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-¿Te sigue doliendo? - Preguntó Carina al quinto día

-Menos - Dijo Maya y Carina sonrió

-Bien, eso es bueno, por la noche podremos irnos a casa - Murmuró moviéndose por la habitación

-¿Andy? - Preguntó carraspeando levemente, dolía un poco, debía acostumbrarse

-También vendrán por la noche a Seattle, me escribió y dijo que todo salió bien, otra estación tomara su lugar - Maya asintió contenta, todo volvía a su sitio

Carina continuaba moviéndose por la habitación, Maya no sabía que estaba haciendo, pero se veía muy concentrada.

-¿Puedes... - Preguntó, aclaró su garganta bajo la mirada de Carina - ...Quedarte quieta? -

Carina la miró sorprendida y se acercó a ella, Maya se movió a un lado y dejó que se acostara a su lado.

-Mejor - Dijo acomodándose en la camilla

-Maya... - Llamó Carina y ella levantó su mirada - Te amo -

Maya le dio una tierna sonrisa antes de acomodarse en su cuerpo, se lo había dicho al menos tres veces ese día, Maya pensaba que Carina necesitaba que ella lo supiera.

-¿Aún... te qui-eres divorciar? - Preguntó Maya con esfuerzo, su voz salía rasposa, Carina decía que se escuchaba como los perros de la nieve

A saber cuáles eran esos perros

-Si - Murmuró Carina - ¿Tu? - Preguntó

-No - Negó con su cabeza, se acostó en su pecho sintiendo el abrazo de Carina rodearla - No quiero... - Susurró

-Quiero que sepas que no me interesa tu ciudadanía - Dijo en una voz calmada y baja - Nunca la quise, si tengo que volver a Italia, volveré - Se encogió de hombros

Carina quería divorciarse para comprobarle que no le interesaba su visa y Maya no quería divorciarse para demostrarle que confiaba en ella.

Maya quedó en silencio, ya había hablado lo suficiente por ese día, su garganta dolía en cantidades enormes. Estaba irritada por el humo de aquel fuego que la rodeó.

Aún así pensó que debía disculparse con su esposa, que nunca tuvo que reaccionar de esa forma. Fue la mezcla de las emociones del día añadiendo que la herida de su primer amor se había vuelto a abrir, había sentido pánico de ser traicionada de nuevo, tuvo que suponer que Carina no haría eso, aunque en su momento también había pensado que Lisa no haría eso...

Sintió un beso de Carina en su frente y su suave mano acariciando su espalda. Era Carina, no Lisa.

-¿Quieres que me quede contigo mientras mejoras? - Preguntó con timidez Carina, Maya asintió - ¿En tu casa? - Volvió a asentir - Vale... - Susurró

Maya se quedó en su lugar favorito, sentía calma escuchando el corazón de Carina, el abrazo de la italiana rodeándola. Todo estaba en orden si estaba Carina.

Soltó un suspiro pensando en cuanto la amaba, su cabeza aún dudaba, pero había dejado de luchar contra su mente. El corazón quiere lo que quiere y Maya dejó que ganara esa batalla. Carina con el tiempo le demostraría que no había sido así, se lo había prometido.

-¿Estas bien? - Preguntó por lo bajo, Maya asintió levantándose de su pecho para mirarla a los ojos

-Te amo - Murmuró, Carina le dio una dulce sonrisa al escucharla

-Ven acá - Pidió abriendo sus brazos para que se tumbara, juntaron sus labios en un ligero beso

Por la noche Owen dejó ir a Maya del hospital, era libre de volver a su casa.

Was any of this real? (Marina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora