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No podría describir como se sentía en ese mismo instante. Ahora estaba mordiéndose las uñas con tal ansiedad mientras miraba como esa aguja se movía lentamente, Hoseok no llegaría a la habitación. Escucha a lo lejos, después de abandonar la habitación, donde Seojun está feliz de que Hoseok por fin esté saliendo con un alfa. Alfa. Su cuerpo se tensa y aprieta los puños, maldita sea, el omega seguía frecuentando a ese tipo importándole poco lo que le había dicho en la noche anterior. La necesidad de tener a Hoseok muy cerca suyo lo estaba torturando, de cierta forma. Se fue a realizar otras cosas para no tener que enloquecer.

Y cierta manera, nada le estaba ayudando su mente siempre estaba ese precioso omega en su cabeza. Hoseok debía comenzar a pagar renta por estar ahí.

Mientras estaba comenzando, por fin, estar muy concentrado en su trabajo un mensaje de texto cae inesperadamente. Seojun lo había invitado a la cena familiar para presentar a Seokjin. Maldijo tantas veces que pudo y no tuvo más que remedio que asegurar su asistencia. Y toda la tarde lo estuvo torturando su mente, muchas imágenes donde Hoseok se besaba con ese alfa, mierda estaba enloqueciendo más.

Al llegar la noche el humor de Yoongi no mejoró para nada, siempre mirando fijamente al omega que estaba elevando tanto que podía a Seokjin. Siempre presumiendo sobre su trabajo, la forma buena en la que vive, su buena fe y siendo el ser "más puro". Yoongi no estaba convencido en nada de lo que Hoseok estaba diciendo, solo miraba a un alfa que estaba cien por ciento convencido de que lastimaría a Hoseok. No podía más con los celos y en la forma en que como si dirigía a él; esa sonrisa soñadora, sus ojos brillando por la ilusión y la emoción, la forma tan tierna en la que le hablaba, la forma en que lo tocaba. Debajo de la mesa apuño las manos con fuerza hasta que sus nudillos se volvieron blancos, quería arrancarle la cabeza y gritarle que el omega es suyo, pero la mirada fija en Hyeon hizo que se calmara un poco. Bien se sabía que él ya le había pedido el divorcio, sin embargo, él aún no sabía quién era la persona con la que frecuentaba. No debía saber aún.

Después de unos minutos Yoongi no pudo soportarlo más y decidió retirarse con la mera excusa de que estaba cansado por el trabajo, Hoseok no le convenció y solo lo miro retirarse. Era lo mejor, él no tendría que preocuparse por la asistencia y lo que pensará Yoongi porque por fin había encontrado un alfa, así ya no tendría que quitárselo a su hermano.

Obviamente seguía sin mejorar las cosas porque ahora en la familia ya estaban más que convencidos que Seokjin es alfa de Hoseok. Por mala suerte su mente no dejaba de torturarlo y pedirle a gritos que haga algo al respecto, también dentro de sus sueños el omega estaba ahí. Que alguien se apiade de esa pobre alma.

Y cuando su límite se cayó fue aquella noche, donde había perdió toda la razón. Seokjin estaba saliendo de la casa de los Jung al mismo tiempo donde Yoongi estaba llegando después del trabajo, ambos están frente a frente. Esa sonrisa le hacía pensar al alfa que se estaba burlando de él, diciéndole entre líneas que le ha ganado. No se iba a quedar así, Hoseok es suyo desde siempre, desde la escuela secundaria.

—¿Qué haces aquí?— pregunta Yoongi de manera brusca. Seokjin levanta una ceja por la forma en que le a hablado.

—¿No es un poco obvio? Acabo de ver a Hoseok— sigue con esa sonrisa que le hace perder la paciencia.

—Ya no lo hagas más— menciona de repente—, quiero que desaparezca de la vida de Hoseok.

—¿Qué?— las palabras de Yoongi lo toman por sorpresa.

—¿Cuánto quieres para que te alejes de él?

—¿Estas comprándome?

—Creí que eras más listo— ríe burlesco—, dime una cifra y te la doy.

Rojo | Yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora