Pedrito lloraba. Había estado lloviendo desde la madrugada y el ruido era intenso, mezcla de lluvia, viento y truenos seguidos de relámpagos que iluminaban el cielo. El pequeño hijo de Sonny y Rafael quizás no entendiera lo que era una tormenta, pero por cierto que tenía oído suficiente para estremecerse y llorar, a falta de una forma mejor de comunicar su desagrado por tan repentino temporal.-Ya no sé como calmarlo, Rafa- se quejó Sonny con impotencia.-No sé si es solo por la tormenta o qué, pero no ha querido dormir su siesta en todo el día. Llora, se hizo pis dos veces seguidas… ¡estoy un poco desesperado ya!
-Intenta calmarte lo primero- respondió desde el otro lado del teléfono su esposo, que había aprovechado un momento de descanso en el tribunal para averiguar como iba todo en casa.-Y después intenta lo que probamos aquella vez que Pedrito tampoco quería dormirse, ponle algo de música relajante. Déjalo en la cuna en vez de mecerlo en tus brazos, así sí se duerme ya estará acostado y no tendrás que moverlo. ¿Qué te parece?
Lo intentaría, desde luego, pero estaba muy cansado y bastante deprimido por su ineficacia para dormir a su propio hijo. Se sentó junto a la cuna para arrullar al pequeño mientras la música los envolvía, preguntándose si era una madre adecuada… o solo una persona perezosa que sentía ganas de bajar los brazos a cada dificultad.
Realmente no quería pensar en eso, pero no podía evitarlo. ¿Estaba hecho para ser madre, o solo se había resignado a serlo porque el destino se lo había enviado? Amaba a Pedrito pero quería descansar de él, pasar un día, al menos una tarde, sin oír sus llantos y tener que estar pendiente de si se había hecho caca o no. Se sentía horrible por tener tales pensamientos intrusivos, como si al pensarlo estuviera deseando no tener un hijo. Eso lo convertiría en un monstruo, pero no, ¡él no era ningún monstruo! Nunca se le había pasado por la cabeza abortar, al contrario: había sido muy feliz de poder afrontar ese embarazo al lado del hombre que amaba. ¿Por qué entonces ahora estaba tan cansado, sobrepasado, exhausto y confundido?
"Porque tenias un buen empleo nuevo en donde brillar, y ahora vives encerrado con el niño, no sales a ningún lado y tu esposo trabaja. Apenas lo ves. ¡Por eso!" le contestó una voz interior llena de saña, que él procuró desechar. No podía pensar así, era estúpido. Tener familia era algo hermoso y además no tenía por qué temer, eventualmente cuando su permiso por maternidad expirara volvería al trabajo y por ende a su vida social, como cualquier otra madre. Le costaría dejarlo con una niñera pero lo haría, porque así tenía que ser. No estaban en la antigüedad, cuando se le exigía a la mujer con hijos que renunciara a todos sus otros deberes y placeres para dedicarse por entero a la crianza. Estaban en el siglo XXI, y tanto mujeres como hombres gestantes y padres tenían los mismos derechos a vivir sus vidas, trabajar y ser libres más allá del hogar.
-Entonces, si todo es tan fácil… ¿por qué me siento tan atrapado?- murmuró secándose una lágrima perdida, producto de su melancolía y frustración. Pedrito estaba más calmado y ya no lloraba, pero tampoco se había dormido. Seguía removiéndose debajo de su mantita, inquieto, como si le faltara algo. Quizás extrañaba ese feo conejo de felpa que solía abrazar en la cuna, pero no podría dárselo esta vez; lo había tenido que mandar a lavar porque Pedrito mismo le había vomitado encima el día anterior, apestando no solo el conejo sino también su propia mantita. Sonny había tenido que limpiar él mismo la cuna en vez de pasar una agradable velada mirando Netflix con Rafa.
"Debo tener paciencia. Solo eso, paciencia. Esto no es tan malo ni tan terrible, Sonny, vamos. Ten paciencia y un día pronto todo volverá a la normalidad" intentó animarse mientras dejaba caer otras lágrimas, pues al fin Pedro se había dormido. Quizás ahora podría tomarse al menos un ratito para sí mismo, calmarse y volver a sus actividades cotidianas sin sentirse un miserable.
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Ley, Orden y Familia
FanfictionDominick Carisi está más que satisfecho con su vida actual: ha logrado convertirse en fiscal del distrito después de muchos años de preparación, y está casado con su colega el fiscal Rafael Barba. Todo va bien, hasta que un test de embarazo positivo...