Armin había pasado toda la noche bajo mucho estrés, sabía que eso no era sano para el bebé, pero es que no podía evitar no pensar en todo lo que pasaría en dos días; luego de que Levi le hubiera confirmado que tenían un lugar para él en la fundación Paradise, no hizo más que sumirse en pensamientos funestos.
Estaba seguro que Eren lo odiaría si se enteraba que no se había deshecho del ser que crecía en su interior, que estaba arruinando todos sus planes y que en parte él tenia responsabilidad en todo esto, sin embargo, ya no había vuelta atrás.
Y con esa determinación apoderándose incluso de su propio miedo, es que tuvo el valor de despedirse de Marco diciéndole una verdad a medias, con la promesa de volver una vez que pasara su embarazo. El joven omega asintió en comprensión y no lo ahogo en preguntas incomodas e innecesarias, lo que menos necesitaba Armin era que le cuestionaran su decisión ya tomada.
Levi pasó por él a eso de las cinco y treinta de la mañana, iba vestido todo de negro como si fuesen a cometer un crimen. Al entrar en su auto, ambos se sostuvieron la mirada, como si a través de este gesto pudieran concertar lo planeado, sin la necesidad de usar palabras.
No lo conocía mucho, pero algo muy dentro de sí, le decía que Levi era de confianza.
- No luces cómodo – apenas escucha la voz suave y tranquila de su acompañante, Armin le sonríe como lo haría un autómata sin emoción alguna.
- Es que hace frío – miente, la calefacción estaba encendida y tenía encima dos abrigos, un par de guantes y un gorro de lana.
Levi entiende que el jovencito no hablara mucho durante el trayecto, podía sentir en el aroma de sus feromonas el toque de leche materna junto con el de jazmines propio del rubio, sin embargo, también emanaba inquietud y miedo.
- No soy un alfa.
Armin abre los ojos tanto como le es posible, aquella confesión no la vio venir, su rosto sorprendido hace sonreír al mayor.
- ¿Cómo? – trata de sonar tranquilo.
- Bueno, no soy un alfa naturalmente, mi verdadero genero es omega dominante.
La cara del rubio pedía más explicaciones, Levi continúo conduciendo diligentemente pasando saliva para la historia que iba a contar.
No era sencillo para empezar. Levi creció en una familia prestigiosa de alfas dominantes y supremos, todo su linaje se componía de los mismos. Aunque los alfas también podían ser gestantes, a decir verdad, no era fácil, por lo que normalmente su familia solía rentar vientres de jóvenes omegas y sanas para inseminarlas a cambio de una fuerte suma de dinero.
Es así como él vino al mundo, empero, su mamá pese a no haber generado un vinculo con él durante la gestación, lo amo tanto como se permitió para una mujer narcisista y soberbia.
Todo habría sido maravilloso si no hubiera tenido un pequeño derrame nasal a los doce años cuando tenia clases de historia, al ir a la enfermería, rápidamente llamaron a sus padres y ellos lo llevaron al hospital porque era inusual que algo así le sucediera siendo él tan sano.
- Tendremos que hacerle un par de estudios.
Así inicio su condena; cientos de estudios, visitas con especialistas, medicación iba y venía, ningún diagnostico certero y sus padres cada vez más angustiados.
- Señores Ackerman, sé que esto puede ser algo impactante para ustedes, pero la genética es así, en su familia, aunque realmente escasos, hay omegas dominantes, hemos revisado su historial genealógico y contamos con tres en cinco generaciones, así que el que su hijo lo sea es casi un milagro y deben sentirse felices de que esta sano y será un muchachito feliz.
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Positivo
RomanceCuando Eren y Armin tienen un grave -pequeño- problema. Omegaverse. Eren x Armin