Manobal, The Last Pack [Adaptación Jenlisa]

Capítulo cuatro

A partir de la primera frase que le dice Lisa, cambia un poco en relación a Jennie, cosa que le hace feliz a Kim y miserable a Manobal. Ahora pasan el día juntas, y Lisa incluso responde ocasionalmente a las preguntas que le hace constantemente.

Y para sorpresa de Jennie, Lisa si sale de su habitación una vez al día, ya que va al aseo de la planta de arriba durante veinte minutos para ducharse. Es ahora donde está Lisa mientras Jennie aprovecha para limpiar un poco el cuarto, cosa que a Lisa parece no molestarle.

Kim está colocando los libros en una esquina cuando ve algo bajo la estantería. Una fotografía de Lisa con una mujer rubia un poco más mayor de lo que es Manobal en la imagen. Ambas están medio abrazadas, y por las pintas, estaban haciendo cosas antes de la foto. junto a la foto, hay una carta:

"Hola, cachorra. Me lo pasé increíble el otro día contigo, pero ya sabes lo poco que me gusta que dejes que tus horribles instintos de mujer lobo estropeen nuestra increíble relación. Si me amases de verdad, tratarías de controlar a ese monstruo. Me molesta que pienses que es normal porque no lo es, es horrible y lo odio. Si quieres seguir conmigo, vas a tener que confiar en mí, bebé, aún espero que me des ese libro sobre licántropos. Te amo, cachorra.

Firmado, tu Minari"
Jennie frunce el ceño confusa mirando el papel, luego lo deja caer y sale corriendo, bajando las escaleras de dos en dos, ignorando todo a su alrededor antes de salir corriendo al bosque, jadeando por todo lo que ha leído.

Su corazón duele, siente traición, desolación... No entiende lo que está sintiendo y lo único que quiere hacer es alejarse de esa tóxica nota. ¿Quién es esa Mina? ¿Por qué habla de licántropos como si existieran? ¿Por qué habla de licántropos como si Lisa fuera una mujer lobo?

Jennie para en seco en mitad del bosque y cae de rodillas, sintiendo lágrimas cayendo por sus mejillas mientras se agarra el pecho, sintiendo el dolor más grande que jamás haya sentido en su vida, ya que no puede entender qué está pasando.

No siente nada a su alrededor, pero siente a Lisa en su corazón, como si tirase de una cuerda que las ata juntas. Jennie jadea porque sentir eso debería ser imposible, pero luego se desmaya de puro dolor.

Jennie no recuerda el contador de quien va ganando, puesto que se está muriendo de tristeza, traición y desolación.