Capitulo 6

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Para empezar, ¿Cómo Tadeo sabia la dirección de mi hotel?

Camine hacia la puerta y antes de abrirla, mire por el pequeño hueco de la puerta; me sorprendió no ver a nadie y abrí rápido para examinar en el pasillo. Intente dar un pequeño paso, pero en mis pies se sintió algo extraño y hasta lo aplaste, mire el suelo y observe una pequeña caja de cartón con una decoración de mariposas moradas, estaba aplastada claramente.

—¿Qué es esto? —Me pregunté a mi misma tomando la caja del piso y llevándola a mi cuarto.

Al entrar cerré la puerta con uno de mis pies, y caminé rápido a la cama para observar lo que había dentro de la caja. Primeramente, había una nota pequeña.

Hola, si soy yo.

Solo quería disculparme por haberte dejado sola en la cafetería, esto es lo que pasa cuando estoy en lugares públicos. Gracias por escuchar y esto es mi modo de decirte que siento como te trate antes...

- Tadeo.

Sonreí como tonta y lo leí como 5 veces, hasta que mi cerebro reacciono y agite mi cabeza a los lados buscando concentración. Dentro de la caja había otra cosa, era una pulsera entre rosa pastel y morado, —mis colores favoritos— pero lo mas bonito, era esa mariposa de ambos colores y con un toque plateado en el medio de la pulsera. No era fan de las mariposas, pero después de este pequeño detalle comenzaran a llamarme la atención.

Luego de eso, me coloqué la pulsera en una de mis muñecas y sonreí; pensaba en que Tadeo no era tan malo como aparentaba. Quizás muy en el fondo, tenía un corazón lindo y tierno.

-

A la mañana siguiente, me desperté temprano y tomé mi taxi como de costumbre. Me había sobrado un poco de tiempo y decidí pasar a la misma cafetería a donde había ido con Tadeo antes, me pedí un licuado de fresa y minutos después ya estaba saliendo del lugar. Mi teléfono comenzó a sonar y al intentar contestar, alguien me golpeo el hombro por lo que me hizo tirar mi teléfono.

—Sorry —Me dijo una mujer agachándose para recoger mi teléfono —No conozco.

Me llamo la atención su acento tan raro, pero lo ignore.

—No te preocupes, yo también soy torpe —Le dije con una sonrisa mientras ella devolvía mi teléfono, pero su cara fue como si le hubiera dicho un trabalenguas —¿Tengo algo en la cara?

—Ah si —Pensó y luego comenzó a hacer movimientos raros con las manos —No español, pero señas sí.

—Oh entiendo, no eres de aquí —Le dije totalmente confundida.

Ella me dio un no con la cabeza y comenzó a hacer señas después, entendía que era el lenguaje de señas; pero siendo sincera solo conozco el "hola" y apenas el "adiós". Después de ver que no reaccionaba, ella se rindió y saco su teléfono.

—¿Cuál es tu nombre? —Me pregunto por una voz de su teléfono.

—Ah —Entendí y saqué el traductor de mi teléfono poniéndolo en inglés —Hela. ¿Y el tuyo cuál es?

—Me llamo Raquel, estoy perdida y no conozco la ciudad ¿podrías ayudarme? —Me pregunto con su traductor.

Mi cara fue clara.

—Lo siento, yo también soy nueva... —Le dije con pena.

—Raquel —La llamo alguien detrás de ella y ambas volteamos a ver de quien se trataba.

OH DIOS MIO.

El era un dios griego increíblemente guapo.

Era un joven alto, cabello castaño y sus ojos parecían dos perlas preciosas verdes, tenía pecas en sus mejillas y llevaba una sudadera negra con unas bermudas color caqui. Sus zapatos eran unos tenis que parecían de marca y su toque final fue ese olor que enmendaba de su cuerpo, tan dulce pero tan de hombre.

Hasta comencé a imaginármelo en traje formal.

—Hermana, te dije que te quedaras conmigo —Le dijo a la chica de antes, pero yo estaba tan perdida por él; que nunca me di cuenta cuando me saludo. —¿Eh disculpa? —Dijo y recobre la conciencia.

—¿Disculpa? Perdón —Dije sacudiendo mi cabeza.

—Dijiste que tengo los ojos mas sexis del mundo —Dijo el con una sonrisa y mirándome fijamente.

No supe donde esconderme, ¿Qué? ¿Cuándo había dicho eso? No me cavia la cara de vergüenza, de hecho, comenzaba a sentir las mejillas calientes.

—Yo... —No sabia que decir.

—No te preocupes —Me dijo soltando una risa graciosa —Me llamo Fabian, y ella es mi hermana Raquel. Venimos de Canadá de vacaciones, pero mi hermana no habla español.

—Oh, mucho gusto entonces —Le di la mano en un saludo y sentí como el sudor comenzaba correr mi frente.

—¿Estas hospedada en este hotel? —Pregunto.

—Si, pero solo es temporal. Probablemente el mes que viene me vaya por fin a un departamento...

—Que bien —Dijo y miro a su hermana —Nosotros tenemos pensando en estar aquí 3 meses, quiero conocer todo lo que pueda de México.

—Pues, suerte con eso. Si algún día quieren ayuda, yo estoy disponible después de las 6 de la tarde... —Le dije amablemente.

—Perfecto, ¿tienes número telefónico? —Pregunto.

—Claro, es 99****.

—Bueno, tomare en cuenta tus palabras.

—Yo encantada —Le dije y comencé a caminar a un lado de ambos. —La verdad ya me tengo que ir, llegare tarde a mi trabajo. Nos vemos otro día supongo...

—Si, obvio. Que te vaya bien ¿ah?

—Hela, me llamo Hela.

El asedio con la cabeza y luego me di la vuelta para caminar hacia lo que me faltaba de la empresa. Al entrar, miré el reloj en mi teléfono y me di cuenta de la hora, ¡Van a matarme! Corrí lo mas que pude, y cuando llegué al camerino de Tadeo, el estaba mirando su teléfono y parecía un tanto desesperado. En cuanto me miro, su cara paso de seriedad, hacia la furia total.

—Pensé que íbamos a llevarnos bien —Me dijo con enojo.

—Si, lo siento... —Intente explicar, pero el me levanto la mano para callarme.

—Solo arréglame, hoy tengo cosas que hacer Hela.

No dije nada, solo caminé hacia él. 

𝐉𝐮𝐬𝐭𝐢𝐜𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 | Tadeo Bonavides Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora