12 - Es obvio.

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Rodrigo aún no conciliaba el sueño luego de cenar. Angie había estado encima de él por un rato y eso lo había agobiado bastante, ya era tarde y las ganas de dormir no aparecían.

Escuchó como la puerta se abría de a poco y cerró sus ojos rápidamente para simular estar durmiendo.
Ya que no veía qué estaba pasando, se limitó a usar dos de sus sentidos; la audición y el olfato. Es un extraño don de Carrera saber a qué huelen las personas que lo rodean.

Y ese perfume caro tenía nombre y apellido.

El Burberry Hero de Iván era una fragancia que solo utilizaba cuando ambos salían de fiesta. Atraía a muchas mujeres... fuera de eso, Rodrigo amaba el aroma de ese perfume, era muy masculino y lograba hipnotizarlo con tenerlo cerca.

— Flashback; un año atrás.

—¿Ya estás amigo? siempre tardas tanto en arreglarte, vamos a llegar a la previa y ya se van a estar yendo todos— quejó Carrera mientras esperaba a su amigo.

—Solo me falta el perfume— gritó desde la otra punta del departamento —¿viste mi Burberry?

—¿Vas a ponerte el Burberry?— sonrió— ¿estás de cacería?— bromeó.

—Sos un pelotudo— rió— ah, lo encontré— esparció el aroma por toda su ropa, cuello y muñecas. Finalmente estaba listo para salir.

En el ascensor, lo único que podía notar Rodrigo era la potente fragancia en el aire.

—Es muy rico ese perfume amigo— se acercó al cuello del más alto para sentirlo aún más— me encanta— halagó mientras suspiraba.

—¿Te gusta?— preguntó con una sonrisa burlona— no lo uso hace mucho.

—Tendrías que usarlo más— aconsejó. Iván se limitó a asentir.

Fin del flashback.

Desde esa vez, Buhajeruk había usado el perfume todas las veces que habían salido de joda, además de en el cumpleaños de Rodrigo, por supuesto.

Le sorprendió haber vuelto a sentir ese aroma, pero no le disgustaba en lo absoluto.

Sintió como Iván se posicionó en un lado de la cama, despacio para no despertarlo.

—Ya sé que estás despierto tarado, no soy boludo— habló Iván.

—Te odio— rió — lo hubieras dicho antes.

—¿Para qué te haces el dormido? ¿me estás evitando o algo así?— preguntó con un tono dulce, y en voz baja. Al parecer todos en la casa estaban durmiendo.

—No...— dijo dándole la espalda, dando a entender que dentro de todo, mentía.— ¿Por qué lo decís?

—Si no me estas evitando, mirame— Rodrigo volvió a darse vuelta, observando a su amigo en pijama. —Ahora sí— sonrió —Angie no me dejó subir antes, tuve que esperar a que todos se duerman para venir— contó. Carrera desvió la mirada.

—Angie me estuvo cuidando, no sabía que no te había dejado venir— le pareció extraño que la peliazul haya hecho eso, pero no le dió importancia. —no te estoy evitando.

—Espero que no— rió— ¿cómo te sentís?

—Estoy bien— sonrió para transmitirle confianza— Angie me dió de comer y un par de pastillas.

—Me alegro que te haya cuidado— habló entre dientes. "Tranquilamente pude haberlo hecho yo, si me hubiera dejado" pensó.

—Sí— sonrió— es buena a pesar de que no parezca, está buena también— bromeó y rió él solo. Iván solo soltó una risa falsa.

Tosió falsamente— bueno, quería saber cómo estabas... voy a volver a mi cama.

—Está bien, gracias por venir. Buenas noches— saludó con una sonrisa. Spreen se fue decepcionado de que Rodrigo no lo haya invitado a dormir con él.

Carrera suspiró cuando la puerta se cerró. Luego de lo de la noche anterior, ver a Iván se le hacía un poco incómodo, no podía evitar que su cabeza se llene de pensamientos cuando lo miraba directamente a esos ojos oscuros como la noche misma.

[...]

El castaño se despertó gracias a que Angie irrumpió en su cuarto mediante -el portal- (la conexión entre sus habitaciones).

—Buen día— sonrió la rosarina— te traje el desayuno.

—Gracias— dijo adormilado— no hacía falta igual, ya me puedo levantar.

—Ya lo sé, pero quería hablar de algo...— dejó la bandeja con el desayuno a un lado del castaño.

—¿Qué pasó?— se sentó y la miró con preocupación.

—Vos... ¿a vos te gusta alguien?— preguntó Angie, dejando sin palabras a Rodrigo.

Rascó su nuca, nervioso;— no... ¿por qué?

—No hace falta que me mientras— rió— ya lo sé.

—¿Qué sabés, tarada?— rió nervioso, haciéndose el desentendido.

—Que te gusta Iván— dijo— es obvio, amigo.

—¿Eh?— dijo, shockeado. —¿Eh?— repitió.

Por la absurda reacción del ojiverde, Angie confirmó su teoría;— ¿Es verdad? no me digas, ¿tenía razón?— rió— ¿en serio te gusta?

—Eh...— volvió a decir— osea, si, no, puede ser, digamos... ponele— titubeó.

—No puede ser— cubrió su boca con la mano.

—¿Cómo te diste cuenta?— tomó una almohada y la abrazó— ¿en serio es obvio?

—No, osea, sí... vos sos muy boludo— se encogió de hombros— en realidad a veces parece mutuo, pero son raros ustedes.

—No es mutuo, quedate tranquila— suspiró.

—¿Hace cuánto...?

—Dos años más o menos— desvió la mirada.

—Uh— exclamó— ¿y nunca...?

—Eh...— recordó aquella vez en la casa de Iván, y lo sucedido la noche anterior— nunca se me dió nada— rió— está bien igual, no me afecta.

—A veces los miras como si fueses a llorar— contó— ¿en serio no te afecta?

—No, Angie— dijo cortante— no me afecta, estoy bien. Quiero desayunar, ¿podés bajar, por favor?

—Bue, está bien...— rodó los ojos— siempre que necesites algo, decime... en serio.

—Sí, está bien.

Angie salió esta vez por la puerta y cerró fuertemente. Carrera vió el desayuno y decidió no comerlo, debía, realmente debía, pero no tenía hambre tampoco.

Simplemente se levantó para ir al baño, quería ducharse y quedar bajo el agua por horas. A veces deseaba desconectarse del mundo, y dejar de pensar en Iván.

—Falta poco para que pelees, no te desconcentres pelotudo— habló mirándose al espejo. No quería perder luego de tanto esfuerzo.

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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you, me... and her - rodrivan [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora