CAPITULO 1

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Despertar en la comodidad de un buen colchón era algo que no ocurría a menudo, debías tener mucha suerte de encontrar un lugar que no esté destrozado, sucio o parasitado. Había estado mucho tiempo sin haber podido dormir en una cama real. Específicamente, desde que escapamos de la central de C.R.U.E.L para no ser disecados como ratas.

Así que, despertar en un colchón blanco y cómodo, solo me hizo pensar que había vuelto allí. Me habían capturado, el rescate a Minho había fallado y todos habíamos sido encarcelados. Mi cuerpo comenzó a sentir adrenalina, tenía que levantarme, tenía que encontrar a Thomas y juntos teníamos que rescatar a Minho. Pero mi cuero no respondía a mis pensamientos, sentía mi cuerpo temblar, era la ansiedad por levantarme, pero mi cuerpo no se movía. Solo podía sentir la suavidad del colchón a mis espaldas y un leve pitido en mis oídos, todo eso en la oscuridad de mis ojos.

Poco a poco, el pitido de mis oídos fue disminuyendo y pude escuchar sonidos más nítidos, sonidos reales. Pasos, chirridos, puertas, choques... hasta voces. Cuantos más sonidos escuchaba más aumentaba el dolor de cabeza que tenía.

—El pulso del paciente se está acelerando —no llegué a escucharlo en su totalidad, mi odio seguía sensible al sonido y escuchar sonidos fuertes hacía que me doliera.

—¿Crees que vuelva a convertirse? ¿O es por la ansiedad del despertar?

¿Convertirme? No estoy en un colchón, estoy en una camilla de laboratorio. Están experimentando conmigo, ya es demasiado tarde para mí.

—Tenemos que saberlo, si le inyectamos el medicamento erróneo podríamos matarlo.

—Los tres últimos infectados que han sido inyectados están bien. ¿Asumimos que con él también ha funcionado?

Me han infectado, voy a perder la conciencia en esta camilla. Es demasiado tarde para mí, espero que Thomas tenga un plan para salir de aquí y no tenga que enfrentarse a mi para poder lograrlo. Espero que Minho esté a salvo, con Thomas, con Fritanga...

—Pues no nos queda de otra, tiene taquicardia por el despertar y le inyectamos un calmante. Como perdamos este paciente la doctora jefe nos va a echar del programa.

Siento un pinchazo en el brazo. Mis oídos se calman, y puedo escuchar con mayor calidad, o quizá fueron las mujeres las que bajaron la voz. Pero mi cabeza se sintió más en calma y el dolor disminuyó.

—El día que estamos nosotras de guardia, tiene que despertar. Ha estado una semana inconsciente y tiene que despertar hoy. Podría haber despertado ayer y así el marrón se lo comía Stefany, no nosotras.

—Ha funcionado, su corazón se está ralentizando. Su cuerpo acepta el medicamento.

¿Mi cuerpo? Medicamento. ¿Así es como le llaman al virus que me están inyectando? Medicamento.

—¿Y por qué no abre los ojos? Debería responder a la cura.

La cura. Qué gracioso. No existe una cura para... los raros. Yo me convertí en uno, yo le pedí a Thomas que me matara y que no me dejara ser un monstruo. Que me dejara morir al igual que dejamos a Winston hacerlo.

¿Por qué no estoy muerto?

Thomas no pudo hacerlo. Le pedí algo muy injusto para él, debería haberlo hecho yo mismo. Ahora soy un sujeto de experimento infectado más para esta gente.

—La cura que le fue inyectada es diferente. Este es el paciente especial del cual nos habló la doctora jefe, el cual no respondía ante ninguna cura. Hasta ahora.

—¿Deberíamos llamar a la doctora jefe ya?

Esa doctora jefe, era cruel, ¿verdad? La doctora Ava Paige.

—Dijo que la llamáramos si ocurría algo. Y no ha pasado, el paciente sigue en la cama, con indicios de actividad cerebral y física pero ya está calmado. Sin reaccionar, pero estable.

—Es decir, si está pasando algo. El paciente ahora está calmado, pero ha reaccionado y no tiene pinta de que vaya a convertirse en un raro. Debemos llamarla.

—No va a venir, está en una reunión muy importante con los inversores. Por muy "especial" que sea este paciente, no va a abandonar la reunión más importante de su proyecto por él.

—Bueno, pues informaremos al segundo al mando ya que ella está ocupada.

El segundo al mando, podría ser ¿Janson? Mierda, él era peor.

—Haz lo que quieras. Yo me quedaré aquí. Vigilando.

Tenía que moverme. Estaba consciente, podía escuchar.

—He traído al doctor Hunt.

—Reportaje. ¿Qué ha pasado?

—Ha reaccionado, su corazón ha empezado a acelerarse, ha entrado en taquicardia y hemos tenido que intervenir. Tras administrarle un calmante su corazón se ha ralentizado y está estable. Pero sin reacción sensorial. No abre los ojos, no habla, no hay signos de que nos escuche...

Que no escucho dice, lo hago. Y ahora perfectamente.

—Bien, sentadlo.

Sentí sus manos tocar mi cuerpo, sentí un pinchazo en unas de mis piernas. Habían comenzado los experimentos y ni siquiera estaba dormido, iba a sentir todo el dolor.

—Su pulso se acelera —dijo una voz femenina.

—Su cerebro tiene que reaccionar. Su corazón funciona, según nuestros sensores, su cerebro también pero no hay ninguna respuesta física. Siente cada pinchazo y toque que suceda en su cuerpo, pero por algún motivo no lo exterioriza.

—¿Eso significa que ha sucedido alguna negligencia durante el tratamiento?

—No tiene por qué, puede que está sea la reacción natural de su cuerpo al medicamente. Puede que sea un método de defensa, puede que sea una consecuencia de haber estado infectado durante tanto tiempo... No podría saberse con exactitud. Solo habrá que esperar.

—¿Más?

—Todo lo que haga falta. Estamos aquí para salvar vidas, no para destruirlas. Y recordar...

Déjame adivinar, ¿cruel es buena?

—La seguridad del propia es superior a la del paciente.

No entiendo nada.

Me duele la cabeza. Me gustaría poder llegar a por Thomas, pero mis fuerzas no son suficientes. Mi cuerpo no responde a mi suplicas.

Por favor, si hay algún Dios escuchando salva a todos y llévalos a un lugar seguro. Lejos que aquí, de los raros y lejos de cruel.

THE SURVIVORS - the maze runnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora