillos, y a la sopa de tofu solo la meneaba en silencio, había comido un poco, pero sentía que su apetito se había ido, en eso escucho como otros cubiertos y bandeja tocaban su mesa, levantó su mirada y era Daichi, que la miraba con una cara de pregunta, se sentó frente a ella aún con la bandeja en sus manos, la miraba sería, no había hablado casi nada el día de hoy porque él había estado de visita con algunos clientes, y ella había estado en reuniones por el cierre de mes de la empresa.
