Ⅰ. The Return

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En aquella noche, donde nadie sabía que una simple salida podía acabar tan mal, e incluso con la vida de alguien.
Pudo sentir el frívolo roce de la bala penetrando en su piel. El impacto contra la dura acera, e incluso viendo como el asesino escapaba del victimario.
Un señor lo cubrió con lo que parecía ser, un uniforme.
Ya no podía lograr ver con facilidad; a lo lejos visualizaba unas luces de color roja con azul. De la nada, alguien lo levantó del suelo. Sintió algo duro en su espalda, no sabía con sencillez qué era.

Se escuchaban unos sollozos de fondo, se le hacían conocidos. La silueta de una mujer lo jalaba de su mano; supuso que era Yoko.
Luego vío la puerta cerrarse y ahí es cuando todo se volvió gris. No sabía que sucedía, su mente se había transportado hacia otro lugar. Sólo se encontraba él en un espacio negro, un vacío infinito e interminable, aunque corriera en él, parecía que no habría salida.
Sentía que lo trasladaban, su cuerpo se movía de un lado a otro, sentía algunos golpeteos e samarreos, pero parecían que la fuerza y dedicación eran en vano.

Percibió una luz muy clara, blanquecina que hasta podría llegar a traspasar su párpado. Sin dudas era el hospital.
El agarré fuerte de esa mujer, quien era Yoko, nunca se safó. Siempre se mantuvo firme, no hasta que John fue directo a cirugía en la sala de urgencias. Allí fue donde todo se había oscurecido por completo, en un negro oscuro total.

El doctor había hecho todo lo posible por salvarlo, pero fue en vano. El 80% de su vida ya se había perdido.
A John Lennon mucho ya no le importaba; había cometido muchos errores en su vida, ya sea con Cynthia, con Julian, y ahora lo haría de nuevo con Sean. Pero lo que más se lamentaba era su relación con Paul. En ese momento, esos minutos, o mejor dicho, segundos que le quedaban de vida, las últimas palpitadas de su corazón, solo pensaba en Paul. Todo el tiempo que habían pasado juntos, desde su adolescencia hasta la adultez; él siempre estuvo allí.

Fue entonces cuando a las 11:15 p. m. del día 8 de diciembre del año 1980 fallecía John Lennon. Sin dudas una noticia que impactó al mundo entero, y que también había destrozado a una familia, a dos hijos, y especialmente al mismísimo Paul McCartney. Su amigo, su querido amigo, que en un entonces había llegado a ser más que eso.
No sabía como reaccionar ante su muerte, tanto así que cayó en una total depresión.

Cada uno continuó con sus vidas. Yoko junto a Sean, Julian y Cyn, y Paul con Linda, al igual que la familia de este último.
Los Beatles seguían siendo recordados como una de las bandas más influyentes de la historia de la música. Siendo así que hasta fueron incluidos en el Salón de la Fama del Rock, entre otros reconocimientos.
McCartney tanto como los otros dos beatles restantes continuaron con su carrera musical, pero solista. Sí, de vez en cuando se veían, y participaban en las grabaciones de los otros, incluso de haber tocado juntos de nuevo. Siendo así no obstante, hasta noviembre de 2001 cuando el mundo estaba de luto de nuevo, esta vez por George Harrison. Otro golpe fuerte para McCartney.
Mientras tanto John Lennon descansaba en paz, o así se creía.

No fue así hasta el 8 de diciembre de 2023, a la conmemoración de los 43 años de su muerte.
Pero... volvamos al pasado...

/ Grieta en el tiempo /

John despertó, miró a su alrededor y notó unas estructuras cristalinas. En su mente el se preguntaba: «¿Este es el cielo? Porque juraría que se vería mejor»
Al levantarse del piso, comenzó a caminar en sus alrededores. Por detrás del cristal John logró visualizar al doctor del hospital y a su esposa llorando desconsoladamente en el suelo.

Yoko... —sé dijo para sí mismo.

—El señor Lennon ha fallecido —pausó el doctor—, lamentamos su pérdida.

𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒆𝒄𝒐𝒏𝒅 𝑪𝒉𝒂𝒏𝒄𝒆 | McLennon [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora