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Los papeles del divorcio estaban ya en manos de Hyeon, el abogado de la familia le había notificado al omega que los necesitaba firmados esa misma tarde. Yoongi y Hoseok están la biblioteca familiar, donde el alfa lo había citado para darle ahora si la noticia. Él atmósfera estaba tensa que las piernas de Hoseok se sentían débiles, la mirada de Yoongi lo aterraba de sobremanera porque en realidad no sabía que era lo importante que tenía que decirle. Y aunque suene increíble Yoongi también estaba nervioso y con el corazón acelerado le confiesa por fin que le ha entregado los papeles de divorcio a Hyeon. Hoseok esta shock. No podía creer que lo haya hecho y menos por él. Pero su desconfianza llegó a golpearle la mente.

—¿Cómo sé que no me mientes?— pregunta el omega con la voz temblorosa de los nervios. Yoongi lo mira con confusión.

—¿Por qué dudas de mí?

—Habías estado evitándome y haciéndome ver que me utilizaste para tu beneficio. No quiero lastimarme más.

El alfa lo mira directamente a los ojos, toma de sus manos y las besa sin dejar de mirarlo.

—Estoy completamente seguro que quiero tenerte a mi lado, estoy enamorado de ti, Hoseok.

—Si en realidad estás tan seguro de lo que sientes por mí, demuéstramelo. Hazlo frente a todos, delante de Hyeon y la familia.

Y como si el alfa estuviera en una especie de hechizo este asiente con una sonrisa, le besa ahora la palma de sus manos.

—Haré todo lo que me pidas.

La familia se reúne en el gran salón para una cena que el mismo Yoongi había organizado. El ambiente está cargado de tensión y confusión, no logran entender con exactitud porque el alfa los reunió. Mientras se sirven los platos, Yoongi se levanta, no encuentra de donde tomo tanto valor para hacer esto, y ahora intenta captar la atención de todos.

—Antes de iniciar esta cena tengo algo que anunciar... algo que definitivamente no puedo ocultar más— sus ojos se posan en Hoseok, quien lo mira con preocupación. Se aclara a garganta y todos están atentos a cada movimiento y palabra que pueda decir.

Hyeon está con el ceño fruncido.

—. Tal vez y esta confesión suene tan impactante y pueda crear algún tipo de conflicto pero es algo que, en lo personal, no puedo seguir teniéndolo guardado. Estoy enamorado de Hoseok y lo estado desde durante mucho tiempo.

La sala se queda en silencio. El sonido de los cubiertos cayendo y los murmullos sorprendidos llenan el aire. El rostro de los presentes es todo un poema, incluyendo el de Hyeon, quien se pone de pie, su expresión cambia de incredulidad a rabia.

—Dime por favor, que todo lo que acabas de decir es una broma— su voz temblaba, tantas emociones juntas en su cuerpo lo estaban haciendo que sus manos temblaran de una manera increíble.

—No lo es.

El ambiente sigue más tenso de lo habitual, todos siguen en silencio sin poder decir algo al respecto. Se escucha un gruñido de rabia que sale de la garganta de Hyeon, y tomando una de las copas de vidrio la azota contra el suelo.

—¿¡Cómo te atreves a decirlo frente a toda la familia!?— grita—, ¿¡En que maldito momento te enamoraste de este hijo de perra!? ¡ERES UN GRANDÍSIMO HIJO DE PUTA!— y ahí es cuando se da cuenta de las cosas—. Entonces eras tú quien frecuentaba a Yoongi.

Hoseok se levanta, se siente culpable de alguna manera pero debe confrontar de una vez por todas. Siente la adrenalina corriéndole por las venas y una sensación amarga le llega por la punta de la lengua. Todos los prestes incluyendo a su hermano mayor están desconcertados y con demasiadas dudas en su cabeza. Siente que las palabras se le atoran en la garganta pero lo hecho hecho esta. En cierto punto la situación es algo cómica, todo se estaba yendo por al borda pero de alguna forma tenía que pasar esto, no sabe en qué momento está en esta situación y lo que más le da dolor de cabeza es como Seojun lo esta mirado, esa forma de decepción y confusión que se mezclan tan bien que le incomoda.

Rojo | Yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora