¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A la mañana siguiente, me planté en casa de mi mejor amigo para desayunar. Vic se fue de mi casa pasadas las diez. Bebimos un café cada uno mientras chalábamos de la próxima sesión de fisio. Pero yo solo pensaba en una cosa.
Más bien, en un plan. Uno que no dudé contarle a Gavi.
–Vas con todo, ¿eh? – bromeó, mientras se comía una tostada de pan integral con jamón serrano.
Asentí mientras bebía un poco de zumo. Como se notaba cuando Aurora Gavira estaba en la casa del sevillano. Se comían puros manjares.
–Tengo que ir a por el oro hermano.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Victoria
Pasaron tres días desde aquel beso con Fermín. Solo fueron vagos besos, no hubo nada más. Pasamos horas y horas en aquel mirador hablando de todo. Cuando a las dos de la mañana nos quedamos sin tema, me invitó a dormir a su casa para no molestar a mis tíos. Me desperté en su cama, oliendo a su perfume y con ropa suya.
Organizaba informes en el despacho de mi tío. Aquel día por lo que me dijeron no habría sesiones de fisio hasta las once, ya que lo estaban limpiando y desinfectando. Nos explicaron que cada cierto tiempo lo hacían desde la pandemia. Porque un jugador, a parte de problemas musculares y derivados, también podía contraer un virus. Así que mejor prevenir que curar.
Justo cuando estaba terminando, la puerta se abrió rápidamente. Leila, vestida igual que yo, me miró con una sonrisa.
–Hey Vic, tienes que venir a ver esto.
Me levanté de la silla y la seguí. Íbamos hacia nuestra sala. ¿No era que no se podía ir?
–¿Por qué vamos a la sala? – pregunté confundida, mientras seguía sus pasos –. No se puede ir.
Leila se giró y esbozó una leve sonrisa. ¿Qué estaba ocurriendo?
Una vez estuvimos enfrente de la puerta corredera. Se giró hacia mí.
–Te dejo hacer los honores Vic.
Se apartó y dejó que abriese la puerta.
Wow.
Ramos y ramos de peonías rosas, mis flores favoritas, estaban repartidos por toda la sala. Impactada y con una imborrable sonrisa, me giré hacia mi amiga.
–¿Qué es todo esto? – pregunté emocionada.
–No sé. A mi solo me han avisado diciendo que tenías que bajar y abrir tú la puerta – confesó.
Fuimos paseando por la sala, que estaba repleta de la flor. No podía dejar de mirarlas, eran preciosas. Las más bonitas que mis ojos habían presenciado.
–Cuantas habrán, ¿quinientas? – dijo Lei, paseando a mi lado por ese jardín improvisado.
–Hay mil – murmuré. Justo me quedé viendo un ramo en particular, del cual salía algo –. Mil peonías.
Seguí mirando ese ramo. Me acerqué y vi que tenía un sobre en color rosa pastel. Lo abrí, ansiosa. Había una tarjeta dentro que no dudé en leer en voz alta.
–Siempre he sido yo. En todo. Eres oro. F.
Lei me miró confusa durante unos segundos. Hasta que ahogó un grito.
–¡Corre a por tu hombre! – exclamó con una gran sonrisa.
Le hice caso. Con alegría, salí de allí corriendo y fui hacia el campo de entreno. Ahí estaba, bebiendo agua con su amigo incondicional, Gavi.
Fue el sevillano quien me vio primero. Avisó a Fermín, quien con una sonrisa se giró. Corrí hasta él. Quien me alzó en brazos sin importar que mi tío estuviese cerca. Sus manos posaron en mi culo, el cual apretó. Sin dejar de sonreír, ambos nos miramos. Tomó el la iniciativa de besarme. Siendo el beso más dulce que tuve en mi vida.
Después de ese, él puso un rostro más serio.
–Tengo algo que confesarte – dijo, aun conmigo en brazos –. Ese café por el que me gritaste, en realidad, era para ti.
¿Qué? Confundida, no dije nada. Dejé que siguiera con esa confesión.
–Tu tío me pidió un café para su sobrina. Más tarde entendí que eras tu. Lo del postre fue mera venganza.
Anonadada, miré al rubio.
–¿Enserio? – él asintió. Le besé –. Siento haberte gritado.
–Siento haberme vengado.
Ambos nos besamos, entre aplausos de todos los chicos, staff e incluso mi tío.
Cuando terminamos, Hans se acercó a nosotros. Fermín cambió su semblante por completo.
–Tu y yo tendremos una charla, López.
FIN
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ya terminada esta primera STORIE!
Espero que os hayáis disfrutado de la lectura y de la historia de Fermín y Victoria.
Al principio se me ocurrió la idea para hacerla larga, pero no tengo casi tiempo y en poco ya empezaré las clases.
Nos vemos en unos días con 'Te enamoraste de un G' con Gavi 🩵
Por cierto, no olvidéis de votar y comentar para que la historia crezca, me ayudáis un montón 🫶🏻