Capítulo 3

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Llegó al hospital con 15 minutos de retraso, la doctora Gonzáles me va a matar. Al parecer anoche hubo un choque entre un autobús y un carro, al ser el hospital más cercano transfirieron a todos los heridos para el memorial, menos mal que en el autobús no había mucha gente.

Estoy en los casilleros dejando mis cosas, saliendo de esa sala me recibe Gonzáles -Muy bonita la hora de llegada-

-Andrea perdón, me quedé dormida- le pongo un puchero a ver si así se apiadad de mi

-Y se puede saber porque carajos te dormiste tarde sabiendo que tenías turno en la mañana- Andrea cuando está molesta es muy sarcástica pobre de su marido

-Bueno estaba viendo Merlina en Netflix- respondí con una inocente sonrisa

-Mmm Atenea deja de sonreír que no le encuentro la gracia- le pongo otro puchero y baja un poco su guardia - ya, ya ,ya apúrate que el doctor Smith anda de un humor que ni él se aguanta-

-Que raro dime algo nuevo, cuando tú lo has visto de buen humor- pregunto con sarcasmos y rodando los ojos

-Cuando le coquetea a las enfermeras, ahí sonríe como si estuviera en un comercial- dice Andrea y tiene razón el doctor Smith es bastante conqueto. Muchas veces me ha invitado a salir y claro yo lo rechazo con sutileza

Andrea y yo salimos hablando de la nueva enfermera que llegó hace una semana y claro el doctor ya le puso el ojo encima

Llegamos a emergencia y me quedo algo sorprendida, la sala es un caos. Gracias a Dios no hubo ningún muerto pero si muchos heridos

Me dirijo al cuarto de una señora de 60 años, reviso su historial clínico, puedo ver que era pasajera de autobús

-Buenos días señora azucena, como durmió, se siente bien- pregunto con cariño mientras se cambio la bolsa de suero

-Bueno hija bien, me duele un poco la cabeza pero el doctor me dijo que eso se debe al choque, ya que me golpee la cabeza- responde también con cariño

-Nada más, no siente ningún otro dolor, solo la cabeza- pregunto ahora sí mirándola a los ojos

-Me duelen las piernas- termino le revisar sus signos vitales y prosigo a hacerle un examen cefalocaudal, no noto nada extraño ni ninguna otra dolencia además de las piernas

Me retiro de allí y busco al doctor que está a cargo de la señora azucena para avisarle que ya despertó

Mi mañana transcurre de ir de una habitación a otra cambiando vías y revisando los signos vitales, llegó la hora del almuerzo, voy a la cafeteria que tiene el hospital, busco una mesa libre y veo una donde esta Andrea

-Que tal tu mañana- pregunta mientras se lleva una papa a la boca

-Ocupada- por un momento quedó atrapada en mis pensamientos hasta que Andrea chasquea sus dedos en mi cara

-Sigues preocupada por la deportación

-Shsss baja la voz- solo ella y Andrés saben del citatorio

-Ups disculpa, Atenea yo te aprecio mucho y creo que eres algo así como una mejor amiga- la interrumpo

-Como que algo así, yo pensaba que eras mi mejor amiga- me hice la ofendida y Andrea solo se rió

-Ya tonta, como te decía te quiero Haci que te voy a dar un concejo que no me has pedido pero igual lo voy a hacer porque soy metiche. Cásate

-Creo que me quedé sorda, hablas en serio- pregunto con cautela. Ella solo asiente -pero te has vuelto loca mujer - trato de no gritar pero no lo consigo

Visa de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora