Fantasmas

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Vivo rodeada de fantasmas y recuerdos borrosos de aquellos a los que en algún momento amé, como si mi vida fuera una escena de una película en blanco y negro, donde los colores se desvanecen con el tiempo. Estos fantasmas son sombras que caminan a mi alrededor, susurrando historias que alguna vez me hicieron sonreír y que hoy solo me devuelven un eco de tristeza.
Cada rincón de mi ser parece ser un viejo escenario de teatro, donde los actores ya no están, pero sus huellas permanecen impresas en el suelo, como si el tiempo no hubiera logrado borrar las marcas de sus pasos. Los recuerdos, desvanecidos como tinta antigua en un pergamino olvidado, se mezclan en mi mente, creando un mosaico difuso de momentos que ya no tienen forma ni color, pero que aún pesan con la gravedad de lo que fue.
Mi corazón se convierte en un jardín abandonado, lleno de flores marchitas y hojas secas que crujen bajo el peso de lo que alguna vez fue amor. Estos sentimientos, ahora fantasmas en sí mismos, vuelan en el aire como mariposas nocturnas, capturadas por la luz tenue de la nostalgia. Cada suspiro que emito es un reflejo de esos ecos que no se desvanecen, sino que se aferran a mí, como si fueran la única realidad que me queda.
En el fondo, me pregunto si alguna vez podré despejar esta niebla que me rodea, si algún día el sol de la esperanza volverá a iluminar mi horizonte y los fantasmas se disolverán en el aire, dejando espacio para nuevos recuerdos, frescos y vivos. Hasta entonces, sigo en este escenario, intentando recordar y olvidar al mismo tiempo, en un juego interminable de recuerdos y sombras.

Susurros del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora