12. Nueva estancia.

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Entonces fue cuando Juliette quedó sorprendida por la amabilidad de Mabel, había un cruce de miradas incómodas entre Ford y Stanley. Pero la sonrisa de Mabel no se iba del rostro.

- De verdad, aprecio mucho la oferta - respondió Juliette con suavidad, mientras su mente seguía buscando las palabras adecuadas. – Pero no quisiera ser una carga. El hotel está bien, y… es cómodo.

Se escuchó un resoplido irónico se escapó de Stanley desde su lado de la mesa, mientras comía un panqueque.  -Bah, si ya estás aquí, ¿por qué no aprovechar? Tenemos camas de sobra y, oye, te ahorras un buen dinero.- terminó con un guiño en el ojo.

Una pequeña risa salió de Juliette, la idea de que ella pueda quedarse le pareció encantadora. Por otro lado, Ford estaba con el ceño fruncido y se cruzó de brazos.

-Stan, no es cuestión de ahorrar... Es lo que quiera ella. - el tono de ford fue más serio de lo esperado, lo que causó que Stanley alzara una ceja.

- Calma, Cerebrito. Solo fue una sugerencia.- replicó Stanley levantando las manos en señal de paz, sin dejar de observar a su hermano

Ignorando el pequeño intercambio, Mabel se inclinó hacia Juliette, con esa chispa traviesa en los ojos.

- ¡Vamos, di que sí! Podríamos hacer pijamadas, ir de compras, desayunar y podríamos ir a cazar monstruos... ¡Será genial! - dijo Mabel con mucho entusiasmo.

Con un ligero suspiro, el científico intentó aliviar la presión que sentía en el ambiente. – Juliette, No tienes que decidir ahora mismo – comentó, buscando sonar más relajado. – Puedes pensarlo con calma.

Juliette miró a Ford y luego dirigió su vista a Mabel, quien le devolvía una mirada llena de expectativa y emoción.

-¿Cómo podría decirle que no a esta carita?-
comentó con una sonrisa cálida, mientras observaba a Mabel con ternura.

Mabel saltó de alegría, levantando los brazos en señal de victoria.

-¡Yay, sabía que no te resistirías! - exclamó mientras abrazaba a Juliette de la emoción.

Mientras tanto, Stanley cruzó sus brazos, lanzando una mirada divertida a su hermano, consciente de la tensión que había surgido en Ford antes de esa respuesta.

-Bien, parece que tenemos nueva compañera.- dijo Stan con un tono burlón, mientras observaba cómo Ford se encogía ligeramente de hombros,

Antes de salir hacia el hotel, Juliette se despidió de todos en la cabaña. Mabel, Dipper y Ford la miraban con cierta preocupación, sabiendo que ella iba sola.

-¿Juliette, estás segura que no quieres que te acompañemos?- preguntó Ford, cruzando los brazos y frunciendo el ceño poniendo un tono un poco serio.

-¡Si, podríamos acompañarte como una aventura!- dijo Mabel entusiasmada y lleno de brillo en sus ojos.

-Ademas, no tienes porque ir sola- indicó dipper sonriendo.

Ella sonrío, sintiéndose conmovida por su preocupación. Sin embargo, también sabía que necesitaba un momento para estar sola, sin ser vigilada constantemente.

- Estaré bien, es solo una pequeña caminata- respondió con suavidad, tratando de calmar sus ánimos. Se ajustó la chaqueta distraídamente y, sin darse cuenta, dejó el collar que Ford le había dado sobre la mesa.

-Juliette, no olvides el collar - dijo Ford, señalando el amuleto con una seriedad que casi parecía una advertencia.

Ella lo miró por un momento, recordando lo importante que era para él que lo llevara. Pero en ese instante, algo dentro de ella decidió que no lo necesitaba.

Más allá del Misterio | Stanford PinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora