Desertor

3 0 0
                                    


El sonido de la explosión resonó en el Valle del Fin, reverberando por las paredes del cañón. La colisión entre el Rasengan de Naruto y el Chidori de Sasuke había dejado una cicatriz en la tierra, un cráter profundo que ahora separaba a los dos amigos convertidos en rivales.

Cuando el polvo finalmente comenzó a asentarse, lo primero que vi fue a Naruto, tendido en el suelo, su cuerpo exhausto, el chakra del Kyūbi desvaneciéndose lentamente. Su protector frontal estaba a unos metros de distancia, perdido en la batalla. A lo lejos, Sasuke, con su respiración agitada, se mantenía de pie, su protector de la frente colgando con una nueva y profunda cicatriz que cruzaba el símbolo de la Hoja.

El viento silbaba suavemente en el valle, como si incluso la naturaleza estuviera en silencio, esperando el desenlace de este momento crítico. Mi corazón latía con fuerza, mientras el dolor de mi propia batalla y la angustia de ver a mis dos amigos enfrentarse me atravesaba el pecho.

Sasuke comenzó a caminar hacia el borde del valle, alejándose de Naruto y, por extensión, de todo lo que conocía y amaba. Su figura parecía más pequeña y más distante a cada paso, como si con cada avance se alejara no solo físicamente, sino emocionalmente, cortando los lazos que alguna vez nos unieron.

"¡Sasuke!" grité, mi voz resonando en el silencio opresivo. No podía dejarlo ir. No podía dejar que se marchara así, sin luchar hasta el último aliento. "¡Espera!"

Sasuke se detuvo, pero no se volvió. Su espalda rígida, su cabeza inclinada ligeramente hacia adelante, como si dudara por un momento.

"No puedes hacer esto... No puedes simplemente dejarnos, dejar todo atrás. ¡No es demasiado tarde para regresar!"

Él giró su cabeza ligeramente, lo suficiente como para que pudiera ver sus ojos rojos, los Sharingan activados, mirándome con una mezcla de tristeza y determinación. "No lo entiendes, (T/N). Ya tomé mi decisión. Este es mi camino, y nadie puede detenerme."

Di un paso adelante, mi cuerpo temblando tanto por el dolor como por la desesperación. "¿Qué pasa con nosotros? ¿Qué pasa con todo lo que hemos pasado juntos? ¡Naruto, Sakura, yo! ¡Somos tu familia, Sasuke! Si sigues por este camino, lo perderás todo. Orochimaru no es más que un monstruo, un traidor. ¡Te estás entregando a un destino peor que la muerte!"

Sasuke finalmente se dio la vuelta por completo, su expresión era dura, pero en lo profundo de sus ojos pude ver un destello de duda, una sombra de la persona que solía ser. "No hay otro camino para mí, (T/N). Todo lo que alguna vez quise fue vengar a mi clan, hacer que mi hermano pague por lo que hizo. No puedes entenderlo."

"¡Lo entiendo más de lo que crees!" Exclamé, avanzando un paso más. "Tú no eres solo un vengador, Sasuke. Eres un shinobi de Konoha, un miembro del equipo 7. Eres nuestro amigo, nuestro hermano. No puedes dejar que el odio te consuma. ¡No tienes que hacerlo solo!"

Sasuke apretó los puños, sus uñas clavándose en sus palmas. "Eso es lo que nunca has entendido, (T/N). Estoy solo en esto. Siempre lo he estado."

"¡No!" La desesperación me impulsó hacia él. "No estás solo. Nunca lo has estado. ¡Naruto, Sakura y yo siempre hemos estado a tu lado! Todos los lazos que has formado, los momentos que hemos compartido... ¡Todo eso es real, Sasuke! Si te vas ahora, lo destruirás todo."

Por un momento, pensé que había llegado a él. Vi su rostro endurecido suavizarse, vi la lucha interna que estaba teniendo. Pero entonces, sus ojos volvieron a endurecerse, como si un muro impenetrable se hubiera levantado en su interior.

"No voy a cambiar mi decisión, (T/N). Mi destino está sellado."

"¡No lo permitiré!" Exclamé, avanzando de nuevo. Si las palabras no podían llegar a él, entonces tendría que detenerlo por la fuerza. "¡No te dejaré ir!"

Sin más advertencia, lancé un puñetazo directo a su rostro, el Taijutsu que habíamos practicado juntos durante tanto tiempo entrando en acción. Sasuke bloqueó el golpe con facilidad, y en un instante, estábamos envueltos en una intensa pelea cuerpo a cuerpo. Cada golpe que lanzaba estaba cargado de la frustración y el dolor que sentía, cada patada era un intento desesperado por alcanzar al amigo que estaba perdiendo.

Sasuke, sin embargo, peleaba con una frialdad calculada, su estilo perfeccionado a través del entrenamiento duro y la determinación inquebrantable. A pesar de mi furia, él mantenía la ventaja, bloqueando y contrarrestando cada uno de mis ataques con precisión.

"¡Detente, (T/N)! ¡No voy a volver contigo!" gritó, mientras esquivaba una patada y contrarrestaba con un golpe rápido a mi costado, haciéndome tambalear.

"¡No te detendré hasta que entiendas!" respondí, recuperando el equilibrio y lanzando una serie de golpes rápidos, buscando cualquier apertura.

El sonido de nuestras peleas resonaba por todo el valle, el eco de nuestra batalla personal amplificado por las paredes de roca. A cada momento, mi cuerpo se debilitaba más, pero no podía detenerme. No podía permitirme fallar.

Finalmente, Sasuke aprovechó una abertura. Con un movimiento rápido, activó su Chidori, el rayo de chakra crepitando en su mano. Antes de que pudiera reaccionar, lo lanzó hacia mí, atravesando mi costado. El dolor fue inmediato, agudo y ardiente, dejándome sin aliento.

"(T/N)..." susurró Sasuke, su voz llena de algo que sonaba casi como remordimiento. Pero ya era demasiado tarde.

Caí de rodillas, mi visión comenzando a nublarse. Podía sentir la sangre corriendo por mi costado, cada latido de mi corazón bombeando más dolor a través de mi cuerpo. Sasuke retrocedió, su mirada fija en mí, como si esperara que dijera algo más, pero las palabras se me escapaban.

"Naruto... Sakura... y yo... siempre estaremos... contigo..." susurré, antes de que la oscuridad comenzara a envolverme. Sabía que estas podían ser mis últimas palabras, y quería que las recordara. Quería que supiera que, a pesar de todo, todavía creía en él.

Mi cuerpo cayó al suelo, y todo se volvió oscuro. Lo último que escuché fue el sonido de los pasos de Sasuke alejándose, un eco que reverberaba en mi mente mientras la inconsciencia me arrastraba por completo.

El sonido del viento en el Valle del Fin fue lo único que quedó, un recordatorio suave de la pelea que acababa de suceder. Sasuke se quedó allí por un momento, observando el cuerpo de (T/N) en el suelo, su protector frontal abandonado junto a él, el símbolo de Konoha aún intacto. Un símbolo que ahora lo perseguiría, recordándole lo que estaba dejando atrás.

Sasuke apretó los puños, sus emociones en conflicto. Sabía que no podía permitir que lo detuvieran, sabía que tenía que seguir adelante para cumplir su venganza. Pero en el fondo, una pequeña parte de él, la parte que aún se aferraba a los lazos que había formado, gritaba en agonía.

Finalmente, se dio la vuelta y continuó su camino, dejando atrás a Naruto y (T/N), heridos y derrotados. A medida que se alejaba, el peso de lo que acababa de hacer lo oprimía, pero no se permitió mirar atrás. Sabía que si lo hacía, podría vacilar, y eso era algo que no podía permitirse.

El Valle del Fin volvió a quedar en silencio, testigo de las promesas rotas y de un destino que estaba a punto de cambiar para siempre.

Los Hermanos UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora