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Enero 15, 2022
Observé los diseños en el libro de bocetos, había añadido unos cuantos. Iría al taller en busca de modificar varios, la pandemia había dejado un enorme vacío y la construcción de talleres servían para producir nuevos puestos de trabajo. Bajé de mi auto siendo seguida por Catherine, mi asistente. Traía dos lattes y una bolsa marrón. Le entregué el libro de bocetos y agradecí con una sonrisa al recibir el latte. Enero era frío en New York, una pasarela de bufandas y abrigos con colores tan diversos se abrió paso alrededor de la ciudad entre aquél ritmo constante.
Amaba New York por su complejidad, moda y belleza completamente de la mano. Adoraba el legado artístico, y como los jóvenes acogían la moda cómo plataforma para representarse. En retrospectiva, me recordó a dos adolescentes de Holmes Chappel; una chica pansexual y un chico bisexual. Ambos temerosos por lo que la sociedad les dirían, claramente eso ya no les pasaba a ellos, o al menos no con frecuencia.
— ¿Qué tal tus vacaciones? ¿Cómo están Val y Diana?— cuestioné antes de darle un sorbo a mí latte.
Catherine es una mujer de veintiocho con dos niños, el padre es un apuesto militar que más de una noche venía a recogerla con los niños antes de ir a casa de la abuela y comer algo en familia. Toda una imagen patriótica, agradable y tan hermosa que los convertía en una familia preciosa. El horario de Catherine Grace era el más flexible de todos, tenía un respaldo que se encargaba de llevar mi agenda y respaldarla en la oficina, al ser mi mano derecha podía dar el paso atrás de necesitarlo si me avisaba con un poco de tiempo.
— Valentine adoro el regalo que le ha dado, y Diana está encantada con poder escuchar ese adelanto.— informó Catherine.
Sonreí.— No te olvides, el viernes saldrás una hora antes. No quiero tener que correrte para no recibir una llamada de tu madre y como su adorada lasaña se enfrió.
Lo admito, Catherine se ha convertido en un soporte. Quizás más de lo que debería, ella y su familia se habían convertido en mi soga. Su amistad fue lo único genuino que pude sacar a esta industria. Ella, Zayn y Gigi. Mis ahijados, Val y Khai. La mañana paso rápida, después de dos tazas de café veía como todo se movía más lento, el taller es el descanso entre el set y las disqueras. Elegí las telas, trace patrones y corte los pedazos mientras Grace me comenta sobre mi apretada agenda de está semana. Fue la decisión de hacer un alto en la actuación.
Dar un paso al frente directo a los talleres con máquinas de costura telas y más, eso y pasar a la cabina. Habían unos cuantos proyectos por salir. Acabe por el vestido negro de tela suave antes del almuerzo, ví el vestido en cuestión sobre aquél maniquí mientras sostenía mi taza de ensalada y giré sobre mi eje en el banquillo. Después de dejar mi almuerzo, Catherine y Lucy me dejaron en el taller antes de ir a sus oficinas.
Mi "taller" es amplió, cuenta con un área de costura y más agregados, de lado izquierdo se encuentra mi oficina. Un gran escritorio con teléfono fijo, computadora, entre otros, unos cuantos cuadros-entre ellosuno hecho por Zayn- y un librero. Camino hasta mi escritorio con la ensalada en mano y aún no muy convencida con el resultado, me siento en aquella jodida silla ortopédica (idea de mamá Malik) y dejo escapar una bocanada de aire ante la pila de papeles por firmar.
