ep. 06

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El día que juré no beber nada que contuviera una sola gota de alcohol me desperté con una sonrisa en los labios y el cuerpo lánguido y satisfecho.

Un poco confusa al notar sobre mi cintura un fuerte brazo esculpido, abrí los ojos y me di cuenta de que no estaba en mi habitación, sino en una muy cerda, con pósteres de chicas en biquini y banderas de equipos de fútbol que adornaban las paredes mientras el suelo era un caos de ropa revuelta.

Miré bajo las sábanas que envolvían mi cuerpo y comprobé que estaba desnuda.

Me entró el pánico cuando a mis espaldas oí unos suaves ronquidos. Poco a poco tomé aire y me concentré en recordar lo que había sucedido la noche anterior, para saber con quién narices me había acostado antes de llevarme el susto de mi vida al verle.

Bien, la noche había comenzado con Hanbin.

Habíamos bailado abrazados y haciéndonos
arrumacos hasta que tropezamos con la detestable de Minji, que bailaba entre dos pechugonas lascivas. Entonces, sin saber por qué, me sentí furiosa y comencé a beber como un cosaco.

Si la noche había comenzado con Hanbin, lo más seguro es que fuera Hanbin con el que me había acostado, así que me daría la vuelta, le desearía buenos días, le explicaría que estaba
demasiado borracha como para recordar nada y seguiríamos con la relación de amigos, tal vez como algo más si llegaba a recordar si la noche había sido satisfactoria o no.

«Pero... un momento», objetó mi mente confusa; recordaba a un Hanbin apaleado y arrojado a la piscina, y haber sido cargada al hombro por una cavernícola. También recordaba una conversación que mi hermano Beom mantuvo con la cavernícola y después...

¡Oh, no! ¡Oh, no! ¡Mierda, me había acostado con Minji y había sido plenamente satisfactorio!

Me volví cuando escuché la voz que confirmaba mis sospechas dispuesta a gritar, pero me quedé muda cuando vi su desnudez y su sonrisa de satisfacción en los labios mientras repetía alegremente:

-Buenos días, gatita.

Minji sonreía sin dar crédito a que Haerin estuviera aún en su cama. Pensó en repetir lo
sucedido la noche anterior, pero por su bonita cara de espanto sospechaba que, si intentaba ponerle una mano encima, acabaría manca de un mordisco.

Ella la miró confusa, como en estado de shock.
Cuando Minji le dio los buenos días, ella se levantó llevándose la sábana consigo enrollada en su cuerpo, y mientras recogía su ropa del suelo lamentaba una y otra vez en voz alta:
-¿Qué he hecho?, ¿qué he hecho?

Minji se apresuró a ponerse los pantalones e intentó hablar con ella antes de que se encerrara en el baño de su habitación, pero llegó tarde y definitivamente su conversación fue con la puerta.

-Haerin, no nos acostamos -dijo Minji pensando que la calmaría.

- ¿Y entonces por qué estoy desnuda? -quiso aclarar en tono acusador.

-Porque hicimos otras cosas... -intentó explicar Minji.

-¡Qué!, ¿qué cosas? -preguntó histérica desde el baño-. No, no me lo cuentes, prefiero no saberlo. ¿Cómo pudiste seducirme, Minji? ¡Estaba borracha!

-Haerin, yo no comencé la seducción: fuiste tú, y yo traté de resistirme, pero no soy de
piedra, ¿sabes?

-Ya claro, a ver, ¿qué fue eso que hice que te tentó tanto como para que tú, toda una dama, no pudieras resistirte a mí? -quiso saber Haerin mientras salía del baño totalmente vestida en busca de sus zapatos.

-Me pusiste tus pechos desnudos delante de la cara y comenzaste a sobártelos mientras tu otra mano iba...

Haerin puso su mano en la boca de Minji para acallarla y le dijo amenazadoramente:

mpsa ; catnipz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora