El latir de mi corazón es como una melodía rota, una sinfonía descompuesta que pierde su ritmo en cada golpe. En lugar de una cadencia constante y armónica, cada latido resuena con la disonancia de un acorde desafinado. Las notas, que alguna vez formaron una música suave y reconfortante, ahora se entrelazan en un caos de desilusión y tristeza.
Cada palpitación es un eco de fragmentos de canciones pasadas, recuerdos que se arrastran con la pesadez de lo inacabado. El corazón, en su intento de encontrar el compás perdido, golpea con una irregularidad desconcertante, como si cada latido intentara recordar cómo solía sonar la melodía completa... No obstante, lo que queda es una sucesión de ritmos entrecortados, una melodía que se desvanece en la bruma de lo que pudo haber sido.
En este estado de disonancia, no hay consuelo en la armonía, solo una búsqueda constante por recomponer lo que se ha roto. La música del corazón se convierte en un recordatorio doloroso de la belleza que una vez existió y que ahora parece inalcanzable, atrapada en los ecos distorsionados de un pasado lejano. Cada latido es una súplica silenciosa por recuperar la melodía perdida, por encontrar el ritmo que pueda devolver la paz a un corazón que sigue buscando su verdadera canción.
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Susurros del Corazón
PoetryCada página está impregnada de sentimientos intensos, desde la alegría desbordante hasta la melancolía más profunda. Estos escritos invitan al lector a reflexionar sobre sus propias experiencias, creando un lazo íntimo entre el escrito y el lector. ...
