Por alguna insensata razón, Dokyeom decidió comer en el comedor esa noche. Por lo general, se llevaba la bandeja arriba para poder estar solo. Pero no tenía ganas de lidiar con el desastre ese día, así que encontró una mesa vacía y se sentó. Justo estaba empezando a comer, cuando alguien retiró la silla frente a él y se sentó.
Levantó la mirada furioso, preguntándose quién carajo era lo bastante estúpido como para cometer semejante disparate. Todo el mundo sabía que a él no le gustaba tener compañía, así que debería estar sentado solo. Incluso Seungkwan lo tenía claro.
Cuando su mirada aterrizó en Lee Chan, Dokyeom soltó un suspiro. No tenía ni idea de lo que el mocoso hacía allí. Era muy tarde para una de sus visitas regulares. Sin embargo, ahí estaba sentado, con esa sonrisa en el rostro. La que probablemente derretía corazones en cualquier otro lado. Pero que no tenía efecto sobre Dokyeom. Nop. En lo absoluto.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Dokyeom preguntó, sin preocuparse en endulzar su tono.
—¿Qué? ¿No hola o cómo estás? —preguntó Lee Chan.
—Solo responde la maldita pregunta.
—Estoy trabajando en una misión.
—¿Por qué mierda te están dejando salir al campo de batalla de nuevo? —Dokyeom exigió.
La ira se apoderó de él mientras se preguntaba cómo era que los felinos podían ser tan irresponsables con uno de sus médicos.
Lee Chan era demasiado pequeño y dulce como para enredarse con toda la mierda que había en las calles. Las cosas allá afuera se lo comerían vivo y luego lo escupirían de vuelta.
—Es una especial para lo que necesitan mi experiencia —Lee Chan replicó.
—¿Y qué es eso? ¿Están planeando incordiar a los Cuervos hasta que se rindan? —Dokyeom le soltó de vuelta.
—Tú eres el único que me encuentra molesto.
Aunque todavía seguía sonriendo, hubo un toquecito de dolor en el tono de Lee Chan. Lo que hizo que Dokyeom se sintiera como una basura, sabiendo que él lo había puesto ahí. Quiso retirar las palabras, pero no se atrevió. Cuanto más recelara Lee Chan de él, mejor. Aunque, ahora que estarían viviendo en el mismo edificio, las cosas iban a estar más difíciles.
Tanto como Dokyeom quería mantenerse alejado del mocoso, una gran parte de él se sentía arrastrada hacia el médico. Lee Chan tenía cierta luz en él. Una que le recordaba a Dokyeom que no todo el mundo estaba lleno de pesimismo. De que algo bueno quedaba. Sentirse atraído por Lee Chan era de lejos más peligroso que una Bandada de Cuervos. Que él se preocupara por otro podía dejarlo débil. Dokyeom no podía permitir que eso ocurriera —no de nuevo. Había aprendido su lección la primera vez. Había sido dura y brutal. No estaba listo para repetirla.
—No, hay alguien que está envenenando el Tar y me necesitan para identificarlo —Lee Chan respondió.
—Pensé que esa cosa ya era veneno. ¿Cómo puede ser peor? —
Dokyeom preguntó.
—Encontraron una casa llena de consumidores muertos. Los vendedores también estaban en las últimas. Piensan que puedo saber lo que le agregaron, y necesitan mi ayuda para seguirle el rastro antes de que dañe a alguien más.
—¿No podían encontrar a alguien más para hacer eso? ¿Qué tan difícil puede ser?
Dokyeom no tenía intención de desmerecer las habilidades de Lee Chan, pero no quería ver al felino en peligro. Lo que no lo disminuía en el libro de Dokyeom. Lee Chan tenía otras habilidades que eran igual de importantes.
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Serie de la HdA 05 - El Vacío Del Dragón
FanfictionSerie de la Hermandad de Asesinos 04 - El Vacío Del Dragón RESUMEN Durante meses, Lee Chan ha albergado un enamoramiento por el cambiaforma Dragón, Dokyeom. Pero, no podrían ser más diferentes. Lee Chan es un burbujeante médico de la Coalición, mie...