CAPITULO 2

12 1 0
                                    

El dolor de cabeza era leve, sentía una punzada de dolor por todo mi cuerpo. Volvía a estar tumbado en un colchón blando, seguía en el mismo lugar, o eso suponía. Aunque no completamente adormecido, podía sentir el tacto del textil en las manos y podía moverlas. Podía alcanzar todo, no estaba atado, podía mover mis manos libremente por el lugar.

Extendí mis brazos, ayudándome a incorporarme. Pude sentarme con una inesperada facilidad, podía mover los dedos de las manos y los dedos de los pies. Podía flexionar los codos, con algunas punzadas de dolor, pero nada que no hubiera sentido antes. Podía soportarlo. Lo mismo con mis rodillas. El único inconveniente era mi vista, al abrir los ojos. Todo estaba tan borroso, no podía diferenciar nada más que fogonazos de luces blancas y azules por el entorno.

Extendí mi mano, y pude apoyarme en un lugar duro y alto para poder girarme y enderezarme de donde sea que estuviera tumbado. Tenía la suficiente fuerza en mi cuerpo para salir de allí. Con algo de esfuerzo, podría salir de allí. Lo primero sería esconderme, hasta que de alguna manera pudiera solucionar el problema de mi vista.

Con el impulso de mis brazos pude extender mis piernas al completo, estaba completamente de pie, y con el apoyo de mis brazos en los accesorios de alrededor podía moverme con más facilidad de la esperada. En algún momento, llegué a tocar una pared sólida y lisa, sin ningún relieve.

Si seguía este camino, en algún momento llegaría a una puerta. La bloquearía y esperaría a que mi cabeza estuviera lo suficientemente despejada y calmada —que difícil iba a ser—, para poder idear un plan. ¿Estarían Thomas y Minho ya fuera? O seguirían atrapados aquí conmigo, de alguna manera u otra tendría que saberlo.

¡Lo encontré! ¡Un pomo! Un pomo que giraba, la puerta no parecía tener ningún tipo de complicación tecnológica. Al girar el pomo debería abrirse la puerta. Esperaba que no tuviera ningún código o llave que insertar o ninguna identificación visual que mostrar.

Así era, al girar el pomo, lo que deducía que era la puerta comenzó a moverse. Podía abrir y podía cerrar. Bien, lo siguiente sería...

—Tenemos otros pacientes que atender, tenemos otros enfermos que curar. No podemos seguir teniendo a un no inmune ocupando medicamento y tiempo de nuestros doctores por algún tipo de respuesta inexistentes que vieron aquellas internas —alguien se acercaba desde mi derecha, dejé la puerta al aire, esperando que no hiciera ningún ruido y me agaché lo más rápido que pude intentando evitar el dolor de mis músculos al contraerse—. El paciente está cerebralmente vivo, pero su cuerpo físico no responde. Sus reflejos están muy mal. Siente dolor, pero solo lo sabremos si está conectado a una máquina que nos muestre el ritmo de su corazón. No hay respuesta física, doctora, tenemos que dejarlo ir ya.

Era un hombre. Por los pasos, parecía ser una sola persona. Si me atrapa y soy lo suficientemente rápido podría deshacerme de él con el menos ruido posible. Era una pena no tener mi vieja confiable al alcance cuando uno la necesita.

¿Cuánto tiempo habré estado en cama? ¿Dónde estarán todas mis pertenecías?

—Doctor Hunt, estoy a punto de que los inversores acepten mi propuesta. Él es la clave para una nueva era, demostrará mi teoría sobre la cura. Serían un gran paso en la medicina, para nuestra medicina. Esto es en lo que llevo trabajando los últimos tres años y no voy abandonarlo por nada del mundo. Ni el proyecto, ni mi paciente.

Esta vez era la voz de una mujer lo que se escuchaba. Aunque no sé de dónde había llegado esa voz, el pasillo estaba realmente silencioso no parecía haber otra persona llegando.

—No es tu paciente, yo lo encontré. Y lo traje hasta ti, que fuera tu conocido no significa que te conviertas en su tutora legal o algo así. Tu teoría no funciona, debes pasar página y centrarte en el nuevo proyecto.

THE SURVIVORS - the maze runnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora