Parte 3

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Al día siguiente, Toge y Yuta se disculparon con los chicos por dejarlos botados en la feria, tuvieron que mentir, diciendo que Inumaki se había mareado y que estaba tan indispuesto que ni siquiera les pudieron avisar. Ambos hicieron una exagerada reverencia y se marcharon.

—Entonces fue que el senpai se puso mal —dijo Yuuji con evidente decepción, pensando que se habían ido para tener un momento romántico.

—Pues yo lo vi muy normal, no sé qué pasó —se extrañó Megumi.

—Tal vez comimos mucho y entre las luces, las vueltas de los juegos y el frío hicieron que Inumaki-senpai se enfermara —A Yuuji se le prendió el bombillito de ideas en la cabeza—. Oye, ¿y sí los invitamos a tu habitación a ver una película? Es más tranquilo que salir a la calle y no nos congelaremos de frío.

A Megumi casi se le quiebra el cuello de lo rápido que volteó a ver a Yuuji, ¿Cómo que en su habitación?

—Ordena tu cuarto e invítalos para allá, Itadori.

—¡Pero si el tuyo ya está ordenado! ¡Es lo mismo!

Yuuji se fue, diciéndole que iría a comprar las golosinas y demás cosas para la noche de cine y que por favor quitara esa cara. Aunque en el fondo le gustaba mucho molestarlo y ver cómo se enojaba. También, le envió un mensaje a Inumaki, diciéndole que esperaba que estuviera mejor y que al finalizar la jornada de hoy, habría noche de pijamada y cine en la habitación de Fushiguro, que estaban invitados y que no se preocuparan en llevar nada para comer porque él se encargaría de todo. "Lamento mucho lo que pasó anoche, espero que hoy si puedas divertirte" escribió para finalizar.

Pero realmente anoche Toge no se enfermó, lo que tenía eran unos celos gigantes de Yuuji y su momento con Yuta en la rueda de la fortuna. Tampoco fue que no avisaron nada porque "Inumaki estaba indispuesto" lo que pasó fue que se fueron a una sala de videojuegos que estaba por el centro. Allí jugaron, se rieron, comieron y pasaron buen rato de la noche, hasta que llamaron a la escuela y pasaron por ellos.

Pero claro que no le iban a decir eso a nadie, ¿verdad?

∙ʚ♡ɞ∙

La noche de cine era a las siete, pero desde las seis, Yuuji estaba bien metido en la habitación de Megumi, dizque alistando todo.

—¿¡Y si hacemos maratón de La Lombriz Humana!? ¡Desde la uno!

—¡ITADORI POR FAVOR! —Megumi estuvo a muy poco de agarrarlo por el cuello para estrangularlo. No podía ser que una persona fuera tan intensa con unas películas tan malas.

Yuuji solo se rio en respuesta, echándose en los colchones.

Los chicos se esmeraron muchísimo en la sala de cine improvisada: bajaron el colchón de Megumi al piso, Itadori se trajo el colchón de su habitación para ponerlo también en el suelo junto al otro, buscaron todas las almohadas y mantas posibles, compraron abundante comida y golosinas para compartir, además de instalar un proyector en una de las paredes. Fue gracioso porque también usaron pijamas muy parecidas sin que ellos se pusieran de acuerdo.

—¿Entonces vemos la de Spiderman?

Fushiguro asintió, estando de acuerdo. En eso, entraron Toge y Yuta, con sus respectivos pijamas puestos.

—¡Woo! Esto se ve genial —dijo Okkotsu, echándose al borde de uno de los colchones, seguido de Inumaki que solo dijo "salmón", acostándose de manera sospechosa cerca del otro.

Yuuji y Megumi compartieron una mirada de complicidad, acomodándose ellos del otro lado y presionando el botón de "Play".

—¡AY! ¡Se me olvidó servir los refrescos! —gritó Itadori, levantandose como una flecha para servir en cuatro vasos con hielo, una cantidad bien generosa de Fanta.

Payaseando como siempre, quiso hacer una gracia con las bebidas, jugando a que era un hábil mesero que puede traer cuatro vasos encima de un plato a modo de bandeja y con una sola mano. Resultado: se desparramaron todas las bebidas con los hielos y demás encima de uno de los colchones.

Yuta y Toge lloraron de la risa y Megumi se quedó inexpresivo, pero con ganas de sencillamente abrir un hoyo y meter a Itadori ahí para siempre.

No les quedó de otra que hacer a un lado el colchón que se había mojado, acurrucándose todos en el otro.

La película estaba muy buena, pero los cuatro amigos estaban demasiado cansados. La jornada fue dura y sus cuerpos estaban con pocas energías. Toge fue el primero en caer rendido, siguiéndole Yuuji. Megumi y Yuta estaban despiertos a medias, comiendo algunos de los Cheetos que aún quedaban.

—Creo que me llevaré a Inumaki a su cuarto, para dormir no cabemos todos en el mismo colchón —le dijo Yuta a Megumi, levantándose sigiloso para tomar a Toge entre sus brazos con una delicadeza que solo se podía catalogar como extrema. Incluso, le acomodó a Toge un mechón de cabello que tenía suelto, olvidándose por completo que Megumi estaba ahí.

Si Itadori estuviera despierto, saltaría en una pata de la felicidad ante la romántica escena que presenciaba Fushiguro en estos momentos: Yuta cargando a Toge como a una princesa que disfruta de un profundo sueño. Eso estaba muy lindo de ver, ojalá pudiera tomarles una foto.

Megumi le dio las buenas noches, cerrando tras de ellos la puerta de su habitación y apagando el proyector.

∙ʚ♡ɞ∙

Cuando Yuta llegó al cuarto de Toge, se dio cuenta que la puerta estaba cerrada con llave, ¡ni modo! Lo acostaría en su cama.

Abrió su puerta y, lo más suave que pudo, recostó al otro entre sus sabanas. Yuta lo vio por unos segundos, perdido en su bonita cara y delicados cabellos blancos.

"Toge es hermoso"

Se aproximó, solo para mirarlo un poquito más de cerca. Inumaki tenía las pestañas muy bonitas, los labios rellenitos y aparentemente suaves. Lo vio un poquito más cerca, tenía vellitos en las mejillas, muy blancos, casi transparentes. Sus cejas eran del mismo color de sus pestañas y tenía un lunar diminuto en el parpado.

"Qué bonito es"

∙ʚ♡ɞ∙

Con sueño, Megumi se cepilló los dientes y después palpó el colchón mojado a ver si había alguna zona seca donde poder acostarse, ya que Yuuji estaba en el otro y bien estirado cual estrella de mar.

—¿Fushiguro? —lo llamó su amigo, medio dormido, medio despierto.

—¿Hm?

—¿Qué pasó con la película?

—Nada, ya se acabó. Y los muchachos ya se fueron.

—Lo siento —aunque todo estaba en oscuridad, Megumi pudo ver un pequeño puchero en el rostro de Itadori. Estaba seguro de haber visto ese gesto antes, pero en ninguna de esas oportunidades le causó ternura como ahora.

—¿Por qué te disculpas?

—Arruiné la pijamada —dijo, hundiendo la carita en una almohada para ocultar su vergüenza.

A Megumi nadie lo invitó, pero él solito se hizo un sitio al costado de su amigo. Se echó a su lado, con la cabeza apoyada en la palma de su mano. Desde abajo, Yuuji quiso contar cuantas pestañas tenían esos ojos azules, pero en vez de eso, arropó a Megumi con la misma cobija que usaba él.

—No has arruinado nada. Es más, creo que salió bien. Te cuento que el senpai Okkotsu se llevó cargado a Inumaki hasta su habitación, parecía una escena sacada de un cuento de amor.

"Una, dos, tres, cuatro, cinco, son muchas pestañas... Fushiguro habló algo de un cuento, ¿qué habrá dicho?" Como no estaba seguro, preguntó:

—¿Te gustan los cuentos de amor?

—Me encantan.

Yuuji no tuvo palabras, se quedó en blanco.

Jugando a ser Cupido 💘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora