Ally Liddell
La cabeza me duele, es un cosquilleo combinado con pequeños golpes que me molestan. Y del cuerpo no se diga. Estoy cansada.
Abro los ojos con dificultad, estoy somnolienta. Pero ¿por qué? No recuerdo haber hecho algo que me haga estar tan cansada.
Mis ojos recorren el lugar en el que estoy. Se defienden cuando veo a una mujer que mirá con atención mis movimientos.
—¡Mamá!
Rápidamente el dolor se esfuma. Abrazo con fuerza a mamá.
—¡Estaba angustiada! No despertabas. —acaricia mi cabello
—¿Qué pasó? ¿Qué hago aquí? —pregunto al ver que estoy sobre una camilla, con una bata blanca
—Es un centro psiquiátrico. —la voz gruesa de un hombre aparece. Sale de la oscuridad
Lo puedo ver bien. Alto, delgado, lleva lentes, muy elegante, pero lleva una cicatriz en el rostro. Es horrenda.
—¿Por qué? —cuestiono a mi madre, pero cuando quería responderme, es interrumpida por el inusual hombre
—Estabas delirando, Ally. Mencionabas que debías ayudar a una princesa.
—Te hayamos cerca de un espejo, cerca del hospital. —informa, mamá
¿Espejo?
«—Este es el espejo que me trajo. No lo he usado desde entonces, no he querido ir a mi pasado.»
«—Soy Ally y ella White. Llegamos para encontrar a un búho travieso que se escapó de nuestros ojos.»
«—Yo no soy una ladrona, eso se lo aseguro.
—No pienso eso.
—¡Todo fue tan raro! Un conejo con traje me llevo a un espejo, al entrar llegué hasta acá.»
Los recuerdos vienen cómo una ráfaga de luz. Tan rápido que no da tiempo de procesarlos.
—¡White! —trato de bajar de la camilla, pero el hombre lo impide. ¡¿Por qué es tan metido?!
—No puede irse.
—Claro que puede. Esta bien. —mamá lo contradice
—Debemos checarla, señora Kingsleigh.
—¡Yo soy su madre, decido sí lo hacen o no! —su reclamo es suficiente para callarlo
—Al menos déjeme hablar con su hija. —dice en un suspiro
—No...
—Mamá. —interfiero, le doy una mirada de confianza
—Bien. Pero que sea rápido.
Se acerca a darme un beso en la frente.
—Sí hace algo que te disgusta, no te quedes callada. —a escondías me da un trozo de vibrio filoso. El cuál lo oculto
—Su madre es una mujer ruda. —habla después de que se haya ido
—Es necesario. De ser diferente ya se habían aprovechado de ella. Es valiente.
—Su padre sí que fue un hombre valiente. Lastima que murió. Era un buen tipo.
—¿Por qué todos los buenos terminan mal? ¿Por qué todos los hijos terminan sin padre? —pregunto para mí en un susurro
—Unas preguntas interesantes. Pero no hay tiempo para esta conversación. Hay que hallar algo que...
—¿Algo que confirme que estoy loca?
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Descendientes 5: Retorno de una Reina
Viễn tưởng¿Qué fue lo pasó después de que la princesa Red del país de las Maravillas y la princesa Chloe cambiaran el pasado? Un buen final feliz para todos, seguro que responderás. Pero no es feliz para todos. En el mundo de las Maravillas se encuentra una p...