Prólogo

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En los rincones más oscuros y olvidados del mundo, existen criaturas que desafían la comprensión humana, seres inmortales cuyo poder trasciende las leyes de la naturaleza. Entre ellos, destaca una especie enigmática y majestuosa: los fénix, aves de fuego cuya vida es un ciclo eterno de muerte y renacimiento. Por generaciones, han sido venerados y temidos, símbolos de inmortalidad y resurrección. Pero, como en toda leyenda, siempre hay aquellos que desean controlar lo que no pueden comprender.

Damon era uno de esos hombres. Un cazador implacable, nacido en una estirpe de guerreros dedicados a rastrear y capturar las criaturas místicas que habitaban los márgenes del mundo conocido. Desde niño, fue entrenado para cazar lo inalcanzable, para atrapar lo indomable. Su corazón, endurecido por la pérdida y la guerra, solo conocía una verdad: todas las bestias, sin importar cuán poderosas o sagradas, podían ser sometidas.

Isabel, por otro lado, era una criatura de pura magia, una fénix cuyo espíritu ardía con el fuego de miles de vidas pasadas. Su existencia era un ciclo sin fin, en el que cada muerte la purificaba y la devolvía al mundo con un nuevo propósito, un nuevo comienzo. Pero en su último renacimiento, algo había cambiado. Un rastro de humanidad se filtró en su alma inmortal, un deseo de experimentar la vida como nunca antes lo había hecho. Sin embargo, este deseo también la hizo vulnerable, una presa perfecta para aquellos que cazan lo imposible.

Sus destinos, tan distintos y entrelazados por fuerzas más antiguas que el tiempo, estaban a punto de chocar. En una noche de luna llena, bajo un cielo cubierto de estrellas titilantes, sus caminos se cruzaron en un bosque antiguo, un lugar donde la magia era tan densa que parecía palpitar en el aire.

El cazador, con su corazón endurecido por años de soledad y batalla, no estaba preparado para lo que vio: un ser de fuego y luz, más hermoso y aterrador de lo que jamás había imaginado. Y la fénix, con su espíritu indomable, sintió algo nuevo en su pecho al verlo, algo que no era miedo, sino curiosidad... y tal vez, solo tal vez, esperanza.

Pero la caza había comenzado, y el destino no es amable con aquellos que desafían su curso. En medio del peligro y la atracción, surgió una pregunta silenciosa: ¿Podrían un cazador y su presa desafiar sus roles predestinados?

La línea entre el cazador y la criatura se desdibujaba, y lo que comenzó como una persecución mortal estaba a punto de convertirse en una batalla entre el amor y el deber, el deseo y la naturaleza. En este mundo de sombras y fuego, de magia y acero, solo una cosa era segura: el encuentro entre el cazador y el fénix cambiaría ambos para siempre.

Amor inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora