AteneaAl llegar a la empresa, entro a la oficina de Demian y me siento en el escritorio que el había pedido para mi, si tengo un escritorio en su oficina , segun él quiere tenerme cerca en caso de que se le presente algo no tardar mucho.
— Demian a las 2 tienes una junta con los ingleses — dije sin levantar la mirada de la tablet.
— Está bien Atenea, por cierto tienes que entrar conmigo para que anotes todo por si algo se me pasa — respondió de vuelta.
— seguro, bueno voy a la sala a preparar todo ya son las 12 — me levanté del sofá para ir a la sala de juntas.
Le pedí las carpetas a Natali, las que tengo que entregar en la junta con los proyectos que quieren negociar con los ingleses y luego me dirigi a la sala.
Puse en cada puesto las carpetas con las indicaciones y permisos del nuevo proyecto, al salir pase por una oficina que tenía la puerta semi abierta y yo soy muy curiosa así que entre.
Parecía una sala de descanso, tenía varias mesas y una cafetera también habían dos termos de agua y un microondas, estaba desolada, claro que eso puede ser porque todos comen en la cafetería que tiene la empresa. Me quedé allí un rato disfrutando del silencio y pensando en nada.
Me dieron ganas de ir al baño, suerte que está sala también tenía un baño, hice mi necesidad fisiológica y salí, no termine de caminar por el pasillo cuando escuché una conversación. Cómo soy chismosa me escondí detrás de una máquina expendedora para escuchar mejor y que no me vieran.
— Vieron a la asistente del jefe — dijo una mujer, no pude ver quienes eran pero por las voces pude distinguir que eran 3 mujeres.
— Si, no es muy bonita. La señorita Amanda es mejor. — dijo otra
— De dónde la habrá sacado. — pregunto una tercera, para no confundirme les diré arpía 1, 2 y 3
Arpía 2 — yo la he visto varias veces pero con el licenciado fuentes, quizás se conocieron por él.
Arpía 1 — sea como sea, el jefe no le gusta compartir oficina y menos que estén mucho tiempo con él, seguro se acuesta con ella.
Arpía 3 — Eso no importa cuando se canse de ella la va a botar y regresar con la señorita Amanda, ya saben que ellos llevan muchos años juntos. Todos esperan que se casen hasta sus padres.
Arpía 2 — tienes razón, aunque desde hace un tiempo la señorita Amanda no viene — esas arpías seguían hablando mientras estaban en una de las mesas tomando café, sin ganas de seguir escuchando salgo de mi escondite.
Las 3 arpías al verme palidecieron, me acerque a la cafetera a servirme un café y mientras me servía hablé.
— Saben es de mala educación hablar a espaldas de la gente, pero puedo entenderlas, tienen vidas tan aburridas que para tener tema de conversación hablan de la de los demás ya que la de ustedes a nadie le interesa — Digo terminando me mi café — con permiso. Ha y cuidado se muerden la lengua, no valla a ser que se ahoguen con su propio veneno.
Salgo de allí caminando con lentitud y pasos largos y firmes, mientras sonreía con suficiencia por las caras de indignadas de las arpías.
Seguí mi camino hasta la oficina de Demian. Cada vez que me acercaba más, se escuchaban unos gritos, cuando iba a abrir la puerta Natali me detuvo.
— Te aconsejo que no entres, la señorita Amanda está allí, discutiendo con el señor O'brien.
— Con más razón voy a entrar — abrí la puerta y me encuentro a Amanda tratando de besar a Demian y a él tratando de apartarla sin lastimarla
Termine de entrar a la oficina y me acerco a Amanda, la tome del cabello y la jaló hacia atrás para apartarla mientras ella pedía que la soltará.
— Como te atreves a tocarme, a mí. La novia del dueño de esta empresa. — Dice mirándome molesta.
— Que crees tu, alejarte pues, no es obvio — respondí con sarcasmo — ahora sí eres tan amable de retirarte antes de que llames a seguridad.
— Demian es mío, dícelo amor — dijo mirándolo, pero Demian no hizo nada, solo la veía con molestia.
Rodeo a Demian simulando buscar algo — Bueno yo no veo tu nombre por ningún lado, y que yo sepa las personas no son objetos para pertenecer. Ahora sí lo dices porque tuvo algo contigo entonces déjame informarte que Demian está casado conmigo, lo que quiere decir que si el le pertenece a alguien es a mi. Ahórrate la pena y vete si no llamo a seguridad — dije con los brazos cruzados.
— Esto no se quedara así, cuando el se aburra de ti vendrá a buscarme — dijo antes de irse.
Me doy la vuelta y noto a Demian mirarme con una sonrisa — Que, tuve que hecharla. Te dije que si vas a seguir con ella lo hicieras en secreto, si nuestra relación se hace publica y esto llega a oídos del señor Gutiérrez sabrá que nos casamos por los papeles y me deportaran y tú irás preso — dije sentandome en el escritorio.
Demian
Estaba apartando a Amanda y trataba de no lastimarla. No quería que me besara, si Atenea entraba lo poco que habíamos avanzado se arruinaba.
Sin verlo venir Amanda fue apartada de mi bruscamente, era Atenea, mi cuerpo se tenso automáticamente como un instinto, no queria que malinterpretará todo. Pero quedé sorprendido al verla defenderme, cuando dijo que era suyo, mi corazón se aceleró. No podía ocultar la felicidad porque eso significaba que aunque sea le gustaba un poquito.
Pero cuando hablo mi sonrisa se borró, sentí una presión en el pecho, cerré los ojos y respire profundo antes de abrirlos, le tengo que dejar claro que quiero algo con ella, todavía no se que. Pero algo es seguro y es que la quiero para mí. Me molesta pensar que alguien más la pueda tener.
— Atenea — dije con calma — en la mañana mientras veníamos para acá, te dije que quiero algo contigo y que si tú querías la dejaría de ver, se que dijistes que no te importaba pero viendo esto que acaba de pasar lo haré igual, no quiero arruinar nada contigo y si a ti no te importa, a mi si. — dije de una manera muy fría para que viera que hablaba en serio.
— Entonces que hacía aquí — dijo cruzándose de brazos.
— Vino porque le dije que lo teníamos se acababa porque ahora soy un hombre casado y tengo que serle fiel a mi esposa.
— Ahhhh, si es por eso yo no tengo ningún inconveniente que se sigan viendo, siempre que sean cuidadosos. — Dijo con tranquilidad
Está mujer está acabando con mi paciencia, no me cree, está bien. Se lo demostraré.
— No la quiero a ella, te quiero a ti. Tambien se que dijistes que no nos pertenecemos pero tú serás mía, ahora sí me disculpas voy a hablar con seguridad para que no la vuelvan a dejar a entrar — dije para salir y hablar con seguridad, pero me doy la vuelta cuando ya estoy cerca de la puerta — otra cosa. Mañana vamos a comprar anillos de matrimonio, aremos nuestra relacion publica y así me aseguro que ningún imbécil se te acerque — digo para salir.
Atenea me detiene antes de que cierre la puerta detrás de mi — Demian, tengo hambre, puedes pedir algo de comer— dice con los brazos en la cintura mientras mira el piso.
Me acerco a ella y la abrazo por la cintura, hoy se puso un vestido un poco más abajo de las rodillas, y muy pegado, eso acentúa su cintura de reloj de arena y unos tacones negros, parce ejecutiva vestida así.
Mientras la brazo la miro a los ojos, tiene unos ojos hermosos, parecen los ojos de las leonas, le doy un beso en la frente y antes de salir pregunto.
— Quieres comida china
— Si por favor y un jugo de durazno— dijo sin ninguna emoción en la cara pero con las mejillas sonrojadas, yo solo puedo sonreír por esa acción.
Bajo al primer piso y hablo con seguridad para que no dejen entrar a Amanda. Salgo y compro la comida china, vuelvo a la oficina, Atenea y yo comemos en completo silencio pero yo no dejo de verla mientras como, ella parece darse cuenta ya que no me mira pero tiene las mejillas rojas, ese gesto me encanta y me parece tierno a la vez.
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Visa de Amor
RomanceAtenea es una muchacha venezolana que llegó a los estados unidos hace 5 años con ayuda de su mejor amigo, luego de 5 años la quieren deportar a lo que ella obviamente no quiere, así que su mejor amigo le da una idea. Casarse con Demian, un atractivo...