En busca de la nueva hokage

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El aire estaba pesado con una tristeza palpable mientras la aldea se reunía para despedir al Tercer Hokage, Hiruzen Sarutobi. La lluvia caía en un silencio respetuoso, como si incluso la naturaleza lamentara su pérdida. Naruto y yo nos encontrábamos en medio de la multitud, ambos con los rostros sombríos, absorbiendo la solemne realidad de la situación.

Hiruzen había sido más que un líder para nosotros; había sido una figura paterna en una aldea donde los verdaderos padres nos habían sido arrebatados. Aunque mi exterior permanecía calmado, internamente sentía una mezcla de dolor y una creciente determinación. Konoha había perdido a su protector, y ahora, más que nunca, la aldea necesitaba que sus ninjas estuvieran a la altura.

"(T/N)... esto no está bien, ¿verdad?" Naruto rompió el silencio con su voz vacilante, sus ojos aún fijos en la urna que contenía los restos del Hokage.

"No, no lo está," respondí suavemente, sin apartar la vista del altar. "Pero debemos mantenernos fuertes, por él y por Konoha."

Naruto asintió, apretando los puños con determinación. No había mucho más que decir; ambos sabíamos que nuestras acciones, más que nuestras palabras, serían lo que realmente honrara la memoria del Hokage.

Después de la ceremonia, el cielo seguía cubierto por nubes grises, y la aldea estaba sumida en una quietud solemne. La multitud se dispersaba lentamente, dejando atrás un aire de melancolía. Mientras caminaba por los jardines, intentando procesar todo lo sucedido, vi una figura familiar entre los árboles: Ino.

Estaba de pie, con la cabeza baja, mirando las flores que cubrían el suelo, con el mismo aire de tristeza que impregnaba la aldea. Decidí acercarme, aunque no estaba seguro de qué decir.

"Ino," dije suavemente, deteniéndome a su lado.

Ella levantó la mirada, y por un momento, sus ojos azules se encontraron con los míos, mostrando una vulnerabilidad que rara vez dejaba ver. "(T/N)," respondió en un susurro, antes de apartar la vista hacia las flores nuevamente. "Es... difícil, ¿verdad? Perder a alguien que ha sido parte de nuestras vidas por tanto tiempo."

Asentí, sin saber muy bien cómo responder. "Sí, lo es. Parece que... todo ha cambiado de repente."

Ino dejó escapar un suspiro, y pude ver que estaba luchando por mantener la compostura. Sin pensarlo, extendí una mano y la coloqué suavemente en su hombro. No era un gesto muy grande, pero parecía suficiente para que ella se sintiera comprendida.

"Es extraño," continuó ella, su voz temblando ligeramente, "sentir tanto dolor por alguien que siempre estuvo allí, como una figura distante, pero constante. Pensé que sería más fácil, pero... duele más de lo que imaginé."

"Lo sé," respondí, sintiendo un nudo formarse en mi garganta. "No siempre entendemos el impacto que alguien tiene en nuestras vidas hasta que ya no están."

Hubo un momento de silencio entre nosotros, solo interrumpido por el suave murmullo del viento entre los árboles. Finalmente, Ino levantó la vista, y sus ojos estaban llenos de lágrimas que intentaba contener.

"(T/N), no puedo evitar pensar en todo lo que podría pasar de aquí en adelante... en cómo todo podría cambiar de repente. Es aterrador."

Sentí un impulso protector dentro de mí, algo que no había experimentado con tanta intensidad antes. "Ino, no estás sola en esto. Ninguno de nosotros lo está. Pase lo que pase, estaré aquí... estaremos aquí, para superar lo que venga."

Ino me miró fijamente, y por un momento, el dolor en sus ojos se suavizó. "Gracias, (T/N)," murmuró, antes de tomar mi mano que aún descansaba en su hombro. Sentí el calor de su toque, y algo dentro de mí cambió en ese instante. Era un sentimiento nuevo, uno que no había identificado hasta ahora, pero que sabía que tendría que enfrentar en algún momento.

Los Hermanos UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora