5. Advertencias.

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Mientras Bill causaba caos por todo el pueblo, el espíritu atrapado de Ford luchaba incansablemente desde dentro. Aunque no podía influir directamente en el mundo exterior, Ford sentía que aún mantenía una pequeña conexión con su cuerpo, una chispa de voluntad que Bill no había conseguido extinguir por completo.

Cada vez que Bill intentaba hacer algo especialmente cruel o peligroso, Ford sentía una profunda impotencia. Era como empujar contra una puerta pesada, tratando de abrirla lo suficiente para retomar el control, aunque solo fuera por un breve instante.

"Rayos, Stanford, este cuerpo sí que es difícil de dominar," dijo Bill en tono burlón, riéndose mientras se admiraba en el reflejo de un auto. Las personas a su alrededor susurraban entre sí, lanzando miradas confusas: "¿Qué le pasa? ¿Quién es ese?"

Pero esas miradas preocupadas solo alimentaban la diversión de Bill. Dentro de la mente de Ford, la lucha continuaba. Aunque atrapado como un espectador en su propio cuerpo, podía sentir pequeñas fisuras en el control que Bill ejercía sobre él. Ford se concentró en esas grietas, acumulando toda la energía mental que le quedaba para romper las cadenas que lo mantenían prisionero. en el control que Bill ejercía sobre él.

Se aferró a sus recuerdos más poderosos, aquellos que definían quién era realmente. Con un último y desesperado esfuerzo, lanzó una embestida mental contra la conciencia de Bill, empujándolo hacia la oscuridad. La risa de Bill se apagó abruptamente cuando Ford logró retomar el control, respirando con dificultad mientras sentía su cuerpo nuevamente bajo su dominio.

"Este... es mi cuerpo, Bill," murmuró Ford entre dientes, aunque sabía que la batalla no había terminado del todo.

Fue entonces cuando Ford decidió caminar apresuradamente hacia la cabaña. Necesitaba consultar sus diarios, con la esperanza de encontrar una solución para expulsar a Bill de su mente de una vez por todas. "Soy un torpe... Si ella no hubiera aparecido, nada de esto habría pasado," murmuró, pero luego se detuvo, dándose cuenta de lo que estaba pensando.

Se llevó la mano al rostro y empezó a reírse suavemente. "El verdadero torpe fui yo por darle ese amuleto. Al menos no irá tras ella, es nueva en todo esto... o eso supongo," pensó mientras la cabaña aparecía ante su vista. "Menos mal que puse ese cabello de unicornio en la casa también," añadió con una sonrisa satisfecha..

Cuando llegó a la cabaña, Ford comenzó a analizar las tonterías que Bill había hecho mientras poseía su cuerpo. Al entrar, vio a Stanley dormido en el sillón de la sala y tomó una manta que estaba en el suelo junto al sofá para cubrirlo con cuidado.Se dirigió al sótano y pasó toda la tarde y noche tratando de encontrar una solución contra Bill.

Exhausto de revisar sus diarios una y otra vez, Ford recordó que la mejor forma de alejar a Bill era proteger su mente. Pasó el resto de la noche preparando un ritual de protección mental, utilizando sus conocimientos mágicos para reforzar las barreras en su conciencia y asegurarse de que Bill no pudiera regresar.

En medio de la noche, un repentino golpeteo en la puerta interrumpió el trabajo de Ford. Se detuvo por un momento, escuchando con atención. El sonido volvió a repetirse. El frunció el ceño, no estaba acostumbrado a recibir visitas a esas horas. Recordó con inquietud una antigua advertencia de Bill sobre enviar a alguien que le "arrancaría los ojos." Con rapidez, subió del sótano, subió las escaleras y, una vez en la planta baja, volvió para buscar la ballesta que había escondida en el sótano. Con el arma en mano, se acercó lentamente a la puerta, preparándose para cualquier posible amenaza.

Al abrir la puerta, Ford reaccionó de forma paranoica, apuntando con la ballesta hacia la figura frente a él

- ¿¡QUIÉN ERES!? - gritó, manteniendo el arma en posición. Solo después de unos segundos se dio cuenta de que estaba apuntando a Juliette, quien sostenía una bolsa de supermercado con las manos levantadas, visiblemente nerviosa.

Más allá del Misterio | Stanford PinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora