ᴅᴜʟᴄᴇ ꜱᴏʀᴘʀᴇꜱᴀ | 𝒫𝑒𝒶𝓇𝓁 𝐵𝑜𝓎

Capítulo 4

El vientre de Jooha ya comenzaba a notarse, por ello la ropa le empezaba a ir pequeña, la pareja decidió ir al centro comercial para aprovechar a comprar ropa de maternidad para el omega y así también pasaban un rato.

Por el momento, como a Jooha apenas le quedaba su ropa, vestía con camisetas de su alfa, ahora mismo llevaba una de sus sudaderas, le encantaba vestir con la ropa de Dooshik, se sentía cómodo y protegido ante las feromonas.

—¿Qué te parece esta, cariño? —preguntó Dooshik sacando un mono entre las prendas de ropa. Era de una tela fina y por lo que parecía era bastante cómodo —. Es perfecto para estar cómodo en casa.

Jooha lo agarró y se lo puso por delante para ver cómo le quedaba.

—¿Tu crees que me quede bien? —preguntó el omega.

—Claro, a ti todo te queda bien — Dooshik le guiñó un ojo haciéndolo sonrojar.

—No digas tonterías —dijo poniendo el mono en la cesta.

Jooha se alejó de Dooshik en busca de más ropa, ante la vergüenza del omega, el alfa sonrió y fue tras él.

De esa tienda no se llevaron mucha ropa, por lo que al salir continuaron en busca de más prendas.

El estómago de Jooha dio un gruñido. Tenía hambre.

Cómo era normal en el embarazo, el apetito de Jooha había aumentado mucho, comía demasiado, hasta llegar a duplicar su apetito.

—Dooshik, tu hijo tiene hambre —gruñó Jooha.

—¿Otra vez? Hemos comido antes de salir —se acercó a Jooha y se agachó quedando frente al vientre —. Hijo, eres muy glotón.

Después de eso, besó el vientre sobre la ropa. A Jooha le parecía muy tierno, Dooshik hablaba mucho con su bebé, por las mañanas, por las noches y entre el día, le explicaba cosas y sobre todo le decía que tenía muchas ganas de conocerlo.

Dooshik sin duda, sería un buen padre, sin embargo, Jooha tenía miedo de no estar a la altura.

Fueron a por algo de comer, sentándose en una mesita de fuera, Dooshik pidió una bebida, mientras Jooha unos takoyaki.

Jooha parecía estar disfrutando la comida, y Dooshik disfrutaba al verlo tan bien.

—¿Quieres que después de mirar ropa vayamos a comprar algunos muebles para la habitación del bebé? —preguntó el alfa con la cabeza apoyada sobre su palma.

—Está bien —respondió Jooha después de tragar —. Aprovechemos que estamos aquí.

Jooha continuó comiendo sus takoyaki para después mirar a Dooshik.

—¿Quieres uno?

Dooshik negó con la cabeza —. Son para tí.

El viento suave acariciaba sus rostros mientras Jooha disfrutaba de su comida. Dooshik lo observaba con una sonrisa, sintiendose orgulloso al ver a su omega tan feliz.

—Me encanta verte así —dijo Dooshik, tomando un sorbo de su bebida—. Se nota que estás disfrutando de la comida.

Jooha sonrió, sintiéndose un poco tímido por el cumplido. Su pareja tenía una habilidad para hacer que se sintiera especial, incluso en los momentos más simples.

—¿Sabes? Como dijiste de ir a mirar muebles, he pensado en cómo decorar la habitación del bebé —continuó Jooha, dejando su takoyaki a un lado—. Me gustaría que fuera acogedora, con colores suaves.

—Eso suena perfecto —respondió Dooshik, asintiendo con entusiasmo—. Podríamos poner algunas luces de noche y un par de peluches.

Jooha se iluminó ante la idea. La imagen de un espacio cálido y lleno de vida hacia que se llenara de emoción. Pero de pronto, esa inseguridad cruzó su mente de nuevo.

—¿Y si no lo hacemos bien? —preguntó en voz baja, jugando nerviosamente con los dedos—. No sé si seré un buen padre.

Dooshik, al notar la preocupación de Jooha, se inclinó hacia él, tomando sus manos entre las suyas.

—Jooha, no tienes que preocuparte. Te tengo a ti, y juntos haremos lo mejor para nuestro hijo —susurró, su voz suave y reconfortante—. Eres increíble, y serás un padre maravilloso. Solo necesitamos apoyarnos mutuamente.

Ante las palabras del alfa, sus dudas se esfumaron ligeramente. Ahora se sentía más seguro, era cierto, tenía a Dooshik, no necesitaba nada más.

—Gracias, Dooshik —agradeció —. Haré todo lo posible para que nuestro hijo tenga un buen hogar.

Después de terminar su comida, decidieron levantarse y continuar su búsqueda de ropa. Mientras caminaban, Jooha se sintió mejor, disfrutando del paseo junto a su alfa.

De repente, una tienda llamó su atención. Era un pequeño local lleno de ropa colorida y juguetes para bebés. Sin pensarlo, tiró de la mano de Dooshik hacia el interior.

—Mira esto —exclamó, señalando una pequeña chaqueta con capucha con unas orejas de animal que colgaba en una percha. Era tan adorable que no pudo resistirse a imaginar a su hijo vistiendo aquella prenda—. ¿No es perfecta?

Dooshik se acercó, sonriendo al ver la emoción de Jooha.

—Si, es perfecta, vamos a llevárnosla —dijo decidido, mientras Jooha se imaginaba con su bebé en brazos, vestido con esa chaqueta.

Mientras Jooha buscaba más prendas, Dooshik lo seguía con una sonrisa, se veía tan emocionado.

Al salir de la tienda, con varias bolsas en la mano, Dooshik se detuvo y miró a Jooha con ternura.

—¿Sabes? Estoy muy emocionado por todo lo que está por venir.

—Yo también —respondió Jooha, sonriendo con sinceridad—. Es un nuevo comienzo para nosotros.