Mierda, pero estaba adolorido. No había una sola pulgada en el cuerpo de Lee Chan que no hubiera sido apaleada, cortada o quemada. Y todo, en el lapso de unas horas. O al menos ese era el tiempo que él pensaba que había pasado en el sótano. Era un poco difícil llevar la cuenta del tiempo cuando te tienen colgado de los brazos con cadenas, como un ciervo. Si Lee Chan alguna vez salía de la maldita cosa en la que estaba, iba patearles el culo a los traficantes.
Hasta ahora había podido contar cinco. Había dos Cuervos, una Corneja, una Hiena, y un humano. El último fue una sorpresa para Lee Chan. Pero de nuevo, a lo mejor no debería. Los humanos siempre habían buscado la manera de hacer daño a los cambiaformas. Para ellos, poner sus manos en un muy útil veneno para cambiaformas, sería la manera perfecta de hacer verdadero daño
Lee Chan no entendía por qué algunos humanos los odiaban tanto. Hasta hace poco, la mayoría ni sabía que los cambiaformas existían. Habían estado cohabitando desde antes de la historia y nunca había habido mayores problemas. Pero ahora que se sabía que algunos civiles podían cambiar a bichos, algunas personas estaban seguras de estar en peligro. Era una mentalidad tan estúpida que casi hasta daba risa.
—Me pica la espalda. Si alguno de ustedes pudiera ser tan amable y rascarla por mí, sería feliz —Lee Chan le dijo al grupo arrastrando las palabras.
Tal vez aguijonearlos no fuera la mejor idea, pero todo lo que le quedaba era el orgullo y la boca. Lo habían despojado de casi toda la ropa, haciéndolo gritar e hiriéndolo de maneras que nunca creyó posibles. Así que iban a tener que disculparlo por cargar contra ellos algo de su mala actitud.
El Cuervo, que Lee Chan estaba seguro de que era el jefe, lo fulminó con la mirada. Él y su grupo de malitos estaban sentados en torno a una pequeña mesa. Estaba un poco desnivelada y la superficie necesitaba terriblemente de una buena lijada. Pero, además de algunas sillas plegables, era el único mueble que Lee Chan había visto en el basural.
Para ser justos, había estado noqueado cuando lo arrastraron adentro. Por ello, todo lo que había visto era el sótano. La casa arriba podía ser algo salido de Better Homes and Gardens y él ni se daría por enterado.
Lee Chan cerró los ojos y trató de recordar cómo había terminado
ahí... punto. Finalmente, empezó a recordar pedacito a pedacito.
Justo después de que Dokyeom lo dejara en la mansión, Lee Chan había empezado a buscar algún sobreviviente. Había estado tan metido en el trabajo que no había escuchado que alguien se aproximaba hasta que fue demasiado tarde. Lo habían atacado por detrás y lo habían inmovilizado en el suelo. Tan pronto reconocieron el uniforme de la Coalición, que llevaba puesto, estuvo frito. Le dieron una paliza hasta que se desmayó y lo llevaron a su ubicación actual. Entonces el interrogatorio empezó.
Aunque había permitido que lo atraparan de manera estúpida, Lee Chan todavía se sentía orgulloso. No les había dicho nada más que un pedacito de información sobre la Coalición y la Hermandad. Los secuestradores habían sido unos imbéciles bastante persistentes con eso. Había habido unas cuantas veces en las cuales Lee Chan se sintió seguro de que llevarían las cosas demasiado lejos y moriría. Si era honesto, había habido unas cuantas ocasiones en las que deseó que lo hubieran hecho.
Solo esperaba que Dokyeom lo encontrara antes de que pasara.
Lee Chan hizo un inventario de sus heridas en silencio. Imaginaba que tendría algunas costillas rotas, un pulmón colapsado, y alguna hemorragia interna de importancia. No tenía mucho tiempo antes de que la pérdida de sangre lo hiciera entrar en un shock que lo condujera a la muerte.
—Tengo que preguntarte una cosa —dijo el Cuervo mientras se acercaba a Lee Chan.
El Cuervo tenía el pelo largo y oscuro y era fino, aún para los de su clase. Su ropa parecía de marca y rezumaba riqueza. Lo que hizo que Lee Chan se preguntara con cuánto Tar había traficado el tipo para comprar todo eso, y si le importaba las muertes que causaba. Lo más probable era nunca hubiese pensado en eso. Los de su tipo solo se preocupaban por sí mismos.
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Serie de la HdA 05 - El Vacío Del Dragón
FanfictionSerie de la Hermandad de Asesinos 04 - El Vacío Del Dragón RESUMEN Durante meses, Lee Chan ha albergado un enamoramiento por el cambiaforma Dragón, Dokyeom. Pero, no podrían ser más diferentes. Lee Chan es un burbujeante médico de la Coalición, mie...