Seduciendo Al Principe Bernstein

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Sky Noah había abierto sus puertas para el combate final de la edición del torneo King Of Fighters de ese año. El enorme dirigible que flotaba en el aire mientras las puertas se abrían, recibía a los fanáticos ansiosos y llenos de expectación que se reunía a su alrededor debido al combate.

El interior de la nave era realmente lujoso y estaba extravagantemente decorado. Las personas podían ver los detalles que reflejaban claramente el gusto de Rose Bernstein por las cosas hermosas y refinadas de la vida.

Ciertos ojos oscuros no pudieron evitar sentirse impresionados por la opulencia y la riqueza, pues estaba muy lejos de su estilo que era bastante simplista. La princesa Bernstein era deslumbrante, la noble realeza en todo su esplendor.

Mientras caminaba por los pasillos, sus ojos se posaron sobre un cuadro enmarcado que adornaba la pared. Una pintura que mostraba la imagen de un hombre cuya poderosa y altísima figura resaltaba su fuerza y su orgullo, el padre, el villano; Rugal Bernstein.

Aquella chica admiró el arte en el cuadro, absorta en los detalles y la complejidad de su ejecución, tanto que, no se percató de la desconocida presencia que invadió su alrededor.

No fue sino hasta escuchar una envolvente voz profunda y aterciopelada que, su atención fue capturada, y a pesar de eso, su mirada nunca se distrajo, como si aún no hubiera terminado de observar la pintura.

—¿Lo que te gusta de ese cuadro, es el arte... o el hombre retratado en él?

La voz que emitía un sonido agradable, cálido y hermoso hizo una pregunta sencilla con cierto tono de curiosidad.

Incluso cuando la chica estaba sorprendida por la pregunta se limitó a suspirar, no podía negar lo hipnotizada que se sentía.

— Es alguien a quien admiro.

El hombre hasta ahora desconocido resultó sorprendido al escuchar su respuesta. Sus hermosos y expresivos ojos rojos se abrieron lentamente, se quedó en silencio por un momento mientras prestaba un poco más de atención a la apariencia de la chica.

—¿Admiras a un hombre por el que las personas no pueden sentir más que temor?

La agradable voz sonó confundida, pero mantuvo su tono serio y estoico.

—Para alguien como yo que no posee poder ni fuerza, él es increíble.

Una respuesta completamente inesperada y extraña viniendo de una figura tan pequeña. ¿Por qué no temía a Rugal Bernstein? quien fue conocido como un villano brutal y cruel.

—Para decir que admiras a ese hombre sin ninguna clase de temor... debes decirlo en serio.

—No hay un significado profundo, Rugal es un gran villano, un hombre al que nadie puede derrotar.

—Tu visión de ese hombre es un poco...

Aquella chica finalmente se dio vuelta para enfrenta al dueño entrometido de aquella voz misteriosa.

Levantó su pequeño rostro mirándolo a la cara con asombro y se sorprendió al ver que la persona que estuvo hablando detrás de ella no era otra más el mismo hijo de Rugal Bernstein: Adelheid Bernstein.

El primer hijo del gran villano era un verdadero espectáculo para la vista, su figura alta y atlética y su rostro impecable, sus ojos eran de un color carmín profundo y cautivador, y su cabello rubio enmarcaba sus rasgos a la perfección.

El honorable joven se quedó allí en silencio, la visión de la conmoción en la chica y el desconcierto en sus ojos fue evidente para él.

—Adelheid Bernstein...

Él la miró por un momento más mientras ella se enderezaba y retrocedía unos pasos. Encontró extraña su repentina reacción, nerviosa y tímida, no era lo que esperaba viniendo de alguien que simplemente no mostraba signos de miedo o debilidad frente a un hombre como Rugal, pero Adelheid se sorprendió un poco más cuando de repente ella se inclinó ante él como si fuera un miembro de la realeza. Desde luego, él no estaba acostumbrado a ese comportamiento, especialmente si venía de un completo extraño.

—No hay necesidad de inclinarse frente a mí... fui yo quien apareció sin hacerte saber de mi presencia.

Esa chica era ingenua pero no ignorante, sobre todo si se trataba de la familia Bernstein, conocía tanto las acciones pasadas de Rugal Bernstein, como las de Rose Bernstein, y en lo que a Adelheid respectaba, tenía mucho más conocimiento.

—¿Por qué luces tan sorprendida si eres una chica tan valiente?

Una simple palabra de él podría tener muchos efectos sobre ella. Su mirada tranquila la capturó de muchas maneras. Adelheid era la persona más hermosa que jamás había visto... tan elegante e inteligente, la perfección ante sus ojos.

—He hablado como si lo supiera todo, pero la verdad es que no se nada. Incluso cuando sé que no apruebas a tu padre, he hablado abiertamente sobre él delante de ti, me siento realmente mal por eso.

Todo el cuerpo de Adelheid se puso rígido, sus ojos brillaron por un segundo. ¿Por qué esa chica sabría lo que el sentía por su padre?

—Parece que sabes mucho más de lo que aparentas.

Ella había visto sus peleas, todo el conocimiento que reunió de la familia Bernstein fue gracias a las revistas sobre KOF, no es como si realmente supiera mucho. Por un momento se mantuvo callada sintiéndose mucho más tímida y nerviosa.

—No, no es algo como, yo sólo...

El brillo en los ojos honestos del joven Bernstein la llenó de una emoción indescriptible.

—El día que te conocí por primera vez pensé que eras el hombre más hermoso del mundo... Disfruté tus peleas; te vi derrotar a tus oponentes y ganar cada vez. Los ojos de Adelheid reflejan un ideal lejos de un mundo oscuro.

Una leve sonrisa se dibujó sobre sus atractivos labios, las palabras lo tomaron por sorpresa. Esa respuesta no le disgustó, saber que alguien se preocupaba lo suficiente por él como para ver sus peleas, lo hizo sentir extrañamente avergonzado.

—Tus expectativas sobre mí son demasiado altas, incluso cuando no me conoces realmente.

Adelheid estaba a punto de decir algo más justo en el momento en que una voz femenina resonó en todo el lugar anunciando el inicio de la pelea final. Él primer hijo de Rugal recobró su expresión seria y su porte estoico.

—Parece ser que el combate final está por comenzar... ¿quién crees que resultara ser el vencedor?

—La Reina Rose...

La chica que tenía una cara seria no respondió del todo a su inquietud, de cualquier forma, su pregunta fue seguida por una gran sorpresa cuando la escuchó decir "Reina" refiriéndose a Rose.

Por un momento en su mente creció el interés silencioso por saber cuál era la impresión que esa chica tenía sobre él. Sus pensamientos y sentimientos, si tenía los mismos puntos de vista que tenía hacia el resto de su familia.

—Si ella te escuchara decir eso, estaría de acuerdo contigo.

—Rugal tiene una hija... que es como una Reina... y desde luego tiene un hijo, que es como un príncipe.

La palabra "príncipe" salió con tanta naturalidad de sus labios que, Adelheid pareció visiblemente afectado. Nunca nadie se había dirigido a él de esa manera. Aunque su expresión fue segura existió un atisbo de vergüenza visible a los ojos, entonces ella trató de concentrarse en su pregunta anterior.

—Si tuviera que adivinar, creo que Kyo Kusanagi ganará este torneo.

Adelheid permaneció en silencio mientras ella caminó por el pasillo. La dejó avanzar libremente sin interferir o molestar. Su mente aún estaba distraída, pero hubo algo más que llamaba su atención. Algo en la forma en que ella se veía y se comportaba...