Capítulo 9: La Frialdad de La Emperatriz.

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—Noche del baile —

- ¿Mi esposa ya regresó? –

-Su Majestad La Emperatriz llegó hace dos horas, está preparándose para el baile al igual que usted, Majestad-

Una de sus doncellas responde mientras la peina. Lena estaba cansada y ni siquiera había iniciado el baile. Llevaba tres horas encerrada en esta alcoba siendo tratada como una maldita muñeca a la que incluso bañaron. Ya quiere que esto termine, pero sus doncellas le dijeron que un baile puede tardar horas, y piensa seriamente en clavarse un cuchillo.

-Su Majestad La Emperatriz está aquí-

Lena levanta la mirada mostrando admiración y sorpresa al ver a Kara ingresar con una apariencia pulcra y elegante portando su uniforme de emperatriz. Como siempre va totalmente de vestida de negro, bordes carmesís al igual que su larga capa, la corona en su cabeza resaltando el brillo de su cabello rubio, así como sus gélidos ojos azules.

-A pesar de tu mirada impaciente, te ves perfecta — Kara le dice en un tono burlesco.

-Gracias, tú también estás perfecta a pesar de tu maldad — Lena bromea también.

- ¿Cuánto más falta para que mi esposa esté lista? — Cambia a su expresión gélida al dirigirse hacia las doncellas que tiemblan ante su voz.

-Ella ya está lista, majestad — Responde quien le había colocado perfectamente la tiara.

-Perfecto — Tiende la mano hacia Lena — Vamos, nos están esperando-

-Ah — Lena suspira tomándole la mano para ponerse de pie — Que comience el suplicio-

-Te fascina dramatizar-

-Y a ti orillarme a dramatizar-

Rodea el brazo de su esposa, sonriendo y Kara hace lo mismo. Pero cuando están por ingresar al salón, ambas se muestran inexpresivas. Las puertas se abren y todos aplauden recibiéndolas. Lena piensa cuán falsos son, es evidente que odian y sienten miedo de Kara, incluso le parece divertido, pero se mantiene tranquila hasta que toma asiento junto a Kara en sus respectivos tronos.

Los súbditos se acercan para felicitarlas por el matrimonio, así como para entregarles obsequios demasiados ostentosos. Es la primera vez que Lena presencia algo así, y no sabe cómo sentirse a diferencia de Kara quien se nota aburrida con la mirada perdida.

Las horas pasan y Lena tiene que escuchar conversaciones aburridas con damas aburridas y engreídas, mientras Kara habla con sus esposos y esposas que son hembras activas. Todo en los bailes es política, todos quieren tener buena relación con La Emperatriz despiadada. Está segura que Kara siente repelencia de su falsedad, pero lleva relacionándose con este tipo de seres desde su nacimiento.

Para su fortuna, el baile es el último evento y Lena al fin puede sentir la libertad cuando Kara la toma de la mano guiándola al centro del salón. La música comienza e inician el baile lento y acompasado. Ambas se miran fijamente mientras se mueven en este baile como la pareja perfecta que son.

Kara siente que su mente se la liberado también, ya está agotada y aburrida de tantos hipócritas, pero ahora que baila con Lena se desconcierta al sentir tranquilidad, nunca antes había experimentado algo así. Comienza atribuírselo al embarazo, aunque también a esta peculiar relación que ahora tienen.

-También sientes alivio, ¿Cierto? — Lena pregunta con una leve sonrisa.

-Es extraño que comiences a ver a través de mí — Kara no sonríe, pero Lena puede ver la diversión en sus ojos azules.

-Bueno, ahora vamos a tener un hijo y creo que eso comienza a afectar nuestro extraño matrimonio-

-Eso estaba pensando, tiene sentido que se deba a nuestro hijo-

My Twisted EmpressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora