𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒆𝒄𝒐𝒏𝒅 𝑪𝒉𝒂𝒏𝒄𝒆 | McLennon [ＣＯＭＰＬＥＴＡ]

Ⅲ. Breaking The Rules

Paul había despertado temprano por la mañana debido a que ese mismo día, tenía que dar un show por la noche en la ciudad de Nueva York.
Primero, antes de ir a la cocina, pasó por la habitación de John para darle un vistazo. Él se veía dormido plácidamente mientras su cabello largo y gris cubría gran parte de su rostro; solo sonrió y se dirigió a la cocina para preparar el desayuno para ambos.

Hizo unos huevos revueltos y un par de tostadas, además de dos cafés. Mientras estaba colocando los platos en la mesa, John aparecía en el corredor bostezando.

-Veo que ya te has levantado, Johnny -Paul sonrió.

-Y veo que tú acostumbras a levantarte super temprano -John tomó asiento en la mesa mientras se refregaba sus ojos-, ¿Siete de la mañana? ¿Estás loco, o qué? -John ladeo su cabeza riendo.

Paul rodó sus ojos y lo miró cruzado de brazos aún sin creerse que John estuviera frente a él y siendo tan John -También puedo notar que no ha cambiado tu actitud -Paul se sentó en la mesa enfrente de John para poder desayunar junto a él como en su querida adolescencia las veces que uno iba a la casa del otro-. Y si, hoy es un día importante y debo levantarme temprano.

-¿Qué hay hoy? -John vío el desayuno que Paul había preparado y sonrió-. Gracias, por bueno, ya sabes... -indicó al plato y el café.

-Bueno, hoy tengo un show... Es por la noche -dijo antes de beber con tranquilidad su café.

-Oh... Ya veo... ¿Y cómo vas con eso? Bueno... Es increíble que con tus... -pensó la edad de su amigo mientras masticaba su comida-, ... 81 años...? Si, subas al escenario.

-Es que... Es solo la música John, tu sabes bien -Paul río levemente-, es lo que me mantiene vivo.

-Te admiro... -John le sonrió y luego tomó un sorbo de su café-. Ya extrañaba tus cafés Paulie.

-Bueno... Tampoco que sea un héroe Johnny, pero gracias -sonrió y siguió el acto de su amigo y tomó un sorbo de su café.

-¿Hablaremos de la afortunada? -John miró a Paul riendo entre dientes.

-Ay John, déjate de rodeos -Paul río y luego continuó-, Nancy, bueno... ¿Qué podría decir? Tengo una vida placentera con ella.

-Me alegro por ti... Aunque siempre pensé que el amor de tu vida era Linda... -Lennon miró pensativo a su amigo, intimidandolo un poco.

-Ya John, sabes que Linda siempre será el amor de mi vida... Le debo mucho a ella... -Paul recordó con nostalgia.

-De seguro ella te salvó de tu iluso amigo... -a John nunca le cayó muy bien la esposa de McCartney.

-John... -Paul apoyó con firmeza la taza sobre la mesa-, ¿De en serio seguiremos peleando y arruinando nuestra amistad por cosas del pasado? Parece que estos 43 años no te hicieron reflexionar en ningún sentido... - Exclamó Paul algo molesto hacia su amigo-, lo que paso ya pasó. No podemos quedarnos con eso. Tanto tú como yo sabemos a lo que me refiero. Pero Dios... Solo disfruta el momento... He esperado por tu regreso todos estos años, pensando que sería imposible. No vengas con ese dilema que ya deberíamos haber dejado atrás hace tiempo.

-Lo siento Paul... -John miró hacia otro lado-. Pero tú sabes muy bien que yo jamás podré aceptarla... Y sí, no tengo razones como para justificarme, pero así lo veo yo -John pensó con sutileza-. Y lo siento, sé que debemos dejar eso atrás y continuar... Me alegra que lo hablemos, Paul.

-Hemos cometido errores... Pero nuestro error más grave fue habernos dejado de ver y hablar -miró a Lennon con melancolía.

-Tienes toda la razón, Macca. Y no sabes de lo que me arrepiento...