La guerra entre nosotros.

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Rainbow siempre supo que sus días en esta granja eran contados.

Cuando ella llego aquí, agotada, con una pierna en mal estado y sintiéndose como si el mundo le hubiese dado la oportunidad de vivir una vida que no quería tener, esa existencia sobre la finalidad de este tiempo compartido sonaba como una especie de paraíso. Algo que cumplir; le daba un propósito entonces.

Desde allí, el significado fue modificándose.

Conforme se acercaba a Applejack y toda la familia Apple abría sus brazos lentamente hacia ella, incluso so no estuviesen presentes en la tierra junto a ella, la sensación de que todo esto era prestado, se hacía mas pesada de llevar.

Cada día, con cada beso compartido después, se volvió mas un recordatorio de que ella no se inscribió para un final feliz.

Se lo dijo a su madre, frente a sus cenizas, el día que todo acabo para ella; le dijo que ella no descansaría hasta que esto acabara. Que no importaba si esto acababa con ella. Y aunque así haya sido, los días pasaron, los meses se convirtieron en años, y en su corazón creció algo que ella temó nombrar.

Quiso huir. Habría sido tan fácil. Largarse y no tener que voltear. Pero no pudo hacerlo. Y cuando Applejack le mostró la carta sobre la mesa, con su nombre escrito en la pulcra letra de Spitfire, el temporizador puesto en retroceso estalló contra su rostro, indicándole, que, Rainbow Dash es un soldado, no un amante.

Sostener el sobre fue complicado, sus dedos temblorosos no podían abrirlo correctamente para leer el contenido. Se odiaba, pero la ansiedad contra su pecho no le permitía pensar en eso más a fondo.

La carta mencionaba estrictamente que a pesar de que en realidad le quedaban unas dos semanas aun en estadía, solicitaban su presencia inmediatamente, puesto que había una esperanza indiscutible, y que podría ser la salvación de todo el mundo. Al parecer, según relata brevemente Spitfire, hay una muchacha, una erudita, Twilight, quien siempre ha vivido bajo comanda de la pobreza en el norte, que ideó un plan con sobre noventa y ocho porciento de probabilidad de funcionar, siendo de total importancia que lo ejecutaran todas las tropas. Y necesitan a su capitán. Necesitan a Rainbow Dash.

Dice algo sobre ser trasladada de inmediato abordando el primer tren al día siguiente, y en conjunto, un boleto particular de tren para ella, con la dirección de donde están escondidos, esperando el siguiente movimiento.

Sabe que Spitfire debe estar confiada en este plan, al revelar información tan importante a través de cartas, sabiendo que muchas veces pueden ser leídas por agentes del Rey Sombra camuflados entre campesinos. Y eso no la hace sentir mejor.

Tiene muchas preguntas que no pueden ser resueltas en esta carta. Y hay mucha presión también.

Si realmente esta chica, Twilight, logra hacer que su plan, del que ella no tiene idea, funcione, podrían acabar con esta guerra de años. Finalmente, las familias podrían descansar. El reinado de este oscuro hombre acabaría, y su madre, podría estar en paz. Ella misma. Todas las personas que perdieron sus vidas, ya sea literal o no, gracias a la Causa. Ella misma podría ser libre. Applejack también, reconoce.

Pero, si el plan falla, y Twilitght no es quien dice ser, podrían todo en juego.

Se acabaría la rebelión, se acabaría la guerra, y no precisamente en buenas manos. Podrían terminar peor de lo que comenzó.

El mero pensamiento la aterra. Sus manos arrugan el papel de la fuerza que emplea al sostener la carta.

Mira a los hermanos Apple, quienes están viéndola fijamente, esperando una reacción de su parte. Ambos lucen serios, con el entrecejo junto, y los labios apretados en una línea recta, firme, como si el que ellos hablaran, causaría un impacto enorme. Y Rainbow no sabe si es así.

Arcoíris sin color. (sombraverse, appledash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora