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Enero 16,2022. Arabella
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Después del paseo en moto hasta altas horas de la madrugada, acabo por concluir mi paseo en mi hogar con una costosa botella de vino abierta y alguno de esos cuadernos que guardo en cajas con llamativas equis en rojo. Porque ella es rojo, y es tan ardiente. Bocetos son lo primero que veo, arrancó las páginas que se merecen una segunda oportunidad, dibujos y lo que parecen canciones. Leo entre líneas, no pasan más de unos pocos segundas hasta que recuerdo, recuerdo a quién le escribí eso. Me veo aturdida ante la ferocidad del recuerdo, quizás por el enojó decido cerrar el cuaderno de inmediato.
Mi terapista tendrá un banquete con esto, y quizás sea bueno revolver algunas páginas. Es al rededor de las cinco de la mañana cuando me doy por vencida, no dormiré. Una ducha y un cambió de ropa bastó para ponerme en el ruedo, mi batido proteínico y tostadas fueron suficiente para hacerme salir de casa con una dirección diferente. De alguna manera me las arregle para que Jack Antonoff dejará a su ama, la mujer que lo tenía encerrado en una jaula en su sótano. El estudio era mucho más cómodo de lo que recordaba, me senté en los sillones. Traje un par de cuadernos para ojear mientras esperaba a Jack.
La puerta se abrió demasiado fuerte para mi gusto, Jack batallaba con lo que llevaba en sus manos. De alguna manera se las arregló para no hacerme sentir que había abandonado la música, incluso me dió buenas noticias.
— Me estás diciendo que guardaste el primer demo que hicimos; todo durante siete jodidos años.— cuestioné. El asintió, ya entiendo el por qué Taylor lo tiene esclavizado.— Jack, no miento cuando te digo que podría besarte en este preciso instante.
Su semblante paso a ser temeroso.— No creo que sea buena idea...
Alcé mis cejas riendo, el chico parecía muy serio. Demasiado temeroso. Me recosté en el sofá escuchando las canciones que grabe y de alguna manera quedaron descartadas luego del álbum que lance al salir de la banda, todas eran diferentes; ritmos y estilos vocales distintos, pero de alguna manera se conectaban entre ellas. Entonces escuché una de esas canciones por completo acapella, la letra. Me levanté de inmediato pidiéndole que detuviera la pista, la idea se hizo paso en mi mente.
