capitulo 19

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En la familia Hernández había cuatro hermanos: Lucía, Gabriel, Diego y Andrés. Lucía, desde muy pequeña, mostraba ambición, codicia y un carácter muy fuerte, ya que era muy astuta y la hermana mayor de Gabriel. Sin embargo, por las heridas del pasado, su corazón se endureció, llenándose de raíces de amargura. Gabriel, en cambio, se destacaba por su liderazgo y humildad, estando acostumbrado a la opulencia y a los negocios. Había tenido una conexión profunda con su padre, el magnate industrial Fernando Hernández, quien, tras su muerte, le encargó la empresa a Gabriel. Andrés, por su parte, poseía una gran inteligencia, pero también envidia y un fuerte sentido de unidad.

La familia Hernández era poderosa, con un vasto patrimonio industrial y cultural que había pasado de generación en generación, siendo un grupo bastante conocido. Sin embargo, esta famosa familia ocultaba muchos secretos. La sombra de la familia Hernández, por una simple herencia, inició una lucha feroz entre ellos y la muerte los asechaba. Este mismo patrimonio cultural, en muchas ocasiones, era fuente de corrupción y lavado de dinero, de lo cual los herederos de la familia se encargaban al quedar al mando de la majestuosa empresa, llevándose a la tumba cada uno de sus miembros sus mas oscuro y  mayores secretos.

Gabriel siempre fue un joven humilde, aventurero y enamoradizo. En uno de sus viajes, llegó al campo donde conoció y se enamoró de una hermosa joven llamada María Fernández, una humilde campesina de ojos avellana y brillantes, cabello oscuro y manos curtidas por el trabajo de la tierra. María, quien también era humilde, vivía con su abuela. Desde entonces, Gabriel vivió profundamente enamorado de María. A pesar de no tener dinero y vivir en una humilde granja, María poseía una belleza inigualable y una inteligencia invidiable, lo que llamó la atención tanto de Lucía como de Andrés.

La lucha entre sombra de los hermanos Hernández y la destrucción de la relación de María y Gabriel giraba en torno al dinero y los negocios. Andrés, tiempo atrás, había iniciado muchas interacciones con María, hasta el punto de que llegó a gustarle. Pero cuando Andrés notó que María y Gabriel se gustaban, sintió una profunda rabia y envidia cada vez que los veía juntos. Por eso, Andrés siempre buscaba la manera de encontrarse con María a solas, con la esperanza de conquistarla y robarle el corazón. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada, y María terminó enredándose con Gabriel a escondidas. Cuando Andrés descubrió la relación entre Gabriel y María, se llenó de ira y envidia, y juró que si María no podía ser suya, destruiría su relación a cualquier costo. Fue entonces cuando la sombra de la discordia comenzó a perseguirlos.

Diego, Lucía y Andrés no iban a permitir que una pobretona se quedara con el patrimonio de la empresa. Con el paso de los años, la empresa Hernández comenzó a crecer y a generar grandes cantidades de dinero, quedando bajo el control de los herederos: Lucía, Andrés y Gabriel. La empresa se extendió, comprando muchos territorios para su crecimiento, y uno de esos territorios incluía el lugar donde vivía María con su abuela. Ese plan de expansión había sido ideado por Andrés, quien vio en María una oportunidad de negocios para abrirse camino en el campo.

La ambición cegó por completo a Lucía y Andrés. Diego y Andrés decidieron acabar con la relación entre Gabriel y María, y así planearon y ejecutaron el asesinato de la abuela de María y el incendio de las siembras de la familia Fernández. Inculparon a María del crimen de Héctor, logrando que fuera encarcelada durante muchos años en España, donde dio a luz a su hijo, Dairon, en prisión.

Andrés siempre había soñado con estar con María, pero las cosas del destino nunca lo permitieron, y finalmente terminó destruyéndola a pesar de que su deseo era estar con ella. Desde entonces, Andrés nunca se acercó a María después de lo sucedido, sintiéndose avergonzado por no haber conseguido su amor. Finalmente, se resignó a perderla para siempre, mientras su abogado, Enrique, y sus hermanos Gabriel y Lucía, jamás llegaron a enterarse del amor secreto de Andrés, quien, a pesar de su gran inteligencia, era extremadamente reservado y callado, con una mente tan oscura como la de Lucía.

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