3. El encuentro.

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Tras la invitación de Stan, Juliette sintió una chispa de emoción encenderse dentro de ella. Estaba prácticamente asegurada de que, al entrar a la cabaña, se encontraría cara a cara con el hombre que había visto en el bosque. Sus ilusiones estaban por las nubes, casi podía sentir la adrenalina de descubrir más sobre ese enigmático personaje.

Stan actuaba de forma amable y simpática mientras caminaban hacia la cabaña. Juliette, aún emocionada por la posibilidad de encontrar al hombre que había visto en el bosque, empezó a observar detalladamente el entorno, tratando de captar cada pequeño detalle que pudiera ser relevante.

Al llegar a la cabaña, Stan abrió la puerta con una sonrisa acogedora, invitó a Juliette a pasar.

- Por favor, pasa, pasa... - dijo Stan con un tono cordial, mientras hacía un gesto hacia el interior. - Luego puedes irte a donde te hospedas. Por ahora... ehm, - añadió con una ligera nerviosidad- te daré algo de beber y.... etcétera, etcétera. -

Al entrar, Juliette vio con mucho detalle los muebles de la cabaña. al entrar había una escalera que llevaba a un segundo piso y a su derecha, un marco de madera oscura llevaba a la sala de estar. cuando pasó vio que había un pequeño sillón y una mesa bajo una lampara enorme. Pero Estaba convencida de que lo vio ingresar en la cabaña, pero ahora... no había nadie.

Solo Stan, en la cocina de la cabaña sirviendo agua desde una botella a un vaso y Unas latas de refresco vacías descansaban sobre la mesa de centro, y la televisión seguía encendida. En la pantalla se proyectaba un colorido y ruidoso programa de televisión titulado El Pato-tective, un dibujo animado absurdo en el que un pato detective resolvía crímenes improbables.

Juliette se molestó un poco y frunció el ceño, sus ojos recorriendo la cabaña con una creciente frustración. Estaba segura de que el hombre había entrado en la cabaña, pero ahora no había rastro de él. La sensación de que algo no encajaba la incomodaba.

Stan, desde la cocina, notó la expresión molesta de Juliette y se acercó con un vaso de agua en la mano, tratando de ofrecerle un gesto de amabilidad.

- ¿Pasa algo? - preguntó Stan con un tono dudoso, mientras le extendía el vaso de agua.

Juliette tomó el vaso, aún con la mirada fija en el entorno, y lo sostuvo con una mano mientras la otra continuaba inspeccionando la sala.

- ¿Uh? - dijo distraída, casi perdida en sus pensamientos. Stan la miró con un toque de preocupación, tratando de entender lo que pasaba por su mente.

-Sí, es solo que... - empezó Juliette, soltando un suspiro.

- Quizás fue mi imaginación... pero estoy bastante segura de que vi a un hombre entrar aquí.-

Stan frunció el ceño ligeramente, aunque trataba de parecer relajado. No podía permitir que sus nervios lo delataran.

- Te aseguro que si alguien hubiera entrado aquí...-

dijo haciendo una pausa dramática mientras miraba a Juliette directamente.

- No saldría con vida, probablemente - dijo con una sonrisa para terminar la tensión.

El ambiente se volvió muy incómodo por lo que dijo Stan. Juliette soltó una pequeña risa nerviosa, sin entender si era en serio lo que dijo Stan.

Cuando terminó de tomar su vaso de agua, lo dejó sobre la mesa que había en el comedor mientras de fondo se escuchaba el programa de "pato-tective".

-Bien, ya me voy - dijo la muchacha mientras se levantaba de su asiento.

Stan mientras tanto, estaba sentado en el sofá mirando muy entretenido el programa se había olvidado qué tenía que llevar a Juliette a dónde se hospedaba.

Más allá del Misterio | Stanford PinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora